El oficialismo mantuvo con lo justo el quórum para poder convertir el proyecto en ley, ante la masiva retirada de los diputados de la oposición. El resultado final fue 130 a favor, 2 en contra y una abstención. Los nombres de la definición de una sesión maratónica y con final teñido de escándalo.
Aunque el clima era cada vez más tenso por los pases de factura entre la oposición y el kirchnerismo, nada hacía peligrar la aprobación del proyecto. Pero el secretario general de La Cámpora, Andrés “Cuervo” Larroque, desató un escándalo que casi hace fracasar la ley finalmente sancionada por Diputados que habilita el voto optativo a los 16 y 17 años.
En el tramo final de la sesión, el diputado kirchnerista embistió contra los bloques opositores a los que acusó de ser “esclavos de las corporaciones”.
A los radicales les dijo que no podían hablar de Aerolíneas Argentinas ni de un Estado presente, “porque no pueden gestionar ni una calesita”. Compartió con el macrismo su preocupación por “el desinterés por la política, pero no el de los jóvenes, sino el del jefe de Gobierno de la Ciudad al cual no le interesa la política ni la gente y desprecia al pueblo de la Ciudad de Buenos Aires”.
Pero la gota que rebalsó el vaso fue cuando se refirió a los socialistas, precisamente los más flexibles entre la oposición. “He leído sobre socialismo utópico, he leído sobre socialismo científico, he leído sobre el socialismo real, pero nunca escuché en la historia ni en ninguna parte del mundo hablar de narcosocialismo. Es una pena”, dijo Larroque, en directa referencia a la investigación que involucra a funcionarios de Santa Fe, el bastión socialista.
Los gritos y silbidos eran tales que no pudo continuar con su discurso. Y la oposición, que no pudo resistir semejante argumento, encabezó la retirada dejando al oficialismo raspando el quórum, a pesar de que muchos radicales y parte del FAP se disponían a apoyar la iniciativa K.
Los opositores no volvieron al recinto y en vano fueron los llamados del presidente de la Cámara, Julián Domínguez, y el jefe de la bancada oficialista, Agustín Rossi. De ahí, que el kirchnerismo se apuró en llamar a sus diputados y avanzar con la votación.
Finalmente el proyecto fue sancionado con 131 votos a favor, dos negativos y una abstención. Es decir, al borde de los 129 que se necesitan para reformar el Código Electoral, ya que el kirchnerismo sufrió algunas disidencias internas que lo alejaron de las 140 adhesiones con las que suele contar. De haber permanecido los opositores, la iniciativa hubiera contada con al menos 20 adhesiones más.
Oficialistas ausentes. Mabel Müller y Fernando Yarade del Frente para la Victoria pegaron el faltazo. A esta altura, la ausencia de Blanca Blanco de Peralta ya se da por contada debido a la ruptura entre su esposo, el gobernador de Santa Cruz, y la Casa Rosada. Tampoco votaron los aliados Mariana Veaute (Frente Cívico Catamarca), Julio Ledesma (Corriente de Pensamiento Federal) y María Fiore Viñuelas (Renovador de Salta) -que a diferencia del resto concurrió a la sesión-.
Abstención. José Brillo, del aliado Movimiento Popular Neuquino.
En contra. Alfredo Olmedo (Salta Somos Todos) y Jorge Garramuño (Movimiento Popular Fueguino), ambos aliados del oficialismo.
A favor. Walter Wayar (Frente Peronista Federal), Juan Carlos Forconi (Santa Fe en Movimiento), ambos aliados, y Liliana Fadul (Partido Federal Fueguino) la única opositora que se quejó en el recinto.
