Será “sensación de inseguridad”, como dicen desde algunos ámbitos oficiales, o “exageración de los medios”, como suena en la Corte, pero lo cierto es que nadie zafa del delito. Y ahora le tocó a un hombre de la política, que supo ser hombre fuerte durante una década.

Estamos hablando del ex senador Eduardo Menem, en cuya casa riojana ingresaron dos delincuentes con intenciones de asalto, que perpetraron contra una empleada doméstica.

La rápida acción policial abortó el hecho, deteniendo incluso a uno de los malvivientes.

La casa del ex presidente provisional del Senado se encuentra en pleno microcentro de la capital riojana, adonde dos delincuentes concurrieron armados y con una amoladora con la que pretendían abrir la caja fuerte. El problema fue para los delincuentes que al llegar al lugar el jardinero advirtió la presencia de los delincuentes y avisó a la policía, que al llegar logró detener a uno de los ladrones.

El otro se dio a la fuga, pero es intensamente buscado porque ya estaría identificado. Por lo visto, los delincuentes contaban con suficiente información previa para cometer el asalto, al punto tal de que concurrieron munidos de elementos para abrir la caja fuerte.

No faltaron voces dentro del menemismo que volvieron a insistir con un trasfondo político detrás de ese incidente.