Durante las más de 21 veces que la Comisión Bicameral se reunió desde su creación por ley, el director ejecutivo de ANSeS, Diego Bossio, estuvo presente en 16 ocasiones, siempre acompañado por su equipo. También se presentaron varias veces ante la comisión desde el responsable del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) hasta el rector de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, según la agenda que hubiese sido establecida. Recibimos más de 160 preguntas por parte de los legisladores, que fueron todas contestadas, ya sea por escrito, ya sea durante las presentaciones de Diego Bossio. En ocasiones especiales, la comisión visitó la mesa de operaciones del FGS y en otra ocasión un legislador de la oposición tuvo una reunión de trabajo en ANSeS con los responsables financieros, jurídicos y operativos para clarificar algunos aspectos metodológicos. Frente al reclamo constante de la oposición por la presencia de miembros del Ejecutivo, podemos decir con modesto orgullo y reconocimiento que las autoridades de ANSeS siempre estuvieron dispuestas a venir, vinieron, y explicaron todos y cada uno de los temas que hacen a la seguridad social. De modo concluyente. En algunas reuniones vinieron hasta legisladores que no formaban parte de la comisión, que también pudieron participar plenamente. No recuerdo entre ellos ninguno de los que ahora se preocupan en estado judicial por el FGS.

En general, a lo largo de su actividad, siempre se mantuvo un espíritu de trabajo conjunto entre todos los legisladores. No faltaron, tampoco, los momentos más polémicos, donde parecieron primar, por parte de sectores de la oposición, la necesidad de mantener un alto perfil que abone cierta presencia mediática. De hecho, desaprovechar las instituciones de control que por ley se crean, como la comisión, parece demostrar que más que aportar a la construcción de un Estado de Bienestar en la Argentina, cuyo pilar fundamental es la ANSeS, se buscan otros objetivos. Uno puede ser la judicialización integral del sistema de seguridad social, en cuyo caso pierde sentido la representación que se ejerce (en virtud de la cual cada quien ha sido electo) y se desnaturaliza el correcto funcionamiento -y responsabilidad- de los diferentes poderes del Estado. ¿Equivocación o provocación?

Esto lleva a la segunda hipótesis, que es ser funcional a una táctica mediática de corto plazo y escaso alcance antes que a una construcción política. Lástima. Ese comportamiento habla poco del trabajo realizado por la comisión, aunque mucho de los presentadores. En síntesis, ignoran que la política tiene su lugar, donde la palabra política puede expresar diferentes filosofías y visiones, pero es en el Parlamento donde se dirimen estas normales controversias, entre mayoría y minorías. Echar mantos de sospecha allí donde prima la claridad, siempre con debate merced al funcionamiento de las instituciones que se da la República, inspira otras motivaciones que no persiguen el bien común.

Así que trataremos, una vez más, de explicar el FGS, el lugar que ocupa, sus objetivos tanto como sus reglas, su funcionamiento tanto como sus resultados. En efecto, el FGS invierte en proyectos productivos y de infraestructura que fomenten el crecimiento de la economía local. De esta manera, las inversiones se realizan utilizando tres criterios centrales: seguridad, rentabilidad y transparencia. El principio rector de la estrategia de financiamiento del Fondo es fortalecer el círculo virtuoso: la inversión en proyectos productivos, impulsa más producción y desarrollo sustentable, que generan más y mejor trabajo formal, que redunda en más aportes a la seguridad social. Cuando el FGS invierte, en Atucha por ejemplo, busca la creación y el fortalecimiento del empleo en blanco bien remunerado, lo que contribuye de modo directo al haber jubilatorio; el sostenimiento de la actividad económica permite mayor aporte fiscal a ese mismo haber; las inversiones sólo se realizan con exigentes niveles de garantías, y por último, se asegura que el repago sea efectivo, tal el caso de la General Motors, cuando peligraban empleos y actividad, las dos fuentes de remuneración que tienen los jubilados en nuestro sistema de reparto. El FGS fortalece la economía porque cuida la propia sustentabilidad del sistema de seguridad social en su conjunto.

Por lo tanto, esa presentación solo muestra la actitud destructiva de parte de la oposición. Destrucción de la política, puesto que la judicializa; atenta contra la reconstrucción del Estado de Bienestar, cuyos resultados están a la vista; de la evolución del sistema jubilatorio de reparto, que votaron en contra; de los aumentos del haber mínimo, primero por decreto, luego por ley de movilidad (y decían que daría solo 4%); ignoran el aumento del FGS, y hasta la composición de las jubilaciones, que se nutren tanto de los aportes y contribuciones como de los recursos fiscales… Después de todo, dicen que Sócrates decía que nadie erra voluntariamente, sino por desconocimiento. Y eso es autodestructivo. Los esperamos en la comisión.