Los comensales del bar Mussel, ubicado en Estados Unidos y Bernardo de Irigoyen se acostumbraron a ver a esa cara conocida todas las mañanas, desayunando allí. El hombre lee atentamente los diarios, atiende el celular permanentemente y, por lo visto, carga las pilas para las agotadoras jornadas que desarrolla más tarde. Nadie le dice nada, […]
Los comensales del bar Mussel, ubicado en Estados Unidos y Bernardo de Irigoyen se acostumbraron a ver a esa cara conocida todas las mañanas, desayunando allí. El hombre lee atentamente los diarios, atiende el celular permanentemente y, por lo visto, carga las pilas para las agotadoras jornadas que desarrolla más tarde. Nadie le dice nada, así que el funcionario se exhibe tranquilo, ya que si bien su poder es ilimitado y su tarea merecedora de múltiples cuestionamientos, lejos está de temer algún tipo de escrache.
Se lo ve también muy seguido compartir la mesa con una mujer, quien parece darle en esas ocasiones informes detallados. Ahí se lo puede ver a Guillermo Moreno más distendido aún, opinando sonoramente incluso sobre lo que ponen los diarios, situación que parece disfrutar mucho. La dama es decididamente una cara desconocida para el gran público: Ana María Edwin, titular del INDEC, puesta en ese lugar por el polémico secretario de Comercio Interior.