Así como en su momento el Gobierno tuvo que retroceder con la designación de Daniel Reposo al frente de la Procuración General de la Nación, este año tuvo que hacer lo mismo con el ascenso del general César Milani. Las razones fueron las mismas que el año pasado: no contaba con el número suficiente para aprobar el nombre del jefe del Ejército.

El pliego de Milani estaba incluido junto a los de los jefes de la Armada, la Fuerza Aérea y el titular del Estado Mayor Conjunto, pero las denuncias que pesan sobre el titular del Ejército por su pasado durante la época del Proceso trabaron su ascenso de general de división a teniente general.

Súbitamente los números se complicaron en el Senado después de que llegara al Cuerpo un informe del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) que dirige Horacio Verbitsky, haciéndose eco de los cuestionamientos. A partir de allí varios senadores del propio oficialismo mostraron reparos y por eso el gobierno decidió congelar la situación.

Obviamente la razón expuesta no fue esa. La presidenta ordenó al bloque oficialista dejar sin efecto el tratamiento de ese pliego y los de los otros jefes militares, argumentando la “desnaturalización” del trámite. El Gobierno habló entonces de una “intención electoralista” para perjudicarlo, de ahí que resolvieran tratar el tema a fin de año, pasadas las elecciones.

Claramente el tema estaba atado a un resultado de los comicios que mejorara la situación del oficialismo, pero eso no sucedió.

Ante la consulta de parlamentario.com, en la Comisión de Acuerdos del Senado que preside el chubutense Marcelo Guinle informaron que “no hay novedades” sobre la cuestión, pero aclararon que obviamente el tema deberá ser resuelto antes de fin de año, pues están incluidos ahora todos los ascensos militares. A favor o en contra, se debe decidir qué hacer con el militar.

Lo cierto es que las fuentes consultadas explicaron que “se hará lo que disponga la presidenta”, quien recién esta semana retomará la actividad después de la operación a la que fue sometida. Pero como el aire para Milani no llegó a través de las urnas, se espera que, para destrabar su pliego, pueda surgir a través de la Justicia. Una resolución positiva respecto de su situación en la causa que lo vincula con la desaparición del conscripto riojano Alberto Ledo, acusado de desertar en juno de 1976 y cuyo oficial a cargo del sumario fue Milani.

Junto con la del jefe del Ejército, deben ser tratadas las promociones al grado superior de los jefes de la Fuerza Aérea, brigadier mayor Mario Callejo; de la Armada, contraalmirante Gastón Erice, y del Estado Mayor Conjunto, general de brigada Luis María Carena.

En este caso, los ascensos serán incluidos en sendos “pliegos ómnibus” de cientos de militares que serán propuestos en diciembre. El año pasado los ascensos fueron tratados en sesiones extraordinarias.