El vicepresidente reveló que aquel día de la histórica sesión del Senado hubo senadores que le pidieron entrar armados al recinto. Ante ello, el jefe del bloque oficialista le reclamó que diga quiénes lo hicieron, porque ello constituye un delito.
Hace exactamente un año, en la madrugada de la maratónica sesión de las retenciones móviles, el presidente del bloque oficialista del Senado confrontaba con el vicepresidente de la Nación y titular de ese Cuerpo. Cobos pedía pasar a un cuarto intermedio para analizar alternativas para las retenciones móviles; Miguel Angel Pichetto, argumentando directivas expresas de ya se sabe quien, lo conminó a no postergar más la definición de ese tema. Y elípticamente le espetó el mote de “Judas”.
Hoy, a un año de esa situación, ambos siguen en veredas opuestas y vuelven a confrontar.
Es que Julio Cobos volvió a atraer toda la atención de los medios deseosos de revivir aquel día no tan lejano. Y en el marco de contar detalles, el titular del Cuero reveló que hasta tuvo que impedir que algunos legisladores ingresaran armados al recinto.
El vicepresidente recordó ese día como “un momento de gran angustia” y ante los medios comentó en un pasaje que “los senadores estaban preocupados. No voy a dar nombres, pero algunos de ellos me pidieron si podían ingresar con armas al recinto”.
“Senadoras y senadores me pedían si podía estar la Policía”, detalló.
Ante ello, Pichetto advirtió que “si fuera cierto lo que sostiene, estaríamos ante un hecho de extrema gravedad institucional”.
“Cobos debe dar los nombres de los senadores que supuestamente le hicieron este pedido”, advirtió el rionegrino, por cuanto “de lo contrario, si no hace ahora lo que debería haber hecho en ese momento, esto es una denuncia concreta, estaremos indudablemente ante una nueva e irresponsable especulación de un vicepresidente que no parece tener el cuidado de las instituciones como uno de los valores máximos que debe defender”.
Infidencia va, infidencia viene, Cobos dijo: “Hubo un senador que me pidió autorización para entrar armado. Le dije que no y le aseguré que iban a estar garantizadas todas las medidas de seguridad y que no iba a dar inicio a la sesión hasta que los palcos estuvieran totalmente despejados”.
Por su parte, Pichetto recordó que se trató de “una sesión, igual que la discusión en comisiones, en la que no se dejó entrar a nadie que fuera ajeno al Senado o a los medios de comunicación que cubrieron el desarrollo del debate”.
Recordó que el debate de esa jornada “fue elogiado por los periodistas como un ejemplo de cómo una situación clave en términos informativos pudo llevarse adelante de manera ordenada, garantizando el trabajo de las mujeres y hombres de prensa”.
