Transcribimos la carta de Daniel Reposo al titular de la bancada radical, Luis Petcoff Naidenoff:

Me dirijo por su intermedio a los miembros del bloque de la Unión Cívica Radical que Ud. conduce, en consideración de los acontecimientos acaecidos en torno a la propuesta de mi candidatura al cargo de Procurador General de la Nación por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Es evidente que a partir del momento mismo de dicha propuesta comenzó un ataque feroz, desproporcionado y mentiroso en torno a mi persona, mis aptitudes profesionales, mi capacidad, mi desempeño en la función pública y mi formación.

En el momento histórico que estamos viviendo, sin duda el de mayor nivel de participación democrática y libertad de expresión, es obvio y sano que pueden existir valoraciones y análisis diferentes respecto de las personas que, como en mi caso o en el suyo, desempeñamos responsabilidades institucionales. Sin embargo el nivel de prejuicio y maliciosidad con que ha sido abordada mi postulación al cargo de Procurador no deja margen de dudas. Así como tampoco la doble vara con que se miden personas, dichos y hechos según les caiga en gracia a los poderes económicos concentrados de nuestro país.

Las objeciones que han surgido a mi postulación y la amplificación de las mismas en ciertos medios de prensa no responden a mis eventuales defectos o debilidades, muy por el contrario se originan en la tarea que he venido desempeñando en defensa de los intereses y del patrimonio de todos los argentinos. Particularmente en Papel Prensa S.A.

El caso Papel Prensa es una muestra paradigmática de cómo en la historia de nuestra Patria algunos (civiles) han aprovechado inescrupulosamente favorecer y acompañar a gobiernos militares para sacar ventajas patrimoniales, enriquecerse y controlar recursos estratégicos. Sí, el grupo Clarín y el diario La Nación han obtenido Papel Prensa mediante el terrorismo de Estado y la han utilizado para atentar contra la libertad de prensa controlando el mercado de papel para diarios, y a través de todo esto condicionar a los gobernantes populares. Con orgullo puedo decir que este no es el caso de nuestra Presidenta.

Mi compromiso dentro de este gobierno en la lucha contra los monopolios mediáticos y a favor de la libertad de expresión ha operado como disparador de un proceso en el cual se pretende distorsionar los requisitos necesarios para cubrir el cargo propuesto. No me imagino semejante nivel de arbitrariedad cuando el Dr. Alfonsín nominara Procurador al Dr. Gauna.

Note Ud. que se ha llegado a la falacia de tildarme de “violento”, en el marco de una acción en la cual es evidente que me defendí de la agresión física de un oscuro personaje notoriamente violento y antidemocrático como es Soaje Pinto. No le parece indignante esta tergiversación. O dudaría Ud. de catalogar de violentas a las expresiones antisemitas con las que este personaje se refiriera a mí en dicha situación.

Entre todas las cosas que se han dicho en estos días, nadie ha podido poner en duda con seriedad mi profesionalismo, honradez y esmero en el fortalecimiento de la SIGEN.

Como ex afiliado radical (única fuerza política a la que he estado afiliado), pero sobre todo como un profundo admirador del Dr. Raúl Alfonsín y de su presidencia que sembró el camino para nunca más volver a los horrores de la dictadura en nuestro país, quiero señalarle que me causa profunda desazón ver como esta fuerzapolítica hace seguidismo de la opinión e intereses del grupo Clarín, como permiten que les marquen la agenda y la acción política. Sí, el mismo grupo que denostó, estigmatizó y condicionó al Dr. Alfonsín. El mismo grupo al cual Alfonsín tuvo que enfrentar aún en condiciones de adversidad política y que fue responsable de que tuviera que terminar anticipadamente su mandato presidencial. El mismo grupo que no trepida en el presente, ni vaciló en el pasado, en anteponer ni sus intereses patrimoniales ni el de sus propietarios por sobre la libertad de expresión, ni por sobre los intereses de los argentinos. El mismo grupo que acompañó y apañó a dictadores desde sus titulares; que estafó a los trabajadores argentinos vendiendo acciones sobrevaluadas en la etapa de las AFJP; el mismo grupo que, junto con el diario La Nación, discrimina y condiciona las voces de periodistas acaparando y manipulando la producción y precio del papel para diarios. El grupo en el cual la hipocresía se transforma todos los días en una herramienta que intenta horadar la democracia y poner los intereses de unos pocos sobre la voluntad popular en la letra de sus titulares.

En mis sueños e ideales políticos de juventud jamás podría haber imaginado que la UCR iba a seguir a pie juntillas los dictados y recetas del diario que Raúl Alfonsín caracterizara en 1987 como desestabilizador de la democracia.

Desde la política comprendo con plenitud porque Uds. han quedado tan alejados de las causas y la consideración populares, prefieren defender unos centímetros en un diario o un rato de televisión que sus convicciones y los derechos de las mayorías. ¡Dejan sus convicciones todos los días en la puerta de TN!

Ni siquiera les ha quedado la objetividad, la imparcialidad, la razonabilidad, el criterio político, ni la prudencia para interpretar y analizar con serenidad una propuesta como la que estuvimos viviendo en estos días.

No nos engañemos, el mismo día que la Presidenta nominara mi candidatura la UCR se pronunció en contra de la misma sin ningún análisis.

No nos engañemos, en ningún momento ese bloque estuvo evaluando o pensando en sopesar mis antecedentes, mi experiencia profesional o de gestión pública para considerar la propuesta presidencial. Se convirtieron en un patético marco institucional para que el grupo Clarín y La Nación descargaran todo su odio y frustración en contra del proyecto político que viene reparando y construyendo esta nueva Argentina. Un gobierno que no pide permiso a los poderosos para tomar decisiones a favor de las mayorías. Como tampoco le pregunta a Magneto, ni a Mitre ni a los Saguier como deben conformarse las alianzas electorales ni las fórmulas para una elección. Lamentablemente Uds. no pueden hoy decir lo mismo de cara al pueblo argentino.

Ah… le comento que a partir de todo lo que se dijo en estos días me enteré que el promedio académico del Dr. Alfonsín en la carrera de abogado fue de 3,51. Espero que esto no cambie en Uds., como desde ya no ha producido ningún efecto en mí, la valoración personal que tengan sobre las cualidades personales ni la capacidad que Raúl Alfonsín ha tenido y que no sea considerado una mancha respecto del enorme aporte que ha realizado este hombre para la vida de los argentinos.

Cordialmente

Daniel Reposo

Tucumán, 7 de junio de 2012