Un oficialista y un opositor se trenzaron en el Senado de la Nación. Un kirchnerista y un radical. Pero no fue por cuestiones políticas, sino deportivas.

Fue porque el ex jefe de Gabinete, en su condición de presidente del club Quilmes, salió a criticar a los árbitros, sugiriendo que están favoreciendo en el Nacional B a River y Rosario Central. Dos equipos que justamente se ubican un escalón por arriba del club cervecero.

Así las cosas, el senador santiagueño Emilio Rached salió a responderle, en su condición de hincha de Central. El legislador radical dijo que le parecieron “sorprendentes” las declaraciones de su colega, quien puso en tela de juicio la imparcialidad de los árbitros del fútbol argentino. Al respecto, advirtió que “quienes impulsaron Fútbol Para Todos no sólo tendrían que haber contemplado la distribución de dinero sino una capacitación técnica mas rigurosa en los cuerpos arbítrales y abordar otros males que rodean al golpeado fútbol argentino”.

“Fernández, valiéndose de su cargo y de la ubicación de su club en un lugar expectante de ascenso, quiso generar una presión extra a los jueces para tratar de sacar un provecho deportivo en beneficio de su club. Otros equipos, el mismo Rosario Central, del cual soy hincha, sufrió de arbitrajes que lo perjudicaron, pero de ninguna manera me hubiera servido de un cargo para arrastrar agua para mi molino, y mucho menos en un tiempo donde todo se debe resolver deportivamente y nada debe jugarse fuera de las canchas de fútbol”, señaló Rached en la “carta abierta” en la que le respondió.

Allí agrega que “de toda ignorancia pueden jactarse nuestros dirigentes, menos de descubrir de repente cuales son sus carencias. El fútbol no es más que un fiel reflejo, quizás el más perfecto espejo de lo que le sucede al conjunto de la sociedad argentina. Preservemos de influencias políticas al deporte mas apreciado y amado por los argentinos y hagámosle el favor de resolver los problemas ajenos al mismo que terminan haciéndose visibles en una cancha de fútbol”.