La provincia de Entre Ríos y la de Catamarca serán las primeras en abrir el cronograma electoral de este año, cuando el 18 de marzo elijan gobernador y vice, diputados y senadores provinciales, e intendentes y concejales de los municipios.
En el caso de Entre Ríos, al no contemplar la constitución provincial la reelección del gobernador y vice, el actual mandatario provincial, Jorge Busti, nominó como candidato por la línea interna que lidera al actual ministro de Gobierno, Justicia, Educación, Obras y Servicios Públicos, Sergio Urribarri, para asegurar “la continuidad” de su gestión.
La designación de Urribarri, que completa la fórmula con el diputado nacional, José Lauritto, fue hecha por Busti en forma personal y desató en el seno del justicialismo una rápida reacción que provocó la fractura de los bloques de senadores y de diputados provinciales.
Consecuentemente, el intendente de Paraná, Julio Solanas, un kirchnerista de la primera hora, formó con el diputado provincial Enrique Cresto el Frente Para la Victoria y la Justicia Social y ya se inscribió para participar de la compulsa a gobernador por afuera de la estructura del justicialismo.
Los otros dos partidos con fuerte inserción popular, que también participarán de la compulsa de marzo próximo, son el radicalismo, que propone al ex diputado nacional Gustavo Cussinatto y a la diputada provincial Alba López; y la Concertación Entrerriana, que postula al diputado nacional, Emilio Martínez Garbino y al diputado provincial Eduardo Solari (UCR).
Otras agrupaciones políticas que también participarán de la elección son el Partido Humanista, que impulsa una fórmula integrada por dos mujeres: Bernardita Salizñak y Marta Arce; y el PRO, que candidatea al profesor universitario Agustín Addy y a la productora rural Mabel Bollo, quien incursiona por primera vez en política.
Un caso curioso se dio con el ARI, que perdió su personería jurídica en Entre Ríos y en consecuencia no podrá participar en las elecciones provinciales de 2007.
El ARI perdió la personería jurídica y dejó de existir como partido político como consecuencia del alejamiento de su presidente, Juan Domingo Zacarías, quien se integró a la mesa de conducción nacional del Partido de la Victoria, que preside la titular del PAMI y también ex ARI, Graciela Ocaña.
En el orden provincial, Zacarías se sumó al bustismo, integrándose a la lista de candidatos a diputados provinciales del oficialismo para las elecciones de marzo.
En Entre Ríos, El ARI integraba la Concertación Entrerriana (CE), un nucleamiento en el que confluyen peronistas que no responden a la conducción local pero que adhieren al presidente Néstor Kirchner, radicales disidentes, socialistas e intransigentes, entre otros.
Alrededor de 850.000 entrerrianos se encuentran habilitados para participar el 18 de marzo, según informó la justicia electoral.
La votación, por primera vez en la historia de este estado mesopotámico, se desdobladará de las nacionales, según lo dispuesto por el gobierno entrerriano.
Para llegar a esa instancia, la ciudadanía participó el 17 de diciembre pasado de las elecciones internas abiertas y simultáneas en los partidos donde no se conformó una lista de consenso, entre ellos el radicalismo, que tenía dos candidatos para la gobernación, y el PJ que tuvo que definir algunas intendencias, senadurías y concejos deliberantes.
En marzo, los electores entrerrianos elegirán al nuevo gobernador y vice, a los diputados y senadores provinciales, y a los intendentes y concejales de los municipios.
En octubre de 2007, en coincidencia con la elección nacional de la que saldrá el presidente y vicepresidente, se elegirán los legisladores nacionales que representarán a Entre Ríos en el Congreso.
La oposición y sectores del justicialismo que presentarán sus propias listas por afuera del partido, criticaron la decisión del gobernador Jorge Busti de adelantar los comicios, porque entienden que favorecerá al candidato del oficialismo, el actual ministro de Gobierno, Sergio Urribarri.
También advirtieron sobre el riesgo que provocará la coexistencia, durante casi 9 meses, de un gobierno en el poder y otro elegido.
Además, criticaron el costo de la votación que, según sus estimaciones, rondará los 15.000.000 de pesos, aunque el gobernador Busti aclaró que sólo insumirá alrededor de 3.500.000 de pesos.
