Pese a que significa una “mala palabra” todavía en Casa de Gobierno, se admite que el camino está cada vez más cerca. Se trata del posible regreso de la Argentina a firmar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

Hasta en el Ministerio de Economía se ha tratado de relativizar esa iniciativa.
El propio Hernán Lorenzino, secretario de Finanzas, aseguró hace pocos días que “por ahora” no se evalúa recurrir a los organismos multilaterales de crédito para obtener fuentes de financiamiento.

Sin embargo, “el por ahora” puede resultar engañoso, ya que en Casa de Gobierno se admite que en la reunión del G-20 en Londres hubo conversaciones informales con representantes de los organismos multilaterales de crédito. “En realidad, se están realizando conversaciones desde que comenzó la crisis financiera internacional y vamos a continuar dialogando”, aseguró un funcionario de la Casa Rosada.

Es indudable que todavía resuenan las palabras de Nicolás Eizaguirre, jefe del FMI para el Hemisferio Occidental, de enviar una misión a Argentina para evaluar la apertura de una de las nuevas líneas de crédito.

En función de esta propuesta y de las urgencias del país, son varios los asesores del Gobierno que admiten que después de las elecciones, el Poder Ejecutivo acelerará un acuerdo con el organismo internacional.

“Nuestro país está empezando a tener cada vez más inconvenientes con sus alternativas de financiamiento y es muy difícil poder mantenerse solamente con los recursos propios de Tesorería o de los organismos oficiales”, resaltó otro funcionario.
Sin embargo, la condición esencial que siguen mencionando los integrantes del Poder Ejecutivo es que se deberían concretar cambios esenciales en los organismos como para acudir a convenios programáticos.

El propio Lorenzino lo expresó así. “La Argentina ve como un buen primer paso la flexibilización de los instrumentos financieros. Esta línea de asistencia financiera es un buen avance. Pero no se está analizando pedir financiamiento al FMI”, aseguró.

El tema central del FMI pasa por una cuestión de estrategia política y electoral. Tal como está dada la situación, para el oficialismo sería sumamente complicado cerrar un acuerdo con el Fondo Monetario antes de las elecciones de junio.

“Es imposible pensar en un acuerdo con el FMI antes de las elecciones. Políticamente tendría un costo sumamente enorme para el Gobierno, sobre todo, después de todas las críticas y severos cuestionamientos que ha hecho el Ejecutivo sobre los organismos multilaterales”, puntualizó otro funcionario.