Al igual que todos los anteriores debates de este año, en la Cámara baja se discute blanco o negro, bueno o malo, a favor del Gobierno o en contra, pero el verdadero tema de fondo en el cual todos los sectores están de acuerdo en discutir, se patea hacia delante. Este miércoles 18 de agosto, la excusa fue que es urgente una reivindicación histórica con los jubilados, aunque después se frene en el Senado o sea el propio gobierno nacional quien vete esta iniciativa de ley que intenta el arco opositor aprobar en Diputados.

El tema del día fue el 82% móvil para los jubilados que cobren el haber mínimo y un reajuste según el fallo Badaro de la Corte Suprema de Justicia. Lo anecdótico y por lo que se despoja del bien común y se reviste de solamente un interés político por parte de la oposición, es que justamente, son los mismos representantes de los partidos políticos que años anteriores, cuando fueron gobierno, congelaron las jubilaciones o realizaron una quita del 13 por ciento a los jubilados y pensionados. Aún peor, provocaron el mayor nivel de desempleo del país, lo que afectó al sistema previsional y muchos trabajadores que hoy son jubilados quedaron sin aportes.

Pero como si los datos históricos no bastaran, los mismos que ahora piden que el Estado se haga cargo de una deuda moral con los jubilados, hace un año votaron a favor de la continuidad de las AFJP.

Entonces, las cartas sobre la mesa quedaron repartidas entre los que consideran que hay mucha plata en las arcas de la Nación y deben repartirla entre los jubilados, y quienes dicen –los fieles a los K- que no existe sustentabilidad del sistema previsional para otorgarle el 82% móvil a los jubilados respecto al salario mínimo vital y móvil de los trabajadores que fija el Consejo del Salario. Por ende, el debate no es profundo sino se trata de la coyuntura política pensando en las elecciones presidenciales de 2011.

En este marco, se desarrolló en la Cámara de Diputados un largo debate ideológico sobre que hacer con el excedente del ANSES, gracias al modelo que implementó el ex presidente Néstor Kirchner y continúa su esposa Cristina Fernández de Kirchner.

En el debate sobre el 82% móvil para las jubilaciones mínimas, el presidente de la Comisión de Previsión y Seguridad Social de la Cámara baja, Eduardo Ibarra, explicó, como miembro informante por el proyecto de la mayoría opositora, que “es justo que distribuyamos este crecimiento [económico] en aquellos trabajadores que se aguantaron todas las crisis” y hoy están jubilados.

En consideraciones políticas, el diputado del Peronismo Federal reflexionó: “No me lo imagino al General Perón haciendo una consulta para saber cual es el impacto que iba a tener las vacaciones pagas, consultando por el aguinaldo. No me lo imagino a Perón haciendo un Power Point para decirle no a un aumento a los jubilados”. Las palabras de Ibarra fueron en referencia a las reuniones que se realizaron entre el ministro de Economía, Amado Boudou, y el titular de la ANSES, Diego Bossio, y algunos diptuados oficialistas.

Luego, el miembro informante del dictamen de minoría dio el puntapié inicial para guiar el debate sobre las jubilaciones hacia una reforma integral del sistema previsional. El diputado de Proyecto Sur Claudio Lozano aseguró que “estamos incubando una bomba previsonal”.

En este sentido, la jefa de bloque del socialismo, Mónica Fein, aseguró que “este es el primer paso para mejorar la situación de nuestros jubilados. Pero nos debemos un debate profundo respecto al sistema previsional de nuestro país”.

Con respecto a la discusión sobre una reforma integral, el propio presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara baja, Gustavo Marconato, dijo estar de “acuerdo con –Claudio- Lozano que se debe discutir el sistema integral jubilatorio. Pero hoy, con este proyecto, van a secar el Fondo de Sustentabilidad de Garantía del sistema previsional”.

En esta misma línea, el bloque Nuevo Encuentro, desde su portavoz Carlos Heller, adelantó que se iban a abstener “al no haberse discutido en profundidad el mecanismo de financiamiento para que sea sustentable en el tiempo”.

Dentro de la disputada coyuntural por la caja que manejan en la actualidad los Kirchner, el diputado del peronismo disidente Felipe Solá sostuvo que “los fondos de la ANSES son de los jubilados y nos indigna ver cómo usan el fondo de garantía de sustentabilidad de la ANSES para otros fines”. Y agregó: “Tenemos más ingresos y el 82% se puede pagar. La plata está, el tema es en dónde va a estar”.

Para continuar con la línea contra Olivos, el diputado mendocino Omar De Marchi consideró: “El Gobierno utiliza los recursos de la ANSES para prestarla a la General Motors o para financiar obras políticas en todo el país. Esto demuestra que prioriza la política clientelar manteniendo de rehenes a gobernadores e intendentes a través del manejo discrecional de los fondos de la ANSES”.

El diputado de Diálogo por Buenos Aires Miguel Bonasso expresó: “Acompañaremos el 82 por ciento porque creo que lo trascendente y fundamental es que se apruebe esta media sanción. Pero cuando debatamos en la votación en particular, solicitaré que se incorporen los artículos elaborados por mis compañeros”. Por su parte, el Peronista Federal Walter Wayar sostuvo la intención de “aprobarlo –la iniciativa opositora- en general, pero habría que darle tiempo a los entendidos para que nos permitan, a través de las distintas variables, ver cómo se puede financiar responsablemente”.

Tras decenas de discursos duros contra el Gobierno, llegó un hombre experimentado en el sistema previsional y aseveró: “Los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, desde la época de Perón, fueron los mejores en relación con el tema de los jubilados”. El oficialista Juan Carlos Díaz Roig declaró que “el sistema de haberes jubilatorios de Argentina es el mejor sistema de América Latina” y que “el Fondo de Garantía de Sustentabilidad Social no es un dinero en una caja, lo que llevaría a un problema de liquidez”.

Díaz Roig reconoció que “lo de los aportes patronales es una idea interesante, pero debería darse bajo la discusión de la reforma del sistema impositivo, es decir, un debate más complejo”. Y concluyó: “Los campeones del 82 por ciento son los que votaron contra la estatización de las AFJP. Plantear el 82 por ciento es una mera maniobra electoral”.

Pero las palabras de Díaz Roig fueron un oasis en un desierto que pronto desapareció y continuaron las duras declaraciones contra el Gobierno. El legislador del SI Eduardo Macaluse -aliado a Pino Solanas- aseguró: “El Congreso no sólo debe votar el aumento del 82 por ciento del mínimo, lo que debe hacer también es indicar cuáles son las fuentes para financiar eso de manera de cuidar las cajas para los futuros jubilados. La falta de financiamiento es una excusa para el veto. Por eso es inexplicable que la mayor parte de la oposición no quiera votar la fuente de financiamiento que nosotros proponemos”.

El ex funcionario de la banca JP Morgan y actual diputado de la Nación, Alfonso Prat Gay, manifestó que “no se está haciendo justicia porque se ignora una sentencia de la Corte Suprema, ya está establecido los ajustes que se tienen que dar, como detalla el caso Badaro”. Además, el legislador de la CC explicó que “lo que estamos dando hoy es la discusión de partidas presupuestarias, no quiero caer en el terrorismo de la presidenta, que cada vez que viene un proyecto de la oposición habla de default”.

Memoria radical
Muchos diputados de la UCR intentaron hacerse cargo de la quita del 13 por ciento a los jubilados en la época de la Alianza y dejar atrás ese estigma político.

“Quiero recordar que fue la UCR en la década del `90 la que se opuso terminantemente a la privatización del sistema previsional en la Argentina, mientras los que hoy son oficialistas aplaudían y acompañaban todas las medidas que se tomaban en aquella época de entrega total y absoluta de la Argentina”, dijo el diputado radical Miguel Angel Giubergia.

También el miembro informante de la UCR, Gustavo Serebrisky, intentó dominar la situación y al comienzo de su alocución aclaró: “Los radicales venimos a hacernos cargo”, lo que provocó las chicanas del diputado ultrakirchnerista Carlos Kunkel.