Un 20 de junio de 1820 falleció Manuel Belgrano padre y creador de nuestra Bandera nacional.

El emblema de la patria, por el creado, no se pensó como un simple símbolo sino dentro del proyecto revolucionario de emancipación que determinaría qué tipo de sociedad erguir, encarada desde dos frentes: el militar y el político.

Como José de San Martín, Belgrano fue un libertador que contemporáneamente a la creación de nuestros símbolos afirmaba: “El camino seguro de la libertad es la lucha por la libertad social”. Asimismo señalaba que, para visualizar la verdadera emancipación de nuestros pueblos, debía darse en los terrenos político, económico, cultural y hasta simbólico. Entendía que el bien común debía primar a la hora de definir cuál sería el destino de la Nación.

Sin dudas este estadista estaba arraigado a una concepción político-ideológica de nuestra América. Decidió forjar nuestra Patria y aportar al proceso transformador que hizo crecer a la Argentina que soñó, al igual que soñaron el resto de nuestros patriotas. Esta transformación no habría sido posible si no hubiese tenido en claro cuál era el motivo de su lucha, que era la libertad de su comunidad.

Hoy quiero invitarlos a que dejemos de hablar del Manuel Belgrano inalcanzable, para comenzar a pensar en las enseñanzas que nos dejó uno de nuestros padres fundadores. Propongo que retomemos su espíritu emancipador, para continuar con la construcción de una Patria que tenga la premisa de comprometerse con la realidad de su pueblo; que seamos la sociedad que siempre pondere el bien común y colectivo, por sobre el interés particular; que haga de lo político, lo económico, lo cultural y lo simbólico, una relación interactiva que crezca día a día.

En el aniversario de la muerte de este gran hombre, retomémoslo más que nunca y tal como con al resto de los compatriotas!!!