Desde el macrismo se respondió con sonrisas a las previsibles críticas emanadas desde la oposición hacia la decisión de iniciar el censo de trabajadores de la administración pública. “Si bogas, porque bogas, y si no bogas, porque no bogas”, deslizó una fuente macrista ante las críticas.

El primero en anotarse en los cuestionamientos fue el titular del FpV, Diego Kravetz, quien criticó que la medida no se hubiera tomado inicialmente, como a su juicio debió suceder, en lugar de “hacer el disparate de echar a la gente y luego hacer el censo”.

Con ironía, deslizó que el censo es sencillo de realizar: “basta con sumarle a los empleados de planta los 2.700 que incorporó durante su gestión”

Por su parte, el titular del bloque ibarrista, Eduardo Epszteyn, el censo debió haberse iniciado antes de “instalar en la opinión pública el tema de que hay ñoquis”, con lo que a su juicio ahora Macri “pierde credibilidad”.

De todos modos, aclaró estar de acuerdo en conocer el número de personal con el que cuenta esta administración.

A su vez, la legisladora socialista Verónica Gómez dijo no oponerse al censo, aunque expresó sus dudas por cuanto “genera temor que quieran convertirlo en una herramienta para justificar cesantías masivas”.

Desde la Coalición Cívica, el jefe del bloque de la CC, Enrique Olivera, volvió a mostrarse contemporizador respecto al oficialismo, señalando que a su juicio “es razonable que si hay dudas se realice una verificación”.