Los más y los menos de la histórica sesión preparatoria, que dejó mucha tela para cortar. Mientras la oposición festejaba su primer triunfo en seis años, los hombres del oficialismo no entendían cómo habían llegado a perder tanto poder en un recinto donde venían invictos.
El más aplaudido: Fue el radical Ricardo Alfonsín, que en el momento de jurar como diputado –acompañado de Margarita Stolbizer y Juan Pedro Tunessi- recibió una ovación de sus propios pares y desde las galerías.
La más elegante: Claudia Rucci, que lució un ajustado vestido color verde que no la hizo pasar desapercibida por la platea masculina.
La sorpresa: La popular Lidia “Pinky” Satragno, que manejó con soltura una sesión muy complicada.
Los más silbados: Elisa Carrió, Francisco de Narváez y Felipe Solá, a quienes la barra oficialista recibió con silbidos y hasta algún que otro insulto.
Los más elegantes: Felipe Solá, Esteban Bullrich y Agustín Rossi, según la opinión de la platea femenina de la Cámara.
El gran perdedor: Néstor Kirchner, cuyo debut legislativo registró un duro revés. Tuvo que ceder ante la mayoría numérica de la oposición que lo obligó a terminar aceptando el acuerdo que de entrada había rechazado.
Los ganadores: Todos los bloques de la oposición, que pacientemente tejieron el acuerdo que se concretó finalmente en el recinto.
Los operadores: Por el oficialismo estuvieron el presidente de la Cámara, Eduardo Fellner, el del bloque, Agustín Rossi, y la secretaria del bloque Patricia Fadel; por la oposición, Oscar Aguad, Felipe Solá, Federico Pinedo, Graciela Camaño, Patricia Bullrich, Pino Solanas y Mónica Fein, entre otros.
El descolocado: El titular del bloque SI, Eduardo Macaluse, que pidió un cuarto intermedio para esperar la llegada del oficialismo, junto cuando empezó a ingresar el bloque del FpV.
El solitario: El ex intendente Martín Sabbatella tuvo un mal debut, al exponer su posición aislada, diferenciándose del oficialismo y la oposición. Nadie entendió bien su postura.
La desencajada: La flamante diputada chaqueña Sandra Mendoza no pasó inadvertida en su debut legislativo, donde fustigó duramente a la oposición en general y a la presidenta Pinky en particular, generando más de un comentario por lo bajo. Los rostros de sus propios compañeros de bancada dejaron en evidencia el malestar con su comportamiento.
Las juras particulares: Las de Gabriela Michetti y Jorge Triaca (h), quienes por estar sobre sillas de ruedas prestaron juramento directamente a la vera del estrado presidencial.
La figura clave: Graciela Camaño, quien en su condición de presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales, tuvo la llave para abrir la sesión.
El elogiado: Acaparó expresiones ponderatorias Eduardo Fellner, de propios y extraños, al ser confirmado como titular de la Cámara baja.
Los juramentos extensos: Correspondieron a las diputadas Alcira Argumedo (por los 30 mil desaparecidos) y Sandra Mendoza (por los ciudadanos del Chaco, la memoria de los desaparecidos, etcétera), entre otros.
El ninguneado: Walter Wayar, ex vicegobernador salteño, se autodefinió marginado de todas las negociaciones llevadas a cabo con relación a la conformación de las comisiones, y anunció que tendrá un bloque unipersonal.
El nuevo look: El diputado Carlos Heller, con pelo más oscuro, y la diputada Gabriela Michetti, con pelo lacio.
Los chupa K: Stella Maris Córdoba fue una de las que se abalanzó sobre Néstor Kirchner para saludarlo, igual que Carlos “Cuto” Moreno y Luis Cigogna, entre otros.
Los poco memoriosos: Gerónimo Vargas Aignasse le recriminó a la oposición el “apuro” por definir ese mismo día las comisiones, cuando el kirchnerismo si algo ha tenido los últimos tiempos ha sido “vertiginosidad legislativa”, en todo sentido.
La muñeca: Oscar Aguad, quien desarrolló con soltura la estrategia diseñada por la oposición.
El renunciamiento: Felipe Solá fue uno de los armadores del acuerdo y en esa línea cedió el segundo lugar de las vicepresidencias al oficialismo, para allanar el camino a un final positivo.
