Para el exlegislador porteño Adrián Camps, los mismos están relacionados con un desequilibrio en los ecosistemas de nuestros ríos por la pesca indiscriminada.
El legislador (MC) Adrián Camps se refirió al ataque de palometas ocurrido en los últimos días en los ríos Paraná -Rosario- y de la Plata -Vicente López-, señalando que “si bien el fenómeno fue atribuido a las altas temperaturas y a la coincidencia con el periodo de desove de esta especie, veranos anteriores tuvimos condiciones parecidas y no se produjeron estos ataques. La aparición de estos cardúmenes podría anunciar un grave desequilibrio en la fauna de nuestra principal cuenca hídrica”.
En el ecosistema del Paraná – Plata, el dorado se ubica en el tope de la cadena trófica y mantiene bajo control a otros peces carnívoros de menor tamaño como la tararira -que también es muy pescada- y la palometa. La sobrepesca puso al dorado en una situación de vulnerabilidad. Cuando en un ecosistema se produce la disminución de los ejemplares de una especie, su lugar en la cadena alimenticia es ocupado por otras que, por carecer de valor comercial o deportivo, no sufren la misma presión de captura. “En nuestros ríos desaparecen los dorados y se multiplican las palometas”, afirmó el ex diputado del PSA.
Desde distintas instituciones científicas y relacionadas con la pesca deportiva se han solicitado medidas urgentes para proteger al dorado. En 2011, junto al Club de Pescadores de la Ciudad de Buenos Aires, el legislador Adrián Camps logró la sanción por unanimidad de una ley que prohibía por 10 años la comercialización del dorado en territorio porteño y solo admitía la pesca deportiva si los peces eran devueltos vivos al agua -pesca con devolución-.
“Pese a que la ley había sido largamente discutida y contaba con dictamen favorable de la Agencia de Protección Ambiental, el jefe de Gobierno Mauricio Macri la vetó. Nunca pude obtener una reunión para debatir las razones del veto con los funcionarios del Poder Ejecutivo”, señaló el autor de la iniciativa.
Miles de puestos de trabajo en la industria, el comercio, el turismo, el transporte y otros rubros, tanto en las provincias litoraleñas como en la Ciudad de Buenos Aires, dependen de que los ríos estén poblados mayoritariamente por dorados y no por palometas recordó Camps. “Espero que la proliferación descontrolada de palometas y su ataque a los bañistas sea un llamado de atención para que se tomen medidas concretas en defensa del dorado y del ecosistema de la cuenca del Río de la Plata”, concluyó el ex legislador.
