Hace 23 años decidimos crear Semanario Parlamentario, un medio donde se reflejara todo el acontecer legislativo del país. Un desafío empresarial que pudo soportar las turbulencias económicas y los diferentes avatares políticos por opinar con libertad.

Semanario Parlamentario es una de las pocas revistas políticas que ha atravesado con orgullo más de dos décadas. Somos una voz de prestigio en la Argentina y nos proponemos seguir siéndolo, con las características esenciales expresadas desde el primer número: la defensa de la libertad en los más diversos órdenes.

Por eso bregamos por un Congreso más independiente, que ejerza su función esencial de control y equilibrio de poder. No le sirve a la República un Congreso parado o que se transforme en una máquina de aprobar cualquier iniciativa que mande el Poder Ejecutivo, sin importar su razonabilidad, su constitucionalidad, o su corrección técnica. Es cierto que la calidad de un Congreso no se mide por la cantidad de leyes que aprueban. Lo que hay que tener en cuenta es la calidad de esas leyes. La calidad de las leyes es producto del estudio serio, el debate civilizado. La deliberación amplia y el consenso político.

Tener mayoría no significa tener razón. Ni cuando la mayoría es oficialista, ni cuando la mayoría está en manos de la oposición. La historia legislativa argentina está plagada de ejemplos.

En sus 23 años, Semanario Parlamentario viene bregando por estos principios, incluso en los momentos de mayor incertidumbre democrática. Hay razones fundadas para seguir por la misma senda, a pesar de las dificultades. Tenemos la esperanza intacta en el futuro de nuestro medio, cuyo sostén son los lectores, que siguen creciendo tanto a través de sus ejemplares en papel como de su edición digital.

Sobre esto se cimienta la fortaleza de Semanario Parlamentario. Vaya entonces nuestro agradecimiento a todos los que hacen posible este medio independiente.