Presidida por Enrique Olivera, dio comienzo después del mediodía la sesión preparatoria de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. En rigor y de acuerdo con el reglamento, el encargado de tomar el juramento es el legislador más adulto de la casa, lugar que le correspondía a Nora Mouzo, aunque finalmente Olivera tomó su lugar.

La sesión preparatoria de la asunción había estado inicialmente en manos del ahora ex vicepresidente primero del cuerpo, Santiago De Estrada, quien por haber cumplido su mandato le cedió el lugar luego a Olivera.

Los 30 diputados porteños electos en junio pasado, entre los que sobresale el ex jefe de Gobierno Aníbal Ibarra con su regreso a la política formal, juraron en el edificio de Perú al 100.

La jura de los diputados estuvo signada por un gran despliegue policial en torno a la Legislatura para evitar incidentes con familiares de las víctimas de Cromañón.

Este paso formal antes de la asunción efectivizó el recambio de la mitad de la Legislatura, un cuerpo que tras el 10 de diciembre quedará con mayoría macrista y en el que volverá a estar el ex jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra.

Ibarra juró como diputado entre silbidos de los familiareas y militantes de los otros legisladores y trabajadores de la casa.

Mientras que la diputada de la Izquierda Unida Patricia Walsh juró con una zapatilla en la mano, recordando a los muertos de la tragedia de Cromañon.

De todos modos, Walsh no fue la única que rompió el protocolo a la hora de votar. También lo hizo el joven Juan Cabandié, un hijo de desaparecidos nacido en la ESMA, quien juró “por la madre patria, las Madres y Abuelas y los 30.000 desaparecidos”.

Sin la presencia de las autoridades comunales electas, los invitados que se destacaron fueron los legisladores nacionales Miguel Bonasso y Vilma Ibarra, la senadora electa María Eugenia Estenssoro y el futuro ministro de Hacienda porteño, Néstor Grindetti.