El legislador electo Francisco “Tito” Nenna (Encuentro Popular para la Victoria) encabezó, junto al secretario general de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), Eduardo López, una movilización de docentes porteños a la Legislatura para exigir la renuncia del ministro de Educación, Mariano Narodowski, y su par de la cartera de Seguridad, Guillermo Montenegro. “No es casual que en el auge del conflicto de los estudiantes por las becas el ministro pidiera los nombres de los alumnos que tomaban escuelas”, expresó Nenna, y recordó que lo mismo ocurrió durante el pico del conflicto docente en 2008.

“Estamos rechazando estas prácticas”, bramó el diputado, y también planteó la necesidad de “que la Legislatura haga una interpelación al jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, para que dé cuenta de esto”. “Los docentes, los estudiantes y la comunidad educativa estuvieron siendo espiados por un personaje que hoy está preso”, ilustró.

En la misma dirección, Nenna explicó que el descubrimiento de los contratos que el Ministerio de Educación mantenía con Ciro Gerardo James evidencian que la designación de Jorge “Fino” Palacios al frente de la Policía Metropolitana “no era un hecho aislado ni un tropezón”. “Tiene que ver con una Policía de Seguridad Metropolitana que es afin a las políticas de ajuste que plantea el Gobierno porteño”, dijo, y concluyó: “Queremos que la Justicia convoque a los ministros responsables para que se terminen estas prácticas propias de la dictadura militar”.

Tras los discursos, Nenna y López ingresaron a la reunión de la Comisión de Educación, cuyo vicepresidente es el diputado del Pro Fernando De Andreis. Los dirigentes docentes estuvieron acompañados por la titular del INADI y también legisladora electa, María José Lubertino, y el edil Juan Cabandié.

Ante la presencia de los demás diputados miembros de la Comisión, y de trabajadores docentes presentes en el salón, la diputada Gabriela Alegre consideró escandaloso que un personaje como Ciro James haya sido contratado por el Ministerio de Educación de la Ciudad y se preguntó: “¿Qué tiene que hacer un ex agente de inteligencia ahí? ¿A que política educativa puede corresponder su función?”

Al mismo tiempo, denunció “la evidente relación del hombre de confianza del Fino Palacios con la política persecutoria que vimos el año pasado, cuando desde el Ministerio se elaboraban listas negras con los nombres de los estudiantes que participaban en las tomas. Y, con la excusa de realizar auditorías de personal, se revisaban en diversas escuelas los legajos de docentes con militancia social, gremial o política como represalia a su participación en las protestas contra las políticas educativas del gobierno de Macri”.