Líder del GEN y con un bloque de cinco diputados nacionales, Margarita Stolbizer defiende el papel de la oposición en lo que ha sido esta primera mitad de año. Y al detallar los pasos a seguir, destaca la importancia de salir de una agenda inicial muy cerrada en lo institucionalista, basada en temas tales como la modificación del Consejo de la Magistratura y la reglamentación de los DNU, hacia una suerte de “ofensiva” en temas más vinculados a la agencia social.

“Ahí es donde ubico un debate que creo que es central, que es el del 82% móvil para los jubilados, y sobre todo, la recuperación por parte del Congreso de aquellas facultades que habían sido delegadas a través de muchos años de legislación delegante y delegada, el Congreso recupera esas atribuciones, que nos van a permitir sobre todo discutir cómo se reparten los recursos públicos”, señaló la diputada en su diálogo con Parlamentario.

– ¿Cómo divide este año legislativo y qué es lo que está por venir en este Congreso?

– Primero es necesario aclarar que la oposición no es un colectivo uniforme. Que se mueva en un espacio común para todas las estrategias políticas, ni que piense lo mismo sobre todos los temas. Y eso es lo que casi naturalmente dificultó el entendimiento; sin embargo todo este proceso de cambio se ha ido notando tanto que en la sesión del Consejo de la Magistratura la situación terminó siendo tan al revés, que el oficialismo llevó su bloque, el del Frente para la Victoria, con cinco dictámenes distintos, y la oposición, pese a que somos una cantidad de bloques diferentes, llegamos con un único dictamen, que es el que terminó siendo aprobado. Hemos ido construyendo un consenso que no es fácil, en una oposición que es muy diversa, muy compleja, que tiene estrategias políticas y electorales distintas, y esto también se va a ir notando. Entonces, hay que tratar, por un lado, de dividir lo que son las estrategias políticas electorales de lo que son las estrategias parlamentarias, donde la construcción del consenso es, pese a las dificultades, más fácil que si pretendemos unirnos para otros fines. Ahí creo que también la oposición ha puesto en marcha una maquinaria que lógicamente fue difícil poner en marcha, porque no nos olvidemos que el período parlamentario empieza en marzo, entonces hasta que las comisiones empezaron a debatir, a discutir, a recibir invitados, a producir dictámenes y llegar al recinto, pasó un tiempo… Cuando las cosas empezaron a tener este devenir natural de producir dictámenes, empezamos a llegar al recinto y a ganar algunas votaciones.

– La oposición tiene los números para resolver este tema del 82% móvil, ¿cree que la Presidenta lo va a vetar? Porque el Gobierno dice que no tiene plata para pagarlo, que plantearlo es “una tilinguería”…

– Esto muestra el doble discurso hipócrita de un Gobierno que cuando ellos venían diciendo que hay que aumentarles a los jubilados, eso está bueno, y cuando lo dice la oposición está mal y la oposición hace política. O cuando dicen ellos que el aumento va a producir inflación, y la verdad es que ellos han venido aumentando el gasto de manera enorme durante todo este tiempo y eso podría ser también inflacionario. Yo creo que todo esto está dependiendo de que nosotros logremos aprobar una ley que sea seria, fundamentalmente, sustentable… No podemos decir que se aumenta sin decir de donde salen los recursos. O sea que eso me parece que puede poner el freno a la posibilidad de veto de la Presidenta. Creo que si sale una ley que precise de dónde salen los recursos, entiendo que el veto no podría estar. Sería muy costoso para la Presidenta vetar una ley de aumento a los jubilados, entendiendo que el aumento no es otra cosa que el cumplimiento de un fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación; entendiendo además que los recursos están, porque hoy los recursos de la ANSeS terminan siendo destinados a colocar títulos en los bancos, por ejemplo. El otro día leía una carta de una jubilada que decía: “No quiero que me traigan el conversor para ver la TV digital, quiero que me aumenten la jubilación…”. Esos recursos tienen que estar destinados a su finalidad propia. No olvidemos además que en el plan de aumentos que el propio Gobierno tiene estaba la idea de llevar la jubilación a 900, entonces no estamos tan lejos de llevarla a los 1.200 que sería el cumplimiento del fallo de la Corte.

– ¿Qué pasaría si por ejemplo se adelantara el Gobierno, como hizo con la Asignación Universal por Hijo, dando un aumento ahora?

-Creo que eso no impide de todos modos que nosotros vayamos, insisto, no por lo que es un capricho o una propuesta de la oposición, sino por lo que es el cumplimiento de un fallo de la Corte que le impone al Gobierno pagar el 82% móvil y que obviamente los recursos están para poder cumplir. Si el Gobierno llevara las jubilaciones a los 900 y algo que dicen, deberíamos igual discutirlo. Esta práctica del Gobierno del efecto impacto, sorpresa permanente, anticiparse, me parece que es “chiquitaje” de la cosa política: “Les quito la bandera para que no sean ellos”…

– Bueno, así es como se ha actuado últimamente.

– Claro, a mí no me parece mal cuando la Presidenta hace las cosas que tiene que hacer; lo que creo que está mal es este abuso desde hace tiempo de los decretos de necesidad y urgencia. Hay cosas que tienen que salir a través de una ley, me parece que hay que salirse del abuso del decreto para decir “me quedo con la bandera de haberlo hecho”, y si la Presidenta tiene un buen proyecto, el mismo va al Congreso y el Congreso lo resuelve.

– Usted es titular de un partido joven como el GEN, ¿qué van a hacer el año que viene en las elecciones?

– Nosotros estamos en la búsqueda de formar parte de un frente amplio y progresista, con una cantidad de fuerzas políticas; reconocemos nuestra sociedad natural con lo que fue el Acuerdo Cívico y Social del año pasado, que además tuvo un muy buen resultado electoral, y lo que queremos es unificar nuestra fortaleza, que es fundamentalmente en la provincia de Buenos Aires, donde podemos aportar bastante, el socialismo aportará lo suyo en Santa Fe, el radicalismo tiene sin duda un desarrollo territorial en todo el país que le permite en gran medida liderar también este proceso, y nuestra aspiración es que se puedan integrar también otras organizaciones políticas y sociales que no estuvieron antes, para evitar que la salida a un Gobierno tan perverso, tan malo, tan corrupto como el de los Kirchner, termine siendo una salida hacia un proyecto que pueda ser un retroceso en términos políticos, ideológicos. Entonces creo que lo importante es que haya un frente realmente progresista en la Argentina, que además desenmascare esta hipocresía discursiva de los Kirchner de haberse vendido ellos como que son la izquierda, o el sector progresista, y que para eso tenemos que armar una cosa que sea sustentable, competitiva en términos electorales, pero que a la gente le de tranquilidad sobre el gobierno futuro. Porque la gente necesita garantías de gobernabilidad.

– ¿Usted sería candidata a gobernadora en la provincia de Buenos Aires, o qué aspiraciones tiene?

– La verdad es que yo llevo muchos años de militancia política y nunca me he movido en función de proyectos de tipo personal. Es más, hasta a veces me enojan las autopromociones, los que dicen: “yo voy a ser candidato porque quiero ser”. Y yo digo que lo primero que tienen que sentirse es parte de un proyecto colectivo, donde uno es funcional en cualquier lugar que sea, y ese será mi caso. Yo quiero formar parte de un frente con otros y de última soy una pieza a disposición de eso. Además, recién ingreso a la Cámara, por lo tanto tengo un tiempo acá por delante; no tendría ninguna necesidad de ser candidata, y voy a serlo sólo en la medida en que mi presencia en una lista le aporte a ese armado frentista.

– Bueno, veremos cómo se dan las cosas durante esta campaña electoral…

– Pero lo principal además es que todo este camino no esté orientado a la discusión de candidatos, o el reparto de lugares en una lista; para nosotros es central discutir en este segundo semestre del año la base programática de un futuro gobierno. Los diez puntos centrales sobre los que nos comprometemos, y eso es lo que tiene que sellar la unidad de sectores distintos.

– Si ustedes se mantienen dentro del Acuerdo Cívico, ¿la cabeza de esa fórmula tiene que ser radical?

– Es que yo no creo que los radicales vayan a resignar ese lugar, sobre todo viéndolo y hablándolo con ellos, que están más creídos de sí mismos de lo que vemos los demás. Ellos tienen una fantasía de su recuperación, que creen que la gente va a correr a votarlos; yo no creo que eso exista, la verdad. A mí me parece que aunque hoy pongan al mejor, solos, sacan el 5 por ciento…

– ¿Tienen alguna preferencia entre Cobos y Alfonsín?

– No, no lo haríamos nunca, porque no nos parece bien que si uno confluye en una sociedad con un partido, tengo que ser respetuosa; no puedo decir quién tiene que ser tu candidato ni quien no, porque yo no aceptaría que me lo dijeran a mí. ¿El ARI aceptaría que le dijeran “no, Carrió no puede ser”? La discusión de candidaturas me parece que tiene que ser mucho más seria. Lo que no quita que cada partido impulse los propios, me parece muy bueno y muy sano que cada partido, de aquí hasta que se defina, empuje por los propios. A Carrió, a Binner, a los radicales… A mí lo que me quita el sueño es la posibilidad de que Kirchner pueda seguir en el Gobierno.

– ¿Cree qué el kirchnerismo puede seguir gobernando si la oposición no se reagrupa?

– Para mí hay tres tercios; el tema es que el tercio nuestro no se subdivida. Si Carrió termina sola; Pino (Solanas) solo; Binner solo… Eso es un desmadre: vas a un ballotage entre dos listas peronistas. Eso ya es muy malo, y es malo en cualquier resultado; a mí no me gustaría una salida a Kirchner por derecha. Que Macri sea el candidato a presidente. Ahora, la verdad, creo que el problema es que Kirchner trabaja para que el referente que compita con él sea alguien de derecha y entonces él quedarse con los votos de la centroizquierda. Entonces yo no creo, como algunos dicen, que a Kirchner en el ballotage cualquiera le gana, porque si el candidato es muy conservador, los votos de la centroizquierda se van a dividir. Entonces, en cualquier situación Kirchner mantiene sus chances. A mí me desespera que logremos la unidad de nuestro espacio, que sea efectivamente el que pueda ingresar en el ballotage y que le quite a Kirchner esa condición de “progresista de centroizquierda”.

– ¿Cómo se entiende que dentro de esa centroizquierda haya sectores como el de Sabbatella que se ha transformado en filo-kirchnerista?

– Primero, no se olvide que Martín Sabbatella es PC. Que está con Kirchner como está (Carlos) Heller, como han estado históricamente los comunistas con los peronistas. Tienen ese tipo de comportamientos. Y lo otro es la atracción a la billetera. Le bancaron toda la campaña: la campaña pública que hizo Sabbatella, en recursos, no la podía hacer si no estaba pagada por ellos… Nosotros hacíamos campaña y sabíamos lo que costaba eso.

– ¿Cobos sería una salida por derecha?

– Y, creo que Kirchner va a trabajar para eso, pero de todos modos me parece que es mejor eso que la salida por el peronismo, que sería un retroceso. Con respecto a los candidatos del Acuerdo Cívico, me parece que hay que tratar de no cerrarse en los dos que están y en la lista tienen que estar, además de Cobos y Ricardo Alfonsín, Binner y Ernesto Sanz, entre otros.