Por César Montenegro

En diálogo con Parlamentario, el diputado porteño Aníbal Ibarra cuestionó al Gobierno nacional y dejó en claro que “otros cuatro años de gestión de Macri le harán muy mal a la Ciudad”. De la administración porteña, sólo rescató el manejo del PRO respecto de la autonomía de la Ciudad.

– Usted es muy crítico de la gestión del PRO. ¿No encuentra nada positivo de la administración de Mauricio Macri?

– He destacado varias veces que en el tema de la autonomía el Gobierno se manejó bien. Se pudo modificar la ley Cafiero en lo que hace a la temática de la seguridad. Por lo tanto, a partir de la derogación de esa norma, la Ciudad puede tener Policía propia y esto es importante. Por ello lo he destacado, no sólo lo hago ahora, lo hice varias veces. Este es un punto donde el Gobierno de Macri ha gestionado bien y ha tenido un resultado positivo.

– ¿Por qué le cuesta reconocer aspectos de la gestión de Macri? ¿En casi dos años, no hay nada rescatable?

– No comparto las políticas de este Gobierno, no las compartí antes y no las compartiré ahora. Soy opositor y debo decir que yo pasé por el Ejecutivo y soy conciente de las dificultades que se pueden tener desde una gestión. Aún así hay muchos aspectos con los que no coincido y lo digo públicamente. Ante la pregunta de que si algo hizo bien, hice mención a uno. . . .

– Cuando debe dialogar con algunos de los legisladores que alzaron la mano a favor de su destitución, ¿le provoca alguna sensación incómoda, de reproche?

– No, en absoluto. Muchos pensaron que eso iba ocurrir, sin embargo en la Legislatura continuamente estoy con los legisladores que votaron mi destitución y ninguno de ellos puede decir que yo me comporté de una manera diferente. Tengo mi opinión sobre lo sucedido, pero no la traslado a la actualidad política. Estoy de acuerdo con relación a los hechos que me pueden parecer bien o mal, pero no de cómo hayan votado en un momento determinado.

– ¿La renuncia de Palacios le provocó satisfacción después de haber sido uno de los que más trabajo para que sea apartado?

– Palacios es una parte de todo un sistema de la Policía de la Ciudad. En realidad el suceso de Palacios no debió haber ocurrido nunca. Jamás debió ser designado, y la obstinación de Mauricio Macri en sostenerlo hizo que la Policía Metropolitana naciera con una crisis antes de salir a la calle. Pero Palacios es una persona que, insisto, nunca debió haber sido designado, ya que lo importante son las políticas, porque la designación de un nuevo jefe de Policía puede recaer en otro Palacios o en alguien parecido. Con esto le cambiamos el collar al perro, pero el perro sigue siendo el mismo.

– ¿Sus diferencias con Macri son de índole política e ideológica?

– Claro. El tiene un concepto distinto del Estado, un concepto distinto sobre lo público, sobre la articulación de lo público con lo privado, con los cuales yo no coincido, pero legislativamente la iniciativa sobre el tema subterráneos, que en su momento ellos sostenían que necesitaban construir, la acompañé, por más opositor que sea. A mí me parece bien que se construyan líneas de subterráneos. Soy opositor a este Gobierno, pero si tiene una iniciativa que me parece positiva la voy a acompañar. Sucede que en otras tantas estoy en desacuerdo como, por ejemplo, con el endeudamiento que propone contra el desmanejo financiero de la Ciudad, que no se lleven a cabo obras estructurales, que prevalezcan las baldosas por sobre las escuelas…

– ¿La forma de gestión obedece a una cuestión ideológica o por incapacidad?

– Esta forma de gestionar obedece a una posición ideológica. Hoy este Gobierno hace una gran transferencia de recursos públicos al sector privado, lo que obedece esencialmente a lo ideológico. Macri utiliza los recursos públicos de la Ciudad para lograr una gran transferencia hacia el sector privado y en eso es muy eficaz. Entonces hay renegociación de contratos, hay adelantos financieros para las empresas, hay bonos para proveedores y hay sobreprecios en obras, esto es transferencia de recursos públicos al sector privado… En esto es eficaz, lo que pasa que para mi es muy malo. Macri considera que poniendo baldosas la gente ve cómo se trabaja, cuando en realidad las obras estructurales de una Ciudad pasan por otro lado, y muchas veces no se ven. Las obras de subte cambian una ciudad, y durante años no se las ve y seguramente las inaugurará otro, pero esas son las obras transformadoras. El mantenimiento hay que hacerlo, pero no hay que sacarle recursos a las obras en escuelas para hacer mantenimiento y esto es lo que hace este Gobierno con un concepto ideológico. Las obras públicas son las obras que se ven, entonces la obra pública son las baldosas, el pavimento, las plazas y el mantenimiento…

– Políticamente, ¿cómo calificaría a este Gobierno?

– Es un Gobierno que tiene el acento en transferir recursos del sector público al sector privado. Por ejemplo, el año pasado ejecutaron más de 300 millones de pesos en subterráneos. ¿Construyeron subterráneos? No. Todos fueron rederteminaciones de precios para las empresas o adelantos financieros. Otorgaron 75 millones de pesos a dos empresas para que no hagan nada, no hicieron nada, nunca se les reclamó ese dinero y ahí está… Por eso políticamente confronto con muchas de las cosas de este Gobierno, en donde contrata consultoras como ningún otro. Hay readecuaciones de precios, por los contratos de la basura se pagan sumas siderales que nunca en la historia se han pagado y además están generando un endeudamiento que, si seguimos así, antes de fin año vamos a tener otro aumento de impuestos y vamos rumbo a un choque en términos financieros.

– ¿A su criterio no le cierran los números a Macri?

– No le cierran por el desmanejo financiero que tiene. Aumentó la burocracia del Estado, no la achicó, renegocia los contratos siempre en beneficio del sector privado, les da adelantos financieros, aumentó los gastos corrientes del Estado y así no hay dinero que alcance.

– ¿No lo ve al jefe de Gobierno iniciando una obra para que sea inaugurada por otro?

– La única que está haciendo en ese sentido es la del Arroyo Maldonado y que tiene financiamiento del Banco Mundial desde el 2005. Y la hace, simplemente, como continuación de una obra que ya tiene financiamiento internacional, el resto no.

– La oposición intenta reformar la ley de Seguridad con el objetivo de transparentar el nombramiento del nuevo jefe de la Policía Metropolitana, ¿alcanzarán el número necesario para introducir modificaciones?

– La seguridad no puede estar sometida a los tironeos de la conveniencia política de uno u otro sector. Como no pueden estar las políticas de salud pública referidas con las adicciones, con el paco y demás drogas. Me parece que tenemos que ser serios y si en algún punto el Gobierno se maneja como si la Policía le perteneciera, es probable que sigamos teniendo crisis como la que se generó con la designación de Palacios. Entonces en la oposición estamos analizando alternativas, donde pueda haber una audiencia pública, donde pueda haber alguna intervención legislativa. La Policía Metropolitana no le pertenece a un jefe de Gobierno, sino que es una cuestión de Estado que trasciende a los gobiernos.

– Usted fue un aliado del kirchnerismo. ¿Cómo se puede definir la relación hoy?

– No pertenezco al Gobierno nacional, tengo profundas divergencias, pero no me lleva a decir que todo lo que hace está mal o a adoptar una opción mediante la cual cierre toda esta crisis por derecha. Al Gobierno lo he criticado y lo hice con dureza. Me pueden esbozar un discurso muy progresista, pero nunca voy aceptar que sea progresista avalar o encubrir negociados dentro de un Gobierno. De eso no me aparto un centímetro. Ahora esto no me lleva a favorecer variantes como De Narváez, Macri o la que fuere, porque hay muchos que quieren forzar situaciones para que esto cierre por derecha.

– ¿Cómo vislumbra su futuro político?

– Quiero aportar a la construcción de un espacio amplio en la Ciudad, para que en el 2011 plantee una disputa política fuerte al macrismo. Una disputa que hay que darla con los mejores candidatos y yo estoy convencido de que tenemos que dejarnos de mirar el ombligo y apostar a una construcción amplia, porque cuatro años más del macrismo después del 2011 va a producir un daño irreparable para la Ciudad.

– ¿Qué evaluación hace del resultado del 28-J de su espacio político?

– Muy malo, lo digo como lista. En realidad no hubo corrimiento hacia la derecha de la sociedad porteña, al contrario, el oficialismo perdió muchísimos votos y creo que hay una lectura interesante para hacer, de un electorado inteligente que mezcló o juntó una opinión a nivel nacional y una opinión también dentro de la Ciudad en el mismo voto. Ello abre una perspectiva interesante para dar la pelea en el 2011; habrá que saber aprovecharla.

– ¿La tragedia de Cromañón incidió en los resultados?

– Yo me presenté en el 2007, mucho más cerca del hecho de Cromañón, y fue la segunda lista más votada, con lo cual el resultado dependía de otras coyunturas políticas pero no de Cromañon. Por lo tanto, en estas últimas elecciones no tuvo incidencia, ya que no fue tema de debate político.

– ¿Qué le pareció el fallo del Tribunal que juzgó el suceso de Cromañón?

– Yo no soy quien para levantar el dedo o decir que está bien o qué esta mal en un fallo. Sí digo que fue un fallo necesario, porque en una Argentina de historia de impunidades y de casos que quedan en la nada, es un caso que más allá de su complejidad tuvo una resolución más o menos aceptable. Cada parte podrá estar en desacuerdo o de acuerdo o lo que fuere, y es una parte todavía de un fallo que no terminó, porque en realidad podrán recurrir ante Casación y ante la Corte Suprema, así que todavía falta bastante tiempo para que se sepa la palabra final.

– Se muestra reticente a hablar sobre los sucesos de Cromañón…

– No, de ninguna manera. Si bien es cierto que dos funcionarias han sido condenadas a dos años de prisión de prisión por el delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público, no vi a nadie ir a preguntarle al actual jefe del Gabinete nacional, Aníbal Fernández, respecto al oficial de Policía sentenciado a 18 años de prisión, que al momento de los hechos dependía de su cartera, el Ministerio del Interior, del cual él era su titular.