Un clima de desasosiego se arraiga en cada uno de los rincones de la Patria. Patria dolida que clama la reconciliación y la erradicación de todo desencuentro.

Parte usted ,que encarna la absoluta democracia en su conducta,en horas necesitadas de su palabra profunda ,cargada de significados que no supimos comprender.

A destiempo, vendrán las excusas, las remediaciones y hasta los honores por parte de quienes -fui testigo y recuerdo- querrán, a través de su nombre y su figura ,ascender a posibles redenciones.

No importa diría usted, liberado de terrenales incomprensiones,asumiendo desde el infinito, las mismas advertencias que a su lado, doctor me hicieron, un poco más buena ,un poco más `sabedora`' de esas profundidades que tienen que ver con lo que existe ,más allá de las máscaras ,como usted decía.

Mientras el dolor se repliega y en tanto la memoria reedita los tiempos compartidos en la senaduría, cuando el país renegaba de la política y de nosotros por encarnarla, fue nuevamente usted, quien fomentó una resistencia forjada en la humildad y en el trabajo que tuvo frenesí de batalla.

Me pregunto Doctor, porqué razones se demora la comprensión de su evangelio. Quién reprime nuestra potencia para activar las voluntades y escribir ya .sin demoras ,los capítulos de patria entera ,sin fragmentaciones, en absorbente primera persona, como usted ,de no mediar traiciones ,de seguro lo hubiese realizado.

Los turnos se suceden Doctor, la Patria aguarda. . Desprovista de atenuantes ,una compleja dinámica política social se empeña en diluir las esperanzas ,obviando las prácticas que tienen que ver con la razón del mandato original de cada credo. A mitad del camino quedan las proposiciones que permitan salvarnos mediante la otredad, esa que resulta posible de exteriorizarse en militancia social alojando nuevas certidumbres.

Ah si pudiera volver a los tiempos en que llamaba, con ansiedad de reencuentros diciendo ,soy Mirian la del norte Doctor, y cuando, a partir de la espontaneidad brindada, se reabrían para mí los mapas que enseñaban las conductas de los hombres ,llevando a cuestas la desarmonía que usted señalaba ,desde una filosofía que ensanchaba la arquitectura de mi trabajo humilde ,desarrollado a su lado cuando usted me acompañaba .

Ah si pudiera concretar las direcciones definidas en común ,para aproximar realizaciones que tienen que ver ,con esas pretensiones inclusivas cuya realidad,mi sitio del norte reclamaba.

Cómo dolerá no tenerlo Doctor. Una nueva orfandad, viene a sumarse a esos huecos que irremediablemente nos dejan los sabios incondicionales que tienen, no se por que razón, el empeño de ausencia que no cesa.

Cuánto me dolerá su ausencia Doctor Alfonsín.

Su figura, cuya partida previsible no aminora el dolor, resultará tal lo es la de mi padre, inmensamente buscada en cada instancia. Por amada y profunda

* Mirian Curletti fue senadora nacional por la UCR del Chaco