El senador Samuel Cabanchik explica sus disidencias respecto de la discusión de la reglamentación de los decretos de necesidad y urgencia.
– ¿Por qué firmó en disidencia el dictamen que modifica el régimen de los DNU?
– Firmé en disidencia básicamente porque no coincido con el artículo 24. En el artículo 18 también hay algunas expresiones a corregir, pero la disidencia más de fondo, tanto política como conceptual, es la del artículo 24, que es el que plantea en qué casos queda vigente un DNU, y en qué casos no. Yo propongo un esquema un poco más complejo en relación con el tema porque considero todas las posibilidades, busco una posición intermedia que intente equilibrar la postura actual, en la cual un DNU no se puede bajar nunca, y el extremo en relación con lo aprobado en Diputados, según el cual el DNU no podría estar vigente nunca.
– Si el proyecto se trata en el recinto de la Cámara alta, ¿usted lo acompañará con su voto?
– Lo apoyaré en general, porque estoy de acuerdo con que esto es mejor de lo que hay. Pero en particular voy a proponer las modificaciones de los artículos 18 y 24, que los voy a llevar redactados, e intentaré demostrar por qué es mejor de lo que hay, es decir, daré las razones filosóficas. Si hay votos suficientes para aprobar como está ahora, cosa que dudo, saldrá la ley como vino de Diputados. Si no, volverá con modificaciones a la Cámara baja. Alguna de las dos posturas va a primar.
– ¿Por qué no se firmó el dictamen sobre acceso a la información?
– Yo generé un proyecto de dictamen, tuvo modificaciones, las hicimos y las volvimos a girar. Tengo la promesa del bloque radical y del Frente para la Victoria para que me hagan una devolución la próxima semana para ver si podemos caminar hacia un dictamen común. Sería genial que pudiera salir por consenso.
– ¿Se habló en la Comisión de Asuntos Constitucionales sobre Consejo de la Magistratura, que es un tema ya tratado y aprobado en la Cámara baja?
– Sobre el Consejo de la Magistratura conversamos sobre armar audiencias públicas, pero va a llevar su tiempo. Es un proyecto muy complejo, hay muchas opiniones.
– ¿Por qué cree que no fue invitado a las reuniones de los bloques opositores para la organización de la agenda legislativa?
– Son ruidos de la construcción política. Siempre es difícil armar un colectivo que nos incluya a todos. Venimos de orígenes distintos, pretendemos cosas distintas, y a veces pensamos distinto. También pasa que no se pueden sostener las discusiones, entonces se complica el panorama. Yo me integraría a una reunión que no sea la del Grupo A, esas imágenes de ‘somos 37 acá en el Senado para ser la máquina de impedir al oficialismo’ son irreales, porque no se conforma un proyecto de políticas de Estado de gobierno.
