A casi un año de asumir en la principal provincia de la República, la gestión de Daniel Scioli aún está lejos de lo prometido durante su campaña electoral.

Temas tales como la inseguridad, la crisis hospitalaria, su relación con los sectores del campo, el avance del consumo de drogas -en particular el Paco-, los paros de los docentes -aunque logró acordar con los gremios-, las disidencias internas en su gabinete y la difícil situación económica, son problemas que más temprano que tarde deberá abordar para menguar la demanda social.

Sin dudas son luces de alarma en el tablero del gobernador que, sin embargo, sigue gozando del reconocimiento de vastos sectores de la sociedad bonaerense, que aún apuestan a su gestión. Esta elevada imagen positiva le da aire a Scioli para modificar o acentuar su gestión. El tiempo dirá si el camino elegido es el correcto. Hasta ahora los contratiempos no alteraron su administración, aunque los tiempos que vienen serán mucho más difíciles, tanto desde lo económico como en lo político, ya que el 2009 es electoral.

Balance. Desde el primer día al frente de la gestión del Poder Ejecutivo, Scioli comenzó a recorrer un camino que -todos sabían- no sería para nada sencillo. Pero para un legislador oficialista, “hoy la situación es caótica”. Y explicó: “Scioli tiene toda una estrategia comunicacional para mostrar su gestión y es precisamente allí donde tiene un gran problema que resolver, más allá de la plata, que es poca”.

Tal es la imposibilidad de mostrar logros del Gobierno provincial que un senador de la oposición detalló ante Parlamentario que “es la primera vez que veo a un gobernador entregando copias de decretos de nombramientos, en actos públicos, a funcionarios del Poder Judicial”. No sólo a este senador le llamó la atención el hecho, sino a otro colega -pero oficialista-, quien dijo, en relación a esta puesta en escena del sciolismo, que “está a un paso del ridículo”. Y recordó que, en política, de allí no se vuelve.

Los principales dirigentes del peronismo que habitan la Legislatura y que están dispuestos a hacer el aporte que se estime necesario no logran “gravitar” en la mesa de decisiones. Aclaran que “la gestión y la política van de la mano y esto es lo que no quieren entender en el entorno” y deslizan que “había mucha expectativa con Alberto Pérez”, actual jefe de Gobierno y Gabinete… “Expectativa que se fue perdiendo”, añaden.

No obstante, hay esperanza en la dirigencia oficialista. La opinión mayoritaria es que Scioli relanzará su gestión con una nueva ley de Ministerio y con un cambio importante de gabinete. Afirman que se discutirá todo junto, “presupuesto y cambios” es la consigna de acá a fin de año.

En ese contexto caótico, no todo es tal. Algunos se sintieron defraudados y otros han sorprendido gratamente. Entre estos últimos se encuentra el actual presidente del Directorio del IOMA, Javier Mouriño, un “cuadro” que para algunos está desaprovechado en el directorio de la obra social. Una estrella con destino en alza.

Mientras tanto, los opositores, van conformando un “borrador de temas” como para ir definiendo una hoja de ruta del discurso que el próximo año exhibirán en la campaña de las legislativas, luego de algunos filtros de la mercadotécnica.

Discrecionalidad para contratar

El Gobierno provincial elaboró un esquema laxo en materia de contrataciones administrativas. El Poder Ejecutivo dictó un decreto (843/2008) modificando sustancialmente los importes límite para las contrataciones directas (pasó de 5 millones a 6.250.000 de pesos por cada acto administrativo) y ampliando el universo de funcionarios con superpoderes para autorizar procesos de adquisición y contrataciones directas (sin llamado a licitación y con escasos controles).

No se trata de un decreto más, ni una actualización de normativas vetustas. Con ese decreto, Scioli empieza a cerrar un círculo en materia de contrataciones que va mucho más allá de lo que en Buenos Aires se había visto hasta ahora, que no es poco. El decreto de Scioli, cambia sustancialmente el régimen existente, en tan solo siete meses, hecho que no otorga seguridad jurídica alguna a quienes desean participar en contrataciones con el Estado provincial, al cambiar sistemáticamente la claridad de las reglas para ello.

En otras palabras, Scioli le otorgó estas facultades -que hasta ahora sólo tenía el gobernador, los ministros y el secretario general de la gobernación- a secretarios, directores y titulares de órganos con rango equivalente, como la Secretaría de Deportes y la de Medios. Además, el decreto en cuestión elevó en un 25 por ciento el límite que tiene cada funcionario para aprobar contrataciones directas: pasó de 2 millones a 2,5 millones de pesos.

Uno de los ejes centrales de ésta reforma es la eliminación del requisito de antigüedad para las firmas que quieran ser licitadoras o proveedoras del Estado al momento de presentar la oferta, respecto del rubro o materia en que sea oferente.

Emergencia permanente

Siguiendo un orden cronológico de las normas del Gobierno provincial, en el mes de enero se dicta la Ley 13.800 que prorroga a partir del 20 de enero del corriente año el estado de “emergencia” en que se encontraba el Servicio Penitenciario Bonaerense y de la Dirección General de Salud Penitenciaria, órganos dependientes del Ministerio de Justicia, por el término de seis meses, y autoriza al Ejecutivo a extender por seis meses adicionales su vigencia.

En el mes de febrero, se dicta el decreto 305/08, por el cual el PE, en el marco de la “emergencia” de la Ley 11.340, faculta al ministro de Salud todo mecanismo de control para llevar a cabo acciones tendientes a paliar un supuesto estado de emergencia administrativo funcional, puntualmente con relación a las contrataciones realizadas en la gestión anterior. En este caso y más allá de la improcedencia de la emergencia, no se verificó por parte del Ejecutivo ninguna medida que diera cuenta de tal situación.

El 7 de abril del 2008, se promulga la Ley 13.810, una norma que adhiere a los regímenes nacionales -decretos 966 y 967, ambos de agosto de 2005-, donde la Provincia podrá recibir inversiones para proyectos de infraestructura y servicios, entre los que se incluyen la instalación de peajes para financiar la reparación de rutas provinciales. Con la ley en vigencia, el Gobierno podrá recurrir a capitales privados para realizar obras de interés público.

Aumentos varios

A través del decreto 1.578/08 se ha producido una modificación al régimen tarifario actual de las empresas EDEN, EDES y EDEA, con porcentajes de incremento que oscilan entre el 6% y el 30%, de acuerdo con el consumo registrado. Se señala la necesidad de suspender la aplicación del mismo, porque conforme a los considerando de dicho decreto se desprende la ausencia de las razones técnico-económicas que fundamenten debidamente la modificación del cuadro tarifario eléctrico. Se entiende desde las fuerzas opositoras que no se ha realizado la correspondiente audiencia pública que establece el marco regulatorio eléctrico provincial (Ley 11.769, art. 67 y consiguientes), y que la implementación del decreto mencionado modifica significativamente el actual cuadro tarifario del servicio de distribución eléctrica provocando un gravoso perjuicio a los usuarios residenciales.

También el Poder Ejecutivo, mediante el Ministerio de Infraestructura, dicta el decreto 1478/08 donde se aumenta el valor del peaje en las rutas 2 y 11 a partir del 1 de septiembre, significando un incremento del orden del 36% para los días de semana, y del 73% los sábados, domingos y feriados. Este decreto no tiene en cuenta los antecedentes u estudios de rentabilidad previos que exige el marco regulatorio vial establecido en la Ley 9.254 (art.2). El Estado provincial está incumpliendo, según sostienen legisladores de la oposición, con el proceso de renegociación de los contratos de servicios públicos, conforme a las pautas establecidas en la Ley provincial 12.858, donde cualquier ajuste de aumento tarifario requiere aprobación legislativa (artículos 1° y 3.3.).

Política agropecuaria

El gobernador Scioli comenzó su gestión con la disolución del Ministerio de Asuntos Agrarios y su fusión dentro del Ministerio de Producción.

Ante esta determinación, la oposición salió a cuestionar duramente. En tal sentido señalaron que “no se puede fortalecer a un sector si las instituciones que deben ocuparse de proyectar, programar y llevar adelante las políticas públicas para el sector son degradadas de categoría”.

Diputados de la UCR dejaron trascender, documento mediante, que “este primer acto de Gobierno, sumado a la ausencia de mediación del gobernador durante el conflicto lechero desarrollado durante el mes de febrero, dejaba entrever la actitud que iba adoptar en el conflicto agropecuario más importante de los últimos tiempos a partir de la Resolución 125 del Ministerio de Economía de la Nación”.

En tanto, desde la bancada oficialista admiten que durante el conflicto con el campo muchos no compartieron el criterio de Scioli, aunque reconocen que no había margen en su momento para plantear “disidencias” cuando el gobernador modificó la ley de Ministerios, antes incluso de asumir como tal.

Pero, finalmente, esas divergencias salieron a la superficie con la renuncia del subsecretario de Asuntos Agrarios, Fernando Vilellas. El Ejecutivo aprovechó la dimisión para elevar nuevamente al rango de Ministerio a la cartera en conflicto. Para el cargo fue elegido el diputado Emilio Monzó. El proyecto de Scioli fue convalidado en la última sesión por los senadores y diputados.

Tarjeta

En tanto, el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, sigue sosteniendo las bondades de la tarjeta Alimentos. El proyecto se hunde irremediablemente, según la oposición. Mientras la inflación se devora el poder de compra de ese medio de pago, la Provincia no consigue partidas presupuestarias para ajustar el monto de la tarjeta según la inflación real.

El monto de hasta 100 pesos para la compra de alimentos para una familia es “irrisorio”, sostienen desde la oposición y así la situación de la tarjeta Alimentaria será un nuevo fracaso.

Se observa “mucha publicidad para esta tarjeta”, dicen los críticos, que reclaman seriedad en los actos de Gobierno: la cifra de $ 110 mensuales por familia, cuando la línea de pobreza real supera los $ 1.500, es “bochornosa”, puntualizan y agregan que “hoy apenas si se puede comprar un litro de leche por día, cuando antes recibían dos o tres litros según la cantidad de hijos”.

Colapso de sistema

La política de salud implementada por Scioli desde el punto de vista presupuestario -según la visión de los opositores- profundiza lo realizado por la gestión del ex gobernador Felipe Solá en sus cinco años de Gobierno.

Más allá de que de 2007 a 2008 el presupuesto del Ministerio de Salud ha aumentado de 1870 a 2427 millones de pesos (consolidando un incremento del 29%), el problema continúa. A pesar de la pequeña variación, la tendencia decreciente de los recursos en el total del Presupuesto, tendencia que surge claramente después del 2002, cuando comienza la gestión Solá.

De esta manera, habiendo tenido una incidencia del 9,67% en 2002, ésta se redujo en los años sucesivos cayendo de 2006 a 2007 de un 7,27% a un 6,71%, y repuntando levemente en 2008, donde quedó en un 6,95%. El Presupuesto 2007 había previsto un aumento del 14% para Salud y la incidencia del mismo en el Presupuesto total seguía reduciéndose; de 2007 a 2008, el aumento del 29% apenas alcanzó para que tenga un muy tímido incremento, que sabemos es absolutamente insuficiente para un cambio de política en este sentido.

Las cifras explicarían en parte el aumento que se estaría registrando en la mortalidad infantil en la provincia de Buenos Aires, que motiva pedidos de interpelación al titular de la cartera, Claudio Zin.

Coparticipación

Es bien conocida la situación de postergación que sufre la provincia de Buenos Aires. El distrito aporta un 40% del PBI y recibe algo más del 21,6% de la masa coparticipable. Sin embargo, la Provincia, al igual que el resto, se beneficia con el aumento de la masa de reparto que determina la Ley 23.548. En efecto, la situación tal como la ley lo establece es perjudicial para el conjunto de los estados provinciales y en particular para Buenos Aires, pero es peor cuanto menor sea la masa de recaudación a distribuir.

Alentados por dichos del propio Néstor Kirchner, la dirigencia bonaerense, en general, parece querer torcer las declaraciones para aumentar la “coparticipación primaria” sin entrar en el detalle de discutir qué porcentajes se lleva cada provincia, lo que se denomina “coparticipación secundaria”. “Queremos que aumente la torta y no pelearnos por los porcentajes”, sostuvo un legislador que está abocado a la tarea, nada sencilla por cierto.

Como se puede apreciar -a lo largo de este informe- el gobernador bonaerense está obligado a potenciar su gestión, tal vez desde un nuevo enfoque. Caso contrario su trayectoria política quedará esmerilada y por ende también repercutirá en las elecciones legislativas de 2009.

¿Cómo lo ve el kirchnerismo puro al gobernador? A juzgar por la manera como el hombre se manejó durante el conflicto con el campo, aun a riesgo de las consecuencias que podría acarrearle esa actitud en las clases medias y el amplio sector rural bonaerense, sólo deberían tenerle agradecimiento. Así y todo, apuntan desde el propio oficialismo, nadie podría decir muy convencido que el Gobierno nacional es un buen pagador.

El diputado nacional kirchnerista Edgardo Depetri tiene reconocimiento para el gobernador bonaerense, y en tren de dejar de lado preconceptos que desde sectores vinculados a la “transversalidad”, prefiere diferenciarlo de otros dirigentes, como el jefe de Gobierno porteño.

“A Scioli persona lo veo bien -aclara Depetri-, creo que él es un hombre del Frente para la Victoria y que acompaña este proyecto nacional, me parece que Scioli, a diferencia de (Mauricio) Macri no es un orgánico de los grupos económicos. Acá el hombre orgánico de los grupos económicos, que va a expresar las ideas de la derecha más recalcitrante y que va a tratar de llevarnos a esa triste noche neoliberal que sufrimos los argentinos es Macri”.

En cuanto al gobernador bonaerense, “creo que trata de gobernar la provincia de Buenos Aires en un escenario difícil -agrega-, pero es una persona que a mí me merece mucho respeto y trató de instalar un debate en la provincia de Buenos Aires donde el Gobierno de Scioli acompañe al Gobierno nacional, sobre todo en lugares como el conurbano, que lentamente estamos recuperando el nivel de actividad, de empleo, de políticas universales de educación, de salud, que sumadas a la discusión del tema de la seguridad, tienen una agenda sumamente compleja, pero ayudando todos a tratar de resolverla”.