El jefe de Gobierno le puso la firma a la norma impulsada en la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires.
Flanqueado por los diputados autores de la iniciativa, Jorge Telerman promulgó la ley contra la explotación sexual infantil de la ciudad de Buenos Aires.
Se trata de una norma incluye nuevas figuras en el Código Contravencional para sancionar a quienes promueven este delito.
La ley 2.443, aprobada por la Legislatura en septiembre de 2006 y que entrará en vigencia al ser publicada en el Boletín Oficial, contempla sanciones específicas para quienes posibiliten la explotación sexual infantil, como arresto de 10 a 90 días y multas de entre 5.000 y 100.000 pesos.
Los autores del proyecto son los diputados Inés Urdapilleta (Frente para la Victoria) y Alejandro Rabinovich (Autonomía Porteña). La primera, señaló que "esta ley tuvo la voluntad política necesaria. Creo que va a acompañar a una ley del Congreso, la ley de Trata, una deuda pendiente fundamental para terminar con la prostitución infantil, la pornografía y demás delitos aberrantes".
Por su parte, Rabinovich sostuvo que la nueva ley marca "un Estado presente, intentando evitar este tipo de aberraciones" y "la ciudad de Buenos Aires es el primer distrito que va a contar con una ley que erradique este tipo de explotación".
Según se informó, las sanciones se aplicarán a quien promocione, publicite o proporcione de manera explícita o implícita por cualquier medio idóneo ayuda a terceros que involucren a niños, niñas y adolescentes a participar en actos de contenido sexual, "aun cuando éstos no se concreten".
Por otra parte se exige a los prestadores de servicios turísticos la suscripción de códigos de conducta internacionales y obliga a los establecimientos hoteleros a exhibir un cartel con la ley y las penas y un teléfono para hacer denuncias.
Jorge Telerman puntualizó que "es de un altísmo valor contar hoy con un instrumento legal para algo en lo que todos estamos de acuerdo, frente a una de las manifestaciones más perversas". Agregó que este delito "tiene algo de mal de época" y rechazó "el crecimiento vertiginoso en todo el mundo del consumo de la prostitución infantil".