Por Agustín Alvarez Parisi

Uno defensor del modelo desde su puesto de jefe del bloque oficialista del Senado, el otro miembro importante de la oposición legislativa, poco tienen obviamente en común Miguel Angel Pichetto y Gustavo Ferrari. La primera, también obvia, que ambos son legisladores. La segunda, la capacidad de trabajo, reconocida por propios y extraños; la tercera, emparentada con la anterior: fueron elegidos como los principales ganadores del Premio Parlamentario 2012, en el marco de la encuesta anual realizada por Semanario Parlamentario.

Precisamente esta revista los reunió para analizar no sólo el trabajo legislativo, sino también la actualidad como la puja entre el Gobierno y la Justicia, el papel de la presidenta de la Nación y la cuestión de la re-reelección y las expectativas de ambos para el próximo año. Porque además, tienen otra cosa en común: a los dos se les vence el mandato en 2013.

– ¿Qué significa este premio para usted que lo recibe por segunda vez?

Miguel Angel Pichetto: Es un reconocimiento importante proviniendo además de un medio que tiene una inserción y un conocimiento profundo de la tarea parlamentaria. El rol de Parlamentario como medio de comunicación, quizás es el medio más especializado, que conoce en profundidad y en detalle la labor de los senadores y diputados. Esto implica además una motivación para seguir adelante en un año realmente muy especial, porque tiene que ver con la culminación de mi mandato y la posibilidad de llevar adelante el proyecto de mi candidatura en la provincia de Río Negro. Es un incentivo y me ayuda a fortalecerme espiritualmente y a trabajar más fuerte por mi provincia y también acompañar al Gobierno nacional y a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

– En su caso, es la primera vez que recibe el Premio Parlamentario, ¿qué significa para usted?

Gustavo Ferrari: Mucha sorpresa; uno trabaja para cumplir responsablemente con el rol que el ciudadano le otorga con su voto, y creo que el hecho de que exista un reconocimiento por parte de los mismos legisladores que trabajan es muy relevante; y además que los periodistas parlamentarios reconozcan que uno hace un trabajo serio, ordenado, tratando de ser fundamentalmente responsable. Me parece que la ciudadanía juega muchas fichas fuera de este recinto, sobre todo cuando vota, y que exista un reconocimiento es valioso, pero al mismo tiempo es un doble compromiso, porque uno tiene que revalidar aquello que ha conseguido cada año y en cada período legislativo.

– ¿Cuál es el balance que hacen de este año legislativo?

MAP: Para el oficialismo ha sido un buen año, hemos impulsado las iniciativas y los proyectos del Poder Ejecutivo, hemos logrado concretarlos todos. Es decir, todo lo que el Poder Ejecutivo nos ha solicitado como respaldo parlamentario lo hemos obtenido.

– ¿Cuáles por ejemplo?

– Se ha recuperado la empresa YPF para el país, tal vez es uno de los hitos más importantes la recuperación de YPF, algo que hace a la historia de la soberanía hidrocarburífera en la Argentina y me parece que fue una decisión del Parlamento de alto voltaje. Como también todos los requerimientos, tanto impositivos como políticos, que la presidenta impulsó tuvieron su respuesta aquí en el Senado. Si hay que medir en término de eficacia el resultado de la gestión creo que ha sido altamente positiva, el bloque de senadores ha funcionado eficazmente en línea con la presidenta y el Poder Ejecutivo Nacional.

GF: Hay un balance personal y un balance político. En el balance político, nos hubiera gustado generar más leyes que se basaran en el consenso, en la discusión, y que incluso respondieran más a los problemas de la gente. Uno percibe que muchas veces el Congreso está desgajado de lo que todos los días sufren los ciudadanos. Los ciudadanos tienen problemas de inseguridad, de inflación, de transporte, y ninguno de estos temas fue tratado. Tratamos una cantidad de cuestiones que el Poder Ejecutivo sostenía como su propia agenda, envió y la impuso, e incluso no tuvimos la posibilidad de cambiar una coma en algunos de los proyectos, con lo cual podríamos haber hecho alguna propuesta. En el ámbito político, me parece que el balance no ha sido positivo. Desde el punto de vista personal, hemos estudiado muchísimos temas, he tratado de hablar en todas las sesiones que he podido sobre temas fuertes, como YPF o Ciccone. Hay dos hechos que fue importante que se hayan tratado en al ámbito legislativo: por un lado, la derogación del avenimiento, que era una materia pendiente, y que lamentablemente tuvo que morir Carla Figueroa para que este Congreso reaccione. El proyecto para derogar el avenimiento yo lo había presentado un año y medio antes de la muerte de Carla Figueroa en La Pampa. Si se hubiera aprobado ese proyecto antes, seguramente el juez hubiese estado impedido de ofrecerle la posibilidad a Carla Figueroa de casarse con el violador, que luego la termina matando. Esta es una clara evidencia de que hay que tratar los temas más cercanos a la gente. También con varios proyectos míos se aprobó el femicidio, el femicidio vinculado y la extensión de agravantes a las relaciones de cualquier tipo que se establecen en los casos de violencia de género que luego son sucedidos por una muerte. Eso es lo único que yo considero valioso, un muy buen aporte del año.

– De todas maneras, el presidente de la Cámara señaló que este año hubo 21 sesiones contra 7 del año pasado…

– Es positivo que haya sesiones, pero lo ideal sería que esas sesiones todos los participantes logren consensos, es decir, escuchar a la minoría y que la minoría pueda aportar. Lamentablemente, si esas sesiones son solamente sobre la base del trabajo que hace el oficialismo, sirven para poco, porque pueden hacerlo solos, sin participación de las minorías. Pero sí es ciertamente relevante que ha habido más actividad legislativa, y que también el Congreso ha recuperado algunos elementos que lo hacen más dinámico, y esto es importante.

– Es decir que usted considera que la mayoría de las leyes fueron impulsadas por el Poder Ejecutivo…

– El tema es que no ha habido agenda propia del Parlamento, fue la agenda del Poder Ejecutivo, que plantea políticas vinculadas a la gestión de gobierno e inmediatamente logra o trata de tener una ratificación legislativa. Esta movida hace que la agenda no dependa de los parlamentarios. Prácticamente no hubo agenda propia, salvo los casos que mencioné, de femicidio y avenimiento, y algunos otros casos de proyectos que no tenían que ver con la agenda pero contaban con el apoyo del oficialismo. Nada se pudo hacer sin apoyo del oficialismo, porque no fue receptivo a ningún tema.

– ¿Cómo califica la actuación de la oposición?

MAP: Este año ha sido una oposición más democrática, más racional en términos de los dos años anteriores, donde hubo una actitud que yo califiqué en su momento y no quiero volver a reabrir diferencias con la oposición. Pero creo que en los dos años anteriores, cuando fueron mayoría parlamentaria de 2009 a 2011, tuvieron una mirada muy destructiva sobre las acciones que planteaba el Gobierno nacional. Hubo intento de desfinanciamiento del Estado nacional, que afortunadamente pudimos impedir, aun siendo minoría pudimos bloquearlo. Esto también arroja una experiencia muy interesante: la inconveniencia de lo que se llama el Gobierno dividido, cuando el oficialismo pierde la mayoría parlamentaria, indudablemente esto produce situaciones de bloqueo.

– ¿Este año no fue así?

– Este año al volver a recuperar la mayoría después del triunfo electoral de la presidenta nos permitió poder llevar adelante con decisión y con convicción todas las iniciativas que la presidenta nos planteó en el Congreso.

GF: Creemos que la oposición mostró un fraccionamiento. Muchas veces el oficialismo terminó votando con algún sector de la oposición, y esto es algo que hay que decirlo, con todo respeto, porque probablemente sea porque coincidía. Por mi parte he mantenido una posición muy coherente en ese aspecto, con seriedad, respetando por supuesto a los diputados oficialistas como corresponde, y también tratando de encontrar argumentos sólidos para refutar las posturas del oficialismo, pero no he votado de ninguna manera que no sea respondiendo a lo que le hacía bien a los argentinos, y especialmente a esos argentinos que están esperando que el Gobierno tenga equilibrio y que las minorías sean escuchadas y que sean atendidas.

– En estos momentos en que hay tanta polémica con el tema, ¿cómo observa usted a la Justicia en nuestro país?

MAP: Hablar de la Justicia y hacer una calificación genérica no sería correcto, creo que hay algunas situaciones que hay que analizar.

– ¿Por ejemplo?

– Por ejemplo el comportamiento de la Cámara Civil y Comercial que ha tenido una clara intención de lesionar, de no poner en vigencia definitivamente la Ley de Medios. Una medida cautelar que se prolonga en el tiempo durante más tres años, sin resolver la cuestión de fondo constituye una acción dilatoria por parte de los jueces de primera instancia avalada también por la propia Cámara. Lo demás, me parece que la Justicia ha tenido un comportamiento equilibrado, creo que tenemos buenos jueces, que no se puede generalizar, sí abordar algunas situaciones que son muy subjetivas y que implican un comportamiento carente del sentido de equilibrio e indican también una visión de parcialidad en función de los intereses en juego en el conflicto de la Ley de Medios.

GF: A la Justicia la veo ciertamente presionada, y esto se nota permanentemente, sobre todo ante una decisión de un Poder Ejecutivo y un Gobierno que cree que el haber ganado -con sufragios legítimos- por un 54 por ciento le permite hacer cualquier cosa. La realidad de lo que uno observa es que la concepción política del Gobierno es que la legitimación democrática del voto sirve para el desarrollo de la gestión, y la verdad es que obviamente es importante haber ganado, pero la democracia se legitima cada día, y se legitima a través del ejercicio republicano. ¿Qué significa el ejercicio republicano? El respeto a la división de poderes, la periodicidad de funciones, la publicidad de los actos de Gobierno: esas son las tres condiciones más importantes de la República, y por haber ganado no se puede pasar por encima de estos preceptos republicanos. Cuando el Ejecutivo se mete en el Poder Legislativo y se hace solamente lo que el Ejecutivo quiere, prácticamente el Ejecutivo es el Legislativo, con lo cual ya tenemos el Ejecutivo por un lado, y el Legislativo dependiendo del Ejecutivo. Si la Justicia llega a depender también del Ejecutivo, si el Ejecutivo está en los tres lugares, eso se llama autoritarismo. Es muy importante entender que la Justicia es un órgano contrapoder, está precisamente tratando de limitar al poder, ése es el fin, es el resguardo de las minorías, y en tanto y en cuanto depende del poder, cada vez estaríamos más indefensos los habitantes.

– ¿Se volverá a reformar la Constitución para que haya re-reelección?

MAP: Hoy aparece como poco probable, después de la posición que ha tenido la oposición legislativa, indudablemente que para llevar adelante un proceso de reforma hay que tener una mayoría parlamentaria importante. Indudablemente que todo esto depende del proceso electoral del 2013.

– ¿Qué pasará en el 2013?

– Creo que en el 2013 la sociedad va a volver a ratificar la gestión de la presidenta, va a reconocer todo lo que se ha hecho y el rumbo que tienen el país.

– GF: A la Constitución, antes que reformarla hay que cumplirla, y uno de los grandes hitos del año ha sido que 107 diputados nos juntamos y firmamos nuestro compromiso de no apoyar una propuesta de reforma constitucional. Esto le pone un límite al hecho inmediato de que pueda ser reformada la Constitución, que, como digo, todavía tiene cumplimientos pendientes, de poder avanzar sobre los DNU, las funciones del jefe de Gabinete, el hecho de que el Consejo de la Magistratura funcione como corresponde y con equilibrio. Es decir, está pendiente cumplir esta Constitución antes que cambiarla, y claramente nosotros creemos en la periodicidad de funciones; no creemos que es una alternancia boba, como se dijo, al contrario: es muy importante que cambie el poder, y eso es fruto de la igualdad de los ciudadanos. Cuando los ciudadanos no alternan en el poder, quiere decir que uno es diferente a todos los demás, porque puede estar permanentemente en el poder, aunque lo elijan, no importa: la alternancia es la base de la democracia.

– La presidente Cristina Fernández de Kichner está cumpliendo un año de su segundo mandato. ¿Cómo observa su gestión hasta aquí?

MAP: La veo trabajando con una convicción y con un coraje realmente extraordinario, abordando dificultades, porque el mundo también tiene dificultades y la Argentina no está fuera del mundo. Este año hemos tenido que soportar fuertemente, especialmente para algunas exportaciones la crisis europea. La necesidad de abordar los compromisos internacionales y el pago de deudas que este Gobierno no contrajo pero que estamos cumpliendo absolutamente. Lógicamente que todo esto ha determinado tomar medidas y llevar adelante un esquema de mayor austeridad fiscal .Pero bueno, me parece que el rumbo sigue siendo el correcto y la presidenta ha gobernado con mucha firmeza este proceso y tengo mucho optimismo de cara al futuro creo que el año que viene va ser un año mucho mejor, me parece que van a mejorar las condiciones de Brasil, que es nuestro principal comprador y también del mundo .Me parece que las expectativas son más alentadoras para el 2013.

GF: A mí me parece que hubo un cambio muy brutal respecto de la Cristina Kirchner de la campaña y del último período a esta, que en realidad está avanzando y siendo guiada por el “vamos por todo”. Si hay algo que ordena a este Gobierno es el tratar de mantener el poder a toda costa, y por eso a uno le llama la atención que se haya generado semejante nivel de conflicto en el ámbito de la sociedad, pero que no pasa solamente con el debate y la problemática que ha tenido con los grupos mediáticos: pasa también por la confrontación social: la gente se manifestó públicamente y el Gobierno lo ignoró, lo despreció, incluso creando algunas diferencias de clase que son impropias de la realidad argentina. Argentina no tiene lucha de clases, y el tratar de oponerla, tratar de creer que son los ricos contra los pobres, los que viajan a Miami contra los que no viajan, los jóvenes contra los viejos, etcétera, es un problema que a uno le despierta muchísima preocupación. Tengo un juicio muy negativo de este primer año del segundo mandato de Cristina Kirchner. Todos queremos que se produzcan cambios, y que efectivamente empiece a reconocer los problemas de la gente. Uno de los problemas más importantes que yo percibo es que las cuestiones que a la gente le preocupan hoy no están en la consideración del Gobierno, que las niega, que las cambia, o que trata de engañar a través de cifras que son falsas, o de una realidad que se pretende no mostrar a través de los medios de comunicación.

– Acaban de cumplirse 29 años de democracia. ¿Considera que está consolidada en nuestro país?

MAP: La democracia está consolidada, por supuesto que hay que seguir mejorando, siempre las instituciones pueden mejorar y creo que en estos últimos años, especialmente a partir de Néstor Kirchner y de la presidenta, hemos recuperado credibilidad social porque hemos recuperado, empleo, mejores condiciones de vida para los argentinos, mayor inclusión jubilatoria, hemos atendido la problemática de los sectores más necesitados a través del mecanismos de las asignaciones universales. La presidenta y el expresidente siempre han trabajado para los sectores más postergados, por lo tanto lo que ha recuperado el sistema democrático es consenso social porque lo modelos de ajustes anteriores nos llevaron a una fuerte deslegitimación de la política que es lo que está pasando también hoy en Europa. Si hay algo de positivo en estos últimos nueve años de gestión de este Gobierno al que pertenezco es precisamente la recuperación de la credibilidad, la legitimación de la actividad política, aún con dificultades y aún también en algunos casos con críticas pero eso forma parte también de la naturaleza del sistema democrático, pero creo que hay una legitimación de la representación política a partir de Néstor y de Cristina.

GF: La democracia ha sufrido en los últimos años embates muy duros, y me parece que a nadie se le ocurre que puede estar en debilidad. Creo que, lamentablemente, lo que no está consolidado en la Argentina es la República, y me parece que es fundamental que los principios republicanos sean respetados al igual que la democracia entendida exclusivamente como el derecho a sufragio. Si limitamos la democracia a sufragar una vez cada dos años estamos cometiendo un error, nunca vamos a desarrollarnos. La democracia es muchísimo más que el voto: es además el ejercicio pleno de las libertades, el reconocimiento de la igualdad ante la ley y la posibilidad del equilibrio de poderes de forma tal que las mayorías y minorías sean reconocidas, porque ese es el crisol de habitantes que el país tiene. En la medida que la democracia reconozca eso va a ser mejor. Tenemos una democracia que no está en riesgo, pero podemos tener mejor democracia y necesitamos tener más República.