El jefe del Interbloque Federal, Adolfo Rodríguez Saá, enfatizó este jueves que la nueva Ley de Inteligencia “cambia todo pero no cambia nada” porque no ataca “las conductas corruptas de los sistemas de Inteligencia en Argentina, que son conocidas por todos”.

Al fundamentar su rechazo al proyecto oficial durante la sesión, el senador puntano denunció que el tema de los fondos reservados de estos servicios es “el antro de corrupción más grande que tiene el poder político argentino”.

Por otra parte, se preguntó: “¿quién se anima a hablar por teléfono con libertad? ¿Quién maneja ese poder extraordinario de meterse en la privacidad de los hombres públicos y de cualquier ciudadano?”. Y se respondió a sí mismo: “un poder oculto que se esconde atrás de secretos”.

Rodríguez Saá cuestionó en este sentido que las escuchas telefónicas pasen a manos de la Procuración General y consideró que “sería más equilibrado” que se transfieran a la Corte Suprema de Justicia.

El legislador reconoció la necesidad de “democratizar” los servicios de Inteligencia, pero opinó que el oficialismo debió haber emprendido un “proceso de dialogo” ya que “modificar la Inteligencia es muy complicado y requiere de consensos políticos”.

Por último, reflexionó que la muerte del fiscal de la causa AMIA, Alberto Nisman, es “un verdadero magnicidio que está modificando las estructuras y los paradigmas de la Argentina”.