Martín Ocampo no tiene dudas. Para este legislador porteño, el Pro “es lo mejor que existe en términos de propuesta política para la Nación”. Niega que puertas adentro del macrismo haya “discusiones sin saldar”, aunque acepta que puede haber “quienes no estén conformes con el espacio en el que actúan”.

Este radical-pro es un férreo defensor de la política instrumentada por su partido y tenaz opositor al kirchnerismo. Cumplió una ardua labor cuando debió defender al jefe de Gobierno ante la Comisión Investigadora de la Legislatura por el caso de las escuchas ilegales. Su tarea es en muchas ocasiones esforzada, aunque llena de convicción que lo anima a suponer que el Pro es una fuerza sólida y en constante crecimiento que cuenta con fuertes cimientos.

– ¿Cómo es la relación entre el Gobierno nacional y la administración de la ciudad?

– Algunos desencuentros hubo, pero nosotros siempre estamos predispuestos a tener una buena relación, porque entendemos que las políticas, cuando se realizan de común acuerdo, siempre resultan beneficiosas para la ciudad y mejores para los argentinos en su conjunto. Pero lamentablemente a veces nuestra predisposición choca contra la posición que tiene el Gobierno nacional, ya que desconoce a nuestro jefe de Gobierno, desconoce las funciones que tiene la Ciudad de Buenos Aires y toma decisiones desconociendo las facultades que la ciudad tiene como distrito. Con ello se promueve una serie de inconvenientes que en definitiva terminan perjudicando a la gente. Insisto, nosotros siempre estamos predispuestos a tener un buen diálogo con el Gobierno, porque ello es bueno para la ciudad.

– ¿No es ingenuo insistir con tener un buen diálogo con el Gobierno central luego de las medidas que tomó respecto a la administración de la ciudad?

– Me parece que es lo que corresponde. Nosotros, lejos de pensar en el orgullo personal, en el del jefe de Gobierno o el de nuestra fuerza política, tenemos que pensar qué es lo mejor para la ciudad. La verdad que lo mejor para la ciudad es que las dos fuerzas que gobiernan, una a la Ciudad y la otra que está a cargo del Gobierno central, dialoguen y acuerden políticas públicas. Así que nosotros seguiremos poniendo la otra mejilla porque entendemos que ese es el camino…

– La negativa del traspaso de la Federal, el tema de los subtes, el retiro de la policía de las escuelas, hospitales, estaciones y establecer la tarjeta SUBE, ¿no es demasiado para insistir en la búsqueda de diálogo?

– Es complicado… Hay que reconocer que nos genera un sinnúmero de inconvenientes, pero eso hay que resolverlo; lamentamos tener que hacernos cargo de esos inconvenientes que fácilmente podrían ser resueltos si dialogáramos, y el Gobierno nacional cambiara esta actitud que no es de ataque hacia Mauricio Macri, porque realmente el perjudicado no es él, sino los vecinos de la ciudad. En el caso de los subtes quienes son perjudicados no sólo son los vecinos de la ciudad, sino todos los habitantes del conurbano que a diario usan ese medio; por todo ello, insisto, nosotros debemos bregar por abrir el diálogo y conjuntamente elaborar políticas públicas que es lo mejor para la Argentina.

– ¿Usted observa alguna voluntad desde el Gobierno central para sentarse a dialogar?

– La verdad, no la veo. Veo al Gobierno nacional empecinado en tomar decisiones sin consultar; y eso se pudo observar recientemente con el retiro de la Policía Federal de las estaciones de subterráneos. Porque, aun la misma decisión podría haber sido tomada de otra manera; podría haber sido encarada dentro de un proceso de acuerdo con el Gobierno de la ciudad. La medida podría haber sido coordinada, discutida, en cuanto a los tiempos de su implementación y si el Ejecutivo nacional quería redefinir y reorientar el trabajo de la Policía en las estaciones de trenes, podíamos haber buscado una forma de trabajo compartida; pero esta manera de tomar decisiones de un día para el otro, como pasó con los hospitales, sin consultar a la administración de la ciudad, es solamente a los fines de generar un espectáculo político desagradable para la gente, un perjuicio para el gobierno de Macri, y por sobre todas las cosas a quien termina perjudicando es a los vecinos y a los usuarios del subte de la ciudad. Ellos verán disminuidas sus posibilidades de ser custodiados en las estaciones y nosotros tendremos que salir a cubrir ese vacío con medidas de emergencia, que no es la mejor manera de resolver estos problemas tan importantes, como lo es la seguridad en la ciudad de Buenos Aires.

– Usted en los últimos días denunció un núcleo duro de obstruccionismo hacia la gestión de Mauricio Macri…

– Yo lo que creo es que la Legislatura tiene una situación muy particular que no tiene el Congreso nacional, y es que la oposición, desde que el Pro gobierna, es mayoría. Eso supone un ejercicio responsable de esa función mayoritaria que tiene la oposición y eso no lo vimos en muchos casos. El núcleo duro es el FpV, Proyecto Sur y el ibarrismo, estos sectores han planteado esencialmente políticas obstruccionistas; toman posiciones políticas conforme a las posiciones que toma Macri. Si lo hace Macri, está mal y si Cristina hace lo mismo, está bien… Me parece que esa no es una manera correcta de evaluar la política pública y que lo hacen solamente para generar conflictos que estorpezcan la gestión. Incluso la presidenta critica mucho el activismo judicial que según su punto de vista se ejerce desde la política; pero nosotros hemos observado todo lo contrario en la Legislatura: vemos cómo los diputados de la oposición, incluso quienes pertenecen a la bancada del FpV, se presentan ante los Tribunales reclamando vía amparo, cambio en las políticas públicas que desarrolla la administración de la ciudad; esto es más grave que a nivel nacional, porque a ese nivel la oposición no es mayoría y a nivel de la ciudad, la oposición es mayoría en la Legislatura y ésta es quien designa a los jueces. Con lo cual esto oficia como un sistema de presión hacia el Poder Judicial que no hace más que mellar el sano equilibrio que tiene que existir entre dos poderes del Estado.

– ¿Esta actitud se corresponde con intereses de conveniencia exclusivamente?

– Yo creo que si, creo que ellos no piensan si es bueno para la ciudad o no; sólo piensan que si lo hizo Macri está mal… Pero para solventar esa afirmación carecen de argumentos. Están aplicando una política obstruccionista y me parece que deben terminar de obrar de esa manera, porque la ciudad necesita de otro tipo de acción política. Necesita de diálogo, consensos para confluir en políticas sustentables, de largo plazo, de Estado; me parece que ese es el camino.

– Ante las últimas lluvias la oposición criticó a Macri porque, según afirmó, no se habían terminado las obras de los arroyos Vega y Maldonado y los anegamientos habrían sido consecuencia de ello…

– Ahí vemos claramente la especulación política. Un fenómeno meteorológico como es la lluvia, que fue un hecho rápido y con tanta agua caída en tan poco tiempo, en otro momento la ciudad hubiera estado toda anegada sino hubiéramos hecho las obras que hicimos. Claramente se vio que las obras de desagote que estamos realizando funcionaron y que lógicamente, ya lo dijo Mauricio Macri al inaugurar una parte del sistema del arroyo Maldonado, si hay lluvias inusuales era probable que se inundara. Nosotros no le mentimos a la gente, decimos las cosas como son. Pero si no hubiéramos tenido esas obras la situación hubiera sido peor.

– Hace pocos días usted aludió a la facultad de veto que posee el Ejecutivo y avaló la misma; sin embargo un importante número de normas vetadas fueron apoyadas por el Pro; ¿Por qué ocurre ello, hay una falta de comunicación con el Ejecutivo?

– Nosotros tenemos bien definidas las funciones de cada poder. Aun perteneciendo a un mismo espacio político, somos integrantes de otro poder. Y tomamos las medidas y decisiones con las herramientas que tiene el Poder Legislativo. En ese sentido, no hacemos tanto hincapié en la defensa de las incumbencias del Poder Ejecutivo. ¿Por qué? Porque el sistema constitucional de la ciudad tiene un método de debate entre los dos poderes para la sanción de las leyes: esto es el procedimiento del veto y la promulgación de las normas. Ello es una reserva de control que normalmente es ejercida por el Ejecutivo. En la Legislatura nosotros no priorizamos el control de incumbencias del Ejecutivo, sí hacemos más hincapié en el control de competencias que le corresponde al cuerpo legislativo. Por ejercer esa facultad de control que le pertenece es que el Poder Ejecutivo ha vetado las leyes que vetó.

– ¿No hay una contradicción en ello?

– Hay dos cosas por evaluar: efectivamente somos el bloque oficialista, pero previamente a ser el bloque de un partido o de una expresión política, somos legisladores. Esa función legislativa nos hace que estemos más proclives a resguardar las funciones propias del Poder que integramos; eso es lo que nos corresponde como legisladores. Puede ocurrir que no pongamos tanto el acento en resguardar las competencias propias del Ejecutivo, porque entendemos que esa función la puede desarrollar ese poder cuando debe merituar respecto a la promulgación o no de la norma que se le envía para ello.

– ¿Internamente el Pro tiene cuentas sin saldar?

– En todo espacio político siempre hay discusiones en cuanto a quien o quienes están al frente de algún sector de la administración. Eso es inherente a toda la actividad política. Pero nosotros tenemos una forma de resolver los conflictos que es llana y sin traumas. En nuestro caso la disputa termina en el momento en el que se resuelve la misma; después no hay una disputa continuada en el tiempo. Resolvemos la disputa y nos ponemos a trabajar todos juntos.

– ¿Los descontentos en cuanto a espacios de cada sector fueron subsanados?

– El bloque funciona muy bien, aunque puede ser que haya quien no vio satisfechas sus aspiraciones en cuanto a los espacios que pretendía ocupar. Hay una buena complementación entre el vicepresidente 1º de la Legislatura, Cristian Ritondo y el presidente del bloque, Fernando de Andréis. Todos nosotros tenemos que acompañar esta conducción política tratando de hacer las cosas mucho más fáciles en cuanto a la administración y cada uno ocuparse de sus temas e impulsar la sanción de leyes que le mejoren la calidad de vida a los vecinos.

– ¿Hay divergencias en el seno del Pro respecto a la oportunidad del lanzamiento de la candidatura presidencial 2015 de Mauricio Macri?

– Nosotros somos un partido o una organización política con actitud de debate; no somos un partido dogmático o una secta religiosa donde todos tenemos que pensar lo mismo. Nos damos mucho margen para sostener posiciones distintas y debatir las mismas. Cuando hay discusión sobre las políticas públicas, sobre lo que debe hacerse en ejercicio de la función, eso enriquece a la política y sobre todo a nuestro espacio. Es un dato distintivo de nuestro espacio que no debemos desperdiciarlo y aun cuando pueda ser visualizado como un exceso de disputas internas, me parece que es un buen camino para generar un debate interno que fortalece a los partidos políticos.

– ¿Usted rescata algún sector opositor con el que el Pro pueda consensuar medidas de Gobierno?

– Nosotros entendemos que sí, que hay sectores que tienen más compromiso institucional o no poseen prejuicios para con la gestión del Pro y que se posicionan en contra cuando no coinciden con las políticas que nosotros implementamos y que cuando coinciden votan a favor. Me parece también que es una tarea nuestra: tratar de convencerlos de que lo que estamos haciendo es bueno para la ciudad. Siempre hay que poner el acento en dialogar, discutir, debatir los temas. Debemos convencer y dejarnos convencer, me parece que ese es un buen camino para la acción política; no vamos a renunciar a esa metodología y trataremos de convencer a todos los sectores de la oposición de que lo que hacemos es para bien de todos los vecinos y que es bueno para la ciudad.

– ¿La candidatura de Macri, será reflejo de lo que pueda ejecutar como política pública en la ciudad?

– Nosotros tenemos que gobernar la ciudad, recién empieza el segundo período, y el de la presidenta de la Nación también. Tenemos la aspiración de gobernar la Argentina porque tenemos un proyecto para implementarlo, pero hablar de candidaturas todavía es prematuro. Me parece que las elecciones de 2011 -a nivel nacional- dejaron un mensaje no sólo para el oficialismo, también dejaron un mensaje para la oposición: me parece que ésta tiene que ser consecuente en cuanto a lo que dice y en cuanto a lo que quiere debatir y también tener un debate hacia dentro, porque hubo muchos errores que fueron funcionales al oficialismo nacional, muchas situaciones de egos personales puestos en candidaturas que terminaron fragmentando a toda la oposición y que a raíz de defender cada uno su “quintita” hemos permitido el fortalecimiento del Gobierno central y se ha desbalanceado el país.

– ¿Usted ya avizora a Macri como candidato prtesidencial 2015, cree que podrá sortear todas las piedras que se le pondrán en el camino?

– Creo que sí. Tengo mucha esperanza y mucha fe. Y no lo hago solamente pensando en una cuestión partidaria y menos sectaria, lo hago convencido de que lo mejor para el país es que Mauricio Macri sea presidente. Nosotros tenemos un proyecto para la Argentina y creo que ese proyecto es bueno para el país y es lo mejor que existe en términos de propuesta política para la Nación. Nada tiene que ver con una cuestión personal mía y tampoco con una conveniencia ligada al liderazgo de Mauricio Macri, sino que es lo mejor para la Argentina.