Por Pablo Winokur

– Cree que tienen chances de ganar el 28 de junio? ¿Por qué las encuestas todavía los muestran lejos?

– Hoy el escenario electoral está dividido en tres tercios y eso posiciona a las principales fuerzas en posibles ganadoras, incluso nosotros. De todos modos, frente a una elección legislativa, el resultado se debe leer en función de la cantidad de bancas que se obtienen. Y también se debe tener en cuenta las que se pierden. O sea, el partido que pone en juego 20 bancas y obtiene 10, perdió la elección. El que tiene cinco y obtiene 10, ganó. En este sentido, estamos muy bien posicionados para considerar que ganaremos la elección. Además, el PJ en su doble versión (Kirchner-Scioli o De Narváez-Solá) gobiernan la provincia hace 22 años, con las desastrosas consecuencias que sufrimos quienes vivimos allí: la gente está harta y va a votar por un cambio seguro.

– Cada vez que hay una elección su figura es cuestionada al interior del radicalismo, aunque luego las urnas la ratifican. ¿Por qué cree que pasa esto?

– Nunca supe que mi figura fuera cuestionada. Nunca he sido candidata porque quiero sino porque me lo piden y lo he hecho dando testimonio de mi compromiso político, sin importar si se trata de una banca segura o si es un lugar imposible de conseguir. Creo que me va bien en los resultados electorales, porque los votantes de la provincia valoran el tiempo que hace que me vengo preparando para representar a la provincia, que a esta altura conozco muy bien.

– Pero ciertos sectores del radicalismo, como el que encabezan Moreau y Storani, suelen subestimar su performance. Ahora hasta último momento sonaba que había radicales que querían que Ricardo Alfonsín encabezara por un repentino repunte de las encuestas. ¿Le molesta que se lancen esos rumores?

– No recibí cuestionamientos. Con Ricardo Alfonsín tengo una muy buena relación y estoy segura de que con él, y con todos los candidatos que me acompañan, armamos un muy buen equipo. Respecto a las encuestas… me parece que todos saben que hoy son una herramienta más del marketing político.

– ¿Cómo anda su relación con el radicalismo de la provincia de Buenos Aires?

– Me llevo muy bien con los radicales. Especialmente con el presidente del radicalismo de la provincia y con Ricardo Alfonsín, que hoy es el principal referente en las listas de candidatos que compartimos con el Acuerdo Civico y social.

– ¿Y con Moreau y Storani?

– No tengo actualmente relación con Moreau y Storani, y hoy no creo que sean un problema.

– En 2005 usted dijo que no quería volver a ser diputada porque estaba en contra de estar mucho tiempo en un mismo cargo. ¿Qué cambió desde entonces?

– En el 2005, cuando los radicales me ofrecieron un nuevo mandato como diputada, llevaba ocho años en ese lugar. Expresé que era necesario correrme para que otras personas pudieran ocupar ese lugar tan importante. Creo que no hay que ser un tapón para el crecimiento de nuevas figuras políticas. Nunca dije que no volvería, sino que, en ese momento, era necesario dejar paso. Durante cuatro años no ocupé ningún cargo público, y en ese tiempo ingresaron nuevos y muy buenos legisladores. En esta oportunidad, la Coalición me ha elegido para representar a nuestra fuerza y a los bonaerenses en las listas que se han conformado junto al radicalismo. Por eso volveré al Congreso a partir de diciembre.

– ¿Qué proyectos presentará apenas asuma?

– La Coalición ha definido como uno de los ejes de nuestra propuesta el Ingreso Universal para la Niñez. Avanzaremos con un proyecto para intentar su aprobación. En cuestiones institucionales, insistiremos con una ley de Acceso a la Información Pública. Y también voy a proponer la conformación de un grupo técnico y político que comience a estudiar una reforma tributaria que abra paso a una nueva ley de Coparticipación Federal.

– ¿Es posible políticamente encarar una nueva ley de coparticipación, teniendo en cuenta los altos niveles de consenso que hay que alcanzar para ello?

– Lo primero debemos lograr es que se cumpla la actual ley de Coparticipación, que en su artículo 7 establece un piso garantizado del 34% para las provincias, y que incluye los impuestos que no son distribuibles. Sin embargo, en los últimos cinco años sólo se ha transferido el 25%, aproximadamente. Por ese concepto, la Nación le debe muchos recursos a nuestra provincia, y estamos solicitando que el gobernador instruya al fiscal de Estado para que haga la correspondiente demanda. Luego habrá que abrir una discusión seria sobre la política fiscal. Generar una reforma tributaria para establecer la masa de recursos que luego se coparticipa. y finalmente avanzar en una nueva ley que tenga como prioridad el reparto automático a las provincias. Hay que evitar que la Nación, que no tiene a su cargo ni educación, ni salud, ni seguridad, se quede con la mayor parte de los recursos y que las provincias tengan dificultades para hacerse cargo de todas las competencias que la Constitución le asigna.

– Hace ya cuatro años que no está en el Congreso. ¿Cómo ve hoy al Poder Legislativo argentino respecto a cuando lo dejó?

– El Poder Legislativo se ha ido desdibujando frente a los avances de un Ejecutivo muy fuerte, ejercido desde una concepción muy centralista que le ha arrebatado al Congreso la capacidad de resolver en cuestiones elementales como la distribución de los recursos. El abuso de las mayorías parlamentarias ha servido para facilitar debates en favor de las conveniencias del partido de gobierno, como el adelanto de la fecha de elecciones o para obstruir el debate sobre cuestiones de interés social, como la emergencia frente al dengue o el tratamiento de un plan agropecuario.

– ¿Con qué ánimo vuelve a ese lugar? ¿Qué desafíos distintos se plantea respecto a sus mandatos anteriores?

– El voto de Cobos ha sido una clara muestra de la importancia que tiene cada uno de los diputados. Esta elección es parlamentaria, tenemos que elegir a los más preparados, a los que tienen vocación y a los que van a representar los intereses de los ciudadanos. Para eso encabezo esta lista, para cumplir con esas tres consignas.

– Si el año que viene se debatiera la legalización del aborto. ¿Cómo votaría?

– No se debe llamar legalización, sino despenalización. Porque de lo que se trata es de sacar del Código Penal la sanción a una mujer que decide interrumpir su embarazo, por ejemplo si ha sido violada o si sabe que el feto no tendrá vida autónoma.

– ¿Qué opina de la despenalización del consumo de marihuana y otros estupefacientes?

– Penalizar el consumo personal es inconstitucional.

– ¿Está de acuerdo con la baja de la edad de imputabilidad de los menores?

– Es necesario aprobar un régimen penal juvenil sin necesidad de disminuir la edad de punibilidad penal. Y hay que asegurar los recursos para implementar la ley porque de lo contrario termina siendo una fantasía.

– ¿Apoyaría con su voto el casamiento homosexual?

– No es un casamiento, sino un régimen de unión civil que reconozca derechos civiles a las parejas homosexuales.

– ¿Está a favor o en contra de la pena de muerte?

– Absolutamente en contra. Y es de imposible incorporación en nuestra legislación penal, positiva por imperio de los pactos internacionales de derechos humanos que tienen jerarquía constitucional en la Argentina.

– ¿Cree que los planes sociales deben ser universales?

– Absolutamente de acuerdo, es una prioridad.

– ¿Hubo cortocircuitos con Carrió las últimas semanas?

– No hay cortocircuitos. Tenemos estilos y opiniones distintas en algunas cuestiones. Así es la Coalición. No todos somos iguales ni pensamos igual en todo, sino que construimos una fuerza con capacidad de gobernar la Nación, con respeto a nuestra diversidad. Nuestra unidad está sostenida en un programa de gobierno y un conjunto de principios comunes: la República, la ética y la justicia social.

– ¿Es posible un acuerdo electoral entre ustedes y el peronismo disidente de cara a 2011? ¿Y con Macri?

– No es posible.

– ¿Niega absolutamente que vaya a formar parte de una coalición con el macrismo?

– Con el macrismo, y con todos aquellos que lo deseen, podemos sumar esfuerzos para sacar las leyes que necesita Argentina para superar la crisis. Eso no significa acordar nada, sino simplemente apoyar políticas a largo plazo. Si cualquier diputado de otro bloque apoya iniciativas que impulsamos, estaremos muy felices.

– Desde algunos sectores se dice que la CC es de derecha.¿Por qué cree que se los acusa de ser “de derecha”?

– La CC es un conjunto de partidos y organizaciones. Hay algunos que somos de centro izquierda y otros que no. Pero tenemos diferencias que nos dan fortaleza. Creemos en el diálogo, en la construcción colectiva y en un programa común parlamentario. No hay que dejarse arrastrar por los discursos progresistas que terminan siendo una hipocresía cuando se analiza la gestión. El progresismo es gestionar en favor de los sectores más excluidos, pero no para concederles por lástima o atenderlos como clientes, sino para que formen parte activa del proceso de desarrollo productivo que les permita su propio ascenso social. En tal sentido es la propuesta programática de la CC que no tiene nada de derecha, porque se orienta a terminar con la desigualdad social.