Se acercan las elecciones de gobernadores del año próximo, y ya varios legisladores nacionales apuntan a alzarse con el premio mayor de cada provincia.

Un viejo chiste de la arena parlamentaria dice que el Senado sólo tiene dos funciones institucionales: “dormir” a potenciales opositores internos al gobernador de un provincia, dándoles un cargo de mediana jerarquía; o hacer banco de suplentes para acceder luego a la gobernación.