Se acaba de ratificar que “Bill Gates, cofundador de Microsoft, lidera el ranking de los multimillonarios de las industrias tecnológicas con un patrimonio de 63.400 millones de dólares”. No es el hombre más rico del mundo, podio que ostenta el mexicano Carlos Slim, pero suficiente para mostrar el despropósito de la acumulación desmesurada de riqueza en pocas manos.

La contracara nos la muestra la FAO. Hay en el mundo 868.000.000 de personas que pasan hambre. “Las personas que pasan hambre de forma crónica están subnutridas. No comen lo suficiente para tener la energía necesaria que les permita desarrollar una vida activa. Su subnutrición les dificulta el estudio, el trabajo o la práctica de cualquier actividad que requiera esfuerzo físico. La subnutrición es especialmente perjudicial para las mujeres y los niños. Los niños subnutridos no crecen de forma tan rápida como los niños saludables. Mentalmente pueden desarrollarse más despacio. El hambre constante debilita el sistema inmunológico y les hace más vulnerables a enfermedades e infecciones. Las madres que pasan hambre de forma continua dan a luz a bebés débiles y con falta de peso, y ellas mismas se enfrentan a un mayor riesgo de muerte”.

¿Cuánto dinero hace falta para erradicar el hambre? Lógicamente no se trata de una sola variable. Pero aceptemos que nos sirve para medir la irracionalidad de un mundo que da más valor a la acumulación de riqueza que a la vida humana. En este sentido las cifras de las que se habla son muy pequeñas. La más alta habla de U$S 2.- por día y por persona. Multiplicando los 868 millones por 2 = 1.736; y luego por los 365 días del año, llegamos a la cifra de 633.640 millones de dólares. Apenas 10 veces la fortuna de 1 sola persona. Dicho de otra forma la fortuna de 1 sola persona permitiría alimentar a 86.800.000 personas durante un año.

En fin, no es que quiera responsabilizar a Bill Gates por haber acumulado una fortuna. Tampoco creo que las cosas resulten fáciles. Ni que una fortuna se transforme en forma automática en un sinnúmero equivalente de bienes. Pero es incontrastable lo absurdo de las arcaicas bases sobre las que se asienta el capitalismo.

Para que un joven argentino lo observe desde otra óptica nacional, lo planteo en estos términos. Una vivienda digna para una pareja en la Argentina ronda los 63.400 dólares. El susodicho podría comprar 1 millón de dichas viviendas. ¿Alguien piensa que esto es digno o sensato en los tiempos en que vivimos?