Las tres leyes económicas que sancionó la Cámara de Diputados por impulso de la Casa Rosada generaron divisiones en algunos bloques de la oposición. Tal es el caso del Movimiento Popular Neuquino, de apenas tres integrantes: Alicia Comelli, quien responde al gobernador Jorge Sapag y juega con el kirchnerismo, y María Inés Villar Molina y Adrián San Martín, anotados en la facción opositora referenciada en el senador Guillermo Pereyra, de la CGT de Hugo Moyano.

Villar Molina votó en contra de la nueva Ley de Abastecimiento, de la creación del Observatorio de Precios y de la inauguración del fuero judicial para consumidores. En cambio, San Martín y Comelli se abstuvieron de votar la primera y acompañaron las otras.

Otro bloque dividido fue Cultura, Educación y Trabajo, de los “dipusindicales” de la CGT moyanista. El canillita Omar Plaini se pronunció a favor de los proyectos, en línea con la postura del gobernador Daniel Scioli, para quien milita. Mientras que Facundo Moyano se inclinó por la negativa, como su nuevo aliado Sergio Massa.

En el UNEN porteño también hubo divisiones. La Coalición Cívica de Elisa Carrió y Suma + de Martín Lousteau se negaron a apoyaron los tres proyectos en cuestión, incluido la creación de un fuero judicial para consumidores. Esta iniciativa, en cambio, fue la única que avaló la UCR y el Partido Socialista, además de Alcira Argumedo, de Proyecto Sur. Pero la socióloga fue por más. También votó a favor de la creación del Observatorio de Precios, marcando su diferencia con el líder de su partido, Fernando “Pino” Solanas, quien optó por retirarse de la votación en el Senado -por cansancio o para no quedar pegado con el oficialismo-.

Aunque la UCR decidió acompañar el nuevo fuero, el misionero Luis Pastori se rebeló y votó en contra. Lo mismo hizo el radical Eduardo Brizuela del Moral, del Frente Cívico Catamarca, pese a que su compañera de bloque, Myriam Juárez, se pronunció a favor.