Para el diputado nacional Francisco de Narváez, “las retenciones agropecuarias mantienen al campo como un rehén del gobierno y retrotraen a los argentinos a la época de la colonia”.

Crítico del sistema, de todas maneras De Narváez admite que “no podemos salir de las retenciones de un día para el otro”. Por el contrario, el hombre se toma su tiempo: sugiere esperar un plazo de cinco años, y en ese lapso generar la estructura para movilizar las cosechas a los centros de producción; y apoyar al productor con créditos y tecnología para insertarse en el mundo.

No se juega demasiado De Narváez al suponer que “el gobierno no quiere terminar con este impuesto, porque piensa que el campo pertenece a la oligarquía, y todo lo que se produce tiene un precio excepcional y ellos se encargan de cobrar un impuesto y redistribuirlo. Podrá funcionar hoy, pero en 10 años nos estaremos arrepintiendo”.

Para De Narváez, esta situación conlleva que el campo se mantenga como una suerte de rehén, y lo dice sosteniendo que “el impuesto es equivocado: nos esta llevando casi a la época de la colonia, donde producías carnes y granos y la Aduana te esperaba en el puerto y te cobraba para la Corona”.

Para De Narváez, “El gobierno nacional, a través de decisiones equivocadas, como las retenciones sigue extrayendo dinero del sector privado y no lo canaliza a prioridades, como la seguridad ciudadana”.