La fiebre de actividad que se vivió en ambas Cámaras en las extraordinarias del año pasado, cuando el oficialismo estrenó sus flamantes mayorías aprobando en diciembre todo lo que había guardado debió tomarse como un anticipo de lo que seguramente vendría en 2012.

En efecto, el año que concluye tuvo la aprobación de numerosas iniciativas de gran importancia, como la expropiación de YPF, la reforma de la Carta Orgánica del BCRA, o más recientemente en Diputados la aprobación de la reforma a la Ley de Trata. Pero el efecto no fue sólo cualitativo, sino también cuantitativo. Es que la cantidad de sesiones fue bastante importante en ambas cámaras, duplicando en Diputados la cantidad registrada en el escuálido 2011.

Precisamente en la Cámara baja se sesionó en 21 oportunidades, según expresa el conteo del Indice de Calidad Legislativa elaborado para Semanario Parlamentario, que cuenta como tales a las reuniones desde su inicio hasta al menos su llamado a cuarto intermedio.

Esto es, el caso de la sesión especial del 2 y 3 de mayo, en el que se dispuso la expropiación de YPF, se tomó como dos reuniones separadas. Y el caso de la sesión del 4 de julio, en la que hubo primero un informe del jefe de Gabinete y luego una sesión especial, también se las contabilizó por dos.

Hubo durante el año sólo una reunión de minoría, el 27 de julio, y una sola exposición de Juan Manuel Abal Medina, quien según la Constitución debería concurrir al Parlamento todos los meses, alternando entre cada Cámara.

Se contabilizó también como reunión la sesión preparatoria del 5 de diciembre.

Un dato curioso es la cantidad de sesiones especiales registradas, lo que habla de un manejo especial sobre el tema realizado por el oficialismo, en muchos casos por no cumplirse los períodos específicos entre el dictamen correspondiente y su tratamiento en el recinto. Sobre 21 sesiones, once fueron especiales.

En el caso del Senado, hubo igual que en Diputados una reunión extraordinaria y sólo 5 fueron sesiones especiales. También el jefe de Gabinete concurrió en una sola oportunidad, el 30 de mayo.

En total, se registraron 21 sesiones, en las que no hemos contabilizado la Asamblea Legislativa del 1 de marzo, ni tampoco la del 27 de noviembre, con motivo de la asistencia del presidente peruano. Hubo en ambos recintos, por separado, sesiones especiales en ambas Cámaras el 25 de junio, para repudiar la destitución de Fernando Lugo en la hermana República de Paraguay; las mismas fueron incluidas en este conteo.

Nunca como en 2006

Si bien el año legislativo fue, como se ve, muy activo, no estuvo a la cabeza del listado de sesiones históricas. Claro que las 21 sesiones de cada Cámara lucen muy bien si las comparamos con las apenas 10 de 2011 en la Cámara baja y las 15 del mismo período en el Senado.

Pero el nivel es similar al de 2010, cuando mandaba el Grupo A en la Cámara baja y las cosas estaban un poco más equilibradas en el Senado. Ese año las cuentas dieron 20 en cada uno de los cuerpos. Mucho más importante cuantitativamente hablando fue el último año de gestión de Néstor Kirchner, cuando pese a tratarse de un año electoral, hubo 26 sesiones en Diputados y 22 en el Senado.

Pero para buscar un récord no habrá que salir de la era K. Lo encontraremos en 2006, el primer año en el que el kirchnerismo sintió que tenía mayorías que le respondían enteramente en ambas Cámaras, sobre todo en Diputados. Hubo entonces 43 sesiones en la Cámara baja y 33 en el Senado.

La medición realizada por el Indice de Calidad Legislativa a partir de 1998, tiene como hitos históricos negativos al año 2011, cuando -como dijimos- hubo apenas una decena de reuniones en Diputados y 15 en la Cámara alta. Y otra muestra de negatividad fue en 2009, con 13 sesiones en Diputados y 19 en el Senado.

Sesiones en la Cámara de Senadores

2012 21
2011 15
2010 20
2009 19
2008 36
2007 22
2006 33
2005 46
2004 35
2003 28
2002 39
2001 40
2000 42
1999 38
1998 47

Sesiones en la Cámara de Diputados