Con el telón de fondo de la compulsa electoral, más de una iniciativa tiene escasas posibilidades de convertirse en ley, de acuerdo con los relatos a Parlamentario de senadores y diputados. En la lista figuran proyectos económicos, laborales y sociales.
El 129° período de sesiones ordinarias que va a dejar inaugurado la presidenta Cristina Fernández de Kirchner el primer día hábil de marzo va estar condicionado por las campañas electorales a nivel provincial y nacional. Es un secreto a voces que los candidatos a presidente de la Nación o gobernadores, inclusive los que apuestan a dejar su banca por una intendencia van a utilizar las discusiones en comisión o en los recintos para difundir sus plataformas partidarias.
Es un panorama que se repite cada dos años, pero cuando las urnas son presidenciales se potencian las posiciones de los candidatos que disfrutan de una banca tanto en la Cámara alta como en Diputados.
A estos datos hay que agregar la fragmentación de los bloques, que incide en forma notable en la construcción jurídica. En el Senado subsisten 23 bloques, mientras que en la Cámara baja la cifra trepa a 35, con lo cual el famoso quórum queda atrapado en esa telaraña ideológica, donde sobresalen las bloques independientes que tienen la ventaja de no responder a nadie orgánicamente sobre sus conductas a la hora de las votaciones.
Un ejemplo didáctico es lo que sucede con el Partido Renovador de Salta. Su representante en el Senado, Juan Agustín Pérez Alsina, vota en contra de las normas impulsadas por el kirchnerismo, en tanto que la diputada del mismo partido Mónica Liliana Torfe sufraga a favor del oficialismo.
Un espejo de las contradicciones, que en más de una oportunidad se reflejan en otros bloques cuando se debe decidir a favor o en contra de la sanción de una ley.
Entonces no es difícil imaginar que la sanción de una ley de las llamadas estratégicas, va a demandar de quien la impulse sentar en sus bancas el número suficiente para iniciar el quórum y fundamentalmente que estén presentes cuando se convoque a la votación.
En principio y de no mediar un cambio en las posiciones, se va a reeditar el clásico panorama del año pasado: “La oposición tiene la obligación de conseguir el quórum y no nosotros”, era una de las frases preferidas del jefe de bloque de diputados nacionales del FpV, Agustín Rossi, mientras desde la bocas opositoras hacían cola para enfatizar que el kirchnerismo saboteaba las sesiones.
Fotos de una película que no se repite en el Senado, donde el bloque que conduce el senador Miguel Angel Pichetto tiene controlada la situación, ya que fue un sueño fugaz de la oposición tener 37 legisladores sentados en sus bancas para imponer su agenda.
Tranqueras cerradas
La no sanción de las leyes agropecuarias expresa en toda su magnitud los enfrentamientos de los bloques en la Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara baja. No es para menos, ya que está en juego la preciada renta. Es el punto de inflexión en la posiciones y sin lugar a dudas que los intentos para cambiar las retenciones móviles van a quedar en la vera del camino. Las retenciones móviles es lo más palpable.
Los famosos agrodiputados se trenzaron en interminables enfrentamientos, no sólo con los otros bloques, sino en los propios como sucedió en las huestes de la UCR. De un lado la postura de la Federación Agraria Argentina (FAA) a través del pampeano Ulises Forte y del otro lado del mostrador el presidente de la comisión, el formoseño Ricardo Buryaile, de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA).
Divisiones que favorecen a los planes del oficialismo que lógicamente hace plancha y deja pasar el tiempo, que obviamente corre a su favor con esta inacción. Empero, las retenciones móviles no es el único caso de que la siembra sea pobre, en la lista de iniciativas figuran también la prohibición de ventas de tierras a los empresarios extranjeros, la reforma agraria, el control de los agroquímicos, el desalojo de las familias campesinas, entre otras.
Sin duda un listado de buenas intenciones. Habría que ver si los legisladores se ponen de acuerdo para concretar este año la promesa incumplida, especialmente de los bloques opositores.
Tocar el corazón
En ambas cámaras existe una batería de iniciativas de índole económicas que están en las gateras. Muchas de ellas tendrán que sortear una serie de escollos antes de llegar al recinto.
Una de ellas es la que plantea el diputado nacional Carlos Heller de la reforma del Sistema Financiero con la licuación definitiva de una norma vigente desde la última dictadura militar y que se mantiene, pese a ligeros retoques, con el sentido de siempre.
A la propuesta de Heller se suman la del diputado del macrismo Federico Pinedo y la del hombre del GEN Gerardo Milman. La intención de los tres legisladores, con sus respectivas diferencias, es que el proyecto se defina este año. El dirigente cooperativista, consciente de esa situación, inició desde un par de meses atrás la recolección de firmas para presionar a los legisladores con el aval de los ciudadanos de todo el país, las que hasta ahora se cuentan más de 700 mil.
El presidente de la Comisión de Finanzas cabecera de la misma, el diputado nacional Alfonso Prat Gay -futuro ministro de Economía si gana Elisa Carrió- tiene una visión diferente y apunta -dicen- a buscar consenso en su redacción final, la que obviamente no tiene fecha y hasta donde están dispuesto a ceder Heller, Pinedo y Milman.
Obvio que no es el único tema sensible a los bolsillos, ya que en la grilla de los proyectos complicados y difíciles se encuentra una iniciativa del diputado kirchnerista y jefe de asesores de la CGT, Héctor Recalde. El legislador ambiciona alcanzar el éxito de su proyecto de ley de Régimen de Participación Laboral en las Ganancias de las Empresas, este año.
La iniciativa es rechazada por todo el arco empresarial, razón por la cual debe lidiar en la Comisión de Legislación del Trabajo que él preside. Si Recalde consigue el visto bueno de sus pares, deberá sortear luego las comisiones de Legislación Penal y la de Presupuesto y Hacienda, antes de cruzar la Avenida Rivadavia y arribar al recinto. Un horizonte con muchos nubarrones.
Ni lo sueñen
Entre las iniciativas de índole social, el proyecto de regulación de los abortos no punibles encabeza la lista de los temas que no son prioritarios, en particular para los bloques con peso específico a la hora de sancionar una ley, y más cuando la misma es conflictiva.
No sólo la Iglesia Católica se opone, sino que coloca en un brete a los candidatos presidenciables que deben exponer públicamente, si está a favor o en contra, con sus repercusiones en el electorado.
Los integrantes de la Comisión Penal que es la que tiene la primera y decisiva palabra a la hora de la redacción del texto, admitieron en la consulta de Parlamentario que su aprobación se presenta compleja por los intereses en juego, más allá de la buena voluntad de los diputados que la respaldan, que superaría el medio centenar.
Un dato que a extramuros puede sonar que existe un consenso generalizado en Diputados para llegar al recinto, pero que la realidad puertas adentro no es ninguna señal positiva, simplemente es un dato más. Nada más.
Por supuesto que este panorama negativo no va impedir que los autores de la norma empujen para su sanción, por lo menos para dejar conforme a las organizaciones sociales que le son afines, máxime en un año electoral.
Política de seguridad
Cuando se reanude el período ordinario de sesiones, uno de los primeros temas a tratar será la política de seguridad. Los diputados de la oposición van a insistir, todas las veces que sean necesarias y en cuanta conferencia de prensa se haga en el Salón de Pasos Perdidos sobre la imperiosa necesidad de sancionar normas para combatir el flagelo de la inseguridad.
Una de ellas, la de la baja de la imputabilidad, que ya tiene la aprobación de los senadores. El dictamen sancionado en la Cámara alta no cuenta con el aval mayoritario de los diputados, razón por la cual seguramente volverá a la cámara de origen, si Diputados lo aborda en el recinto. Salvo que el conjunto de los diputados cambien de opinión, lo que no es descartable ese giro, pero por ahora son todos rumores de verano.
Empero del listado de normas abocadas a esta temática, la ley que lleva más tiempo en la lista de espera es el control de las agencias de seguridad. Esta norma va a batir record de ninguneo por partes de todos los bloques, ya que hace años que está estacionada en las comisiones de la Cámara baja.
En ese sentido en las últimas sesiones de Diputados, Parlamentario buscó una explicación convincente sobre su postergación y todos los consultados respondieron con evasivas sobre un tema que en rigor apunta al control efectivo de las agencias de seguridad privada que a lo largo y ancho del país pululan y nadie se anima a poner el cascabel al gato, lo que genera más de una interpretación.
Inclusive hasta estos días ninguno de los candidatos la ubica entre las leyes de sus preferencias, optan por otras, pero por esta no.
Papeles en danza
En el listado de proyectos que no tienen el camino allanado, sino más bien lo contrario, figuran entre ellas el proyecto de ley que Declara de Interés Público la Fabricación, Comercialización y Distribución de Pasta Celulosa y la de Papel para Diarios.
La misma fue presentada por el Ejecutivo y tiene dictamen favorable, con los cambios introducidos para juntar las firmas necesarias, pero su habilitación en el recinto se presenta complicado, ya que la misma se enmarca en la disputa con el Grupo Clarín, lo cual obliga a los legisladores a no tener posición intermedia: o a favor en contra de su sanción como se pudo apreciar en los debates desde que arribó a Diputados.
Uno de los bloques árbitros para su sanción es la centroizquierda que lidera el diputado Fernando “Pino” Solanas, y que ya dio una voltereta en su posición lo que es toda una señal. Al principio si, después ni…
Cabe aclarar que de la voluntad política de la agrupación de Solanas depende la aprobación de varios proyectos. Tanto el oficialismo como la oposición lo necesitan. La centroizquierda cuenta con 22 legisladores, un número suficiente para inclinar la balanza de un lado a otro. Hasta ahora han jugado con ambos sectores: una de cal y otra de arena.
Lupa empañada
Una de las obsesiones del año pasado fue la creación de las comisiones investigadoras. De las decenas de proyectos para todos los gustos, hasta lo más increíbles, sólo tres quedaron sin perder estado parlamentario tras el visto bueno de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento que preside el diputado del FpV, Gerónimo Vargas Aignasse.
Ellas son investigar el pago de la deuda externa, el funcionamiento de la ONCCA y las de obras públicas. Sin lugar a dudas que la primera concita la atención, pero todos coinciden que en un año electoral las tres comisiones van a dormir el sueño de los justos lo que será aprovechado por los autores de la iniciativa para denunciar que el oficialismo se niega a su puesta en funcionamiento.
Sin cambio a la vista
Si el 2010 su abordaje fue problemático que se puede esperar el 2011 para la sanción de una nueva Ley de Educación Superior. Nada.
El deseo de cambiar la norma sancionada en el apogeo del menemismo, más precisamente en 1995 por ahora seguirá vivita y coleando, ya que no está en la carpeta del oficialismo, según dicen, de llevarla a los recintos por el revuelo que va a producir su abordaje.
Es que no sólo están en danza los proyectos presentados por senadores y diputados, los que no son del agrado del Ministerio de Educación, y por ende de la Casa Rosada.
Atrás quedaron las interminables audiencias públicas para buscar consensos fuera del Parlamento los que al final quedaron en el cajón de las buenas intenciones y de un ejercicio de participación popular en la redacción de las leyes, las que en este caso puntual fue eso; buenas intenciones.
Por supuesto que estos proyectos de ley no son los únicos que están al borde del camino, el listado es más amplio, pero sólo citamos algunos de ellos como un ejemplo de que el 129 periodo de sesiones ordinarias no pinta como productivo, sino todo lo contrario, dado que está en el medio las urnas presidenciables.
