Creo que “antes que la esperanza se apague” frase del Papa que figuró en un afiche oficial de campaña, deberíamos replantearnos dónde estamos parados a partir de estas actitudes políticas folclóricas. Y luego de esos afiches en Capital Federal, hay quienes deben comenzar por crear sus propias esperanzas, ya que indudablemente, muchos de quienes gobiernan, cuando piensan en el Otro, no las tienen, y no las dan. Esperanza, es lo que desde los gobiernos, nos han quitado.

Ante la culpa de estas cosas, ya no hablo de responsabilidades, sino de culpas, el peor enemigo siempre es el enemigo interior. Pero muchos no sienten culpas por lo que hacen. Sin embargo, viene con ellos, lo que para muchos es incorrecto, para ellos es normal.

A punto de morir, Alejandro Magno llamó a sus generales y les comunicó sus tres últimos deseos:

-Que su ataúd fuese llevado en hombros y transportado por los propios médicos de la época. Para demostrar a los más eminentes médicos que ellos no tenían, ante la muerte, el poder de curar.

-Que los tesoros que había conquistado (plata, oro, piedras preciosas…), fueran esparcidos por el camino hasta su tumba, para que todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí permanecen.

y…

-Que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del ataúd, y a la vista de todos… para que las personas puedan ver que vinimos con las manos vacías, y con las manos vacías nos vamos.

Sería bueno, leerlo, una y otra vez. Recordarlos. Sobre todo ahora, y en Argentina. Más que nada quienes nos gobiernan en este momento.

Lo que la culpa no asumida y no superada no da, la sabiduría tampoco otorga. Son incorregibles, y quieren más.

Vos tenés una posibilidad el 11 de agosto de elegir a los precandidatos, y a quienes vas a elegir verdaderamente en octubre. Y creo que una buena elección implica sacar poder a una mayoría en el Congreso que es también absolutamente incorregible, te diría, inescrupulosa.