El día del paro, Máximo K se metió de lleno en la campaña

Por José Angel Di Mauro. Justo cuando la Presidenta sonaba fuerte para figurar en estas elecciones como candidata a diputada o parlamentaria del Mercosur, su hijo varón se metió en la discusión.

Si bien unos días antes un alto funcionario apareció diciendo que las negociaciones seguían, con el objeto de lograr el levantamiento del paro nacional previsto para el último día de marzo, sonó a frase de compromiso; estaba claro que ninguna de las partes daría marcha atrás: ni el gobierno haría concesiones en materia de Ganancias en vísperas de una medida de fuerza, ni los gremios tenían margen de maniobra para hacer otra cosa que parar.

La UTA, que en el último paro nacional impulsado por Moyano desertó, restándole efecto a esa medida, aparecía ahora muy decidida. Aunque nunca se sabe con los colectiveros, que por efecto de los subsidios se han convertido en una suerte de empleados paraestatales: sus sueldos dependen del dinero del Estado.

La consigna oficial fue clara: había que hacer todo lo posible para evitar que la medida de fuerza monopolizara la atención de esa jornada. Fue la razón por la que justamente el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, que tenía previsto ir al Congreso la semana anterior para defender el proyecto sobre trenes, postergó su concurrencia justamente para el día del paro del transporte. Mientras tanto, en el Senado se registraba la visita del abogado propuesto por el gobierno para la Corte Suprema, aunque esa audiencia estaba prevista de antemano al paro.

La Presidenta también hizo su aporte, encabezando la primera de sus dos cadenas nacionales de esta última semana, en el marco de un acto que ordenó le organizaran en el corazón del Conurbano. Allí se despachó contra el paro con palabras duras, sin apartarse del libreto oficial que defiende el impuesto a las Ganancias. Aunque luego trascendió que el gobierno analizaría modificaciones en la materia. Con todo, no deben esperarse anuncios si aparecen como producto de imposiciones, así que habrá que estar atentos al paro de 36 horas del que algunos sectores gremiales hablaban aun antes de la huelga del martes.

Fuentes bien informadas deslizaron sobre el inicio del feriado de Semana Santa que “sin dudas” habrá que esperar anuncios sobre Ganancias, pero no ya, sino para los próximos meses. La de mínima sería una excepción para mitad de año, salvando el aguinaldo del gravamen, medida que coincidiría con las vísperas de las PASO. La de máxima, pero que a la que los voceros dan mucho crédito es que hubiera cambios para antes de las elecciones de octubre, cuestión de endulzar a los votantes y quitarle una promesa de campaña a la oposición. Tiene sentido.

Pero más allá de la actividad en el Congreso y el acto de la Presidenta, si algo le restó protagonismo al paro fue la irrupción mediática del primogénito presidencial, en el marco de una entrevista con Víctor Hugo Morales difundida en simultáneo por otros medios como una suerte de remedo de cadena oficial. La excusa fue que saliera a refutar las informaciones difundidas sobre una supuesta cuenta suya en el extranjero; pero el efecto fue más allá de esa desmentida -de hecho ese tema quedó en segundo plano- y tuvo un efecto mucho más amplio. Puso a Máximo Kirchner en el centro de la escena política, dejó claro que el kirchnerismo ha optado por poner a Mauricio Macri en la mira electoral -ninguneando a Sergio Massa-, y fundamentalmente confirmó la posibilidad de que vaya a ser candidato en las próximas elecciones.

La aparición de Máximo se dio en pleno apogeo de las versiones que dan como casi segura la participación electoral de Cristina Kirchner en las próximas elecciones, como parlamentaria del Mercosur o diputada nacional por la provincia de Buenos Aires. La eventual participación electoral del hijo de CFK no invalida la candidatura de su madre, pero expande el menú de opciones con el que el kirchnerismo irá amagando hasta el día del cierre de listas, el penúltimo sábado de junio.

Lo cierto es que el hijo de Cristina aparece hoy como un muy probable candidato en la lista para diputados en la provincia de Buenos Aires, donde está visto que su nombre daría más rédito que en Santa Cruz, donde hasta ahora se buscaba que participara. Pero los sondeos allí no son para ilusionar a nadie, ni para intendente de Río Gallegos -como se pensó inicialmente en busca tal vez de repetir el camino de su padre-, ni diputado nacional siquiera, habida cuenta de que allí se eligen dos legisladores este año y no sea cosa de que Máximo se quede afuera.

El primer hijo de los Kirchner nació en La Plata, lo que lo habilita para ser candidato bonaerense.

¿Y por qué pensar en Máximo solo como legislador, cargo que debe interesarle tanto como a su padre, que en 2009 fue como diputado solo para buscar sin éxito ganar la elección?

“Uno está donde piensa que a los demás les puede servir”, fueron las palabras del joven. ¿Y si terminara siendo compañero de fórmula de uno de los candidatos kirchneristas? Suena difícil, porque eso supondría una elección de parte de la Presidenta, que más allá de todo lo que se intuye no parece que vaya a volcarse en favor de uno de los precandidatos oficialistas.

De aquellos precandidatos es Daniel Scioli el que más posibilidades tiene de ser el candidato oficial del FpV en octubre. Los encuestadores coinciden en advertir que más allá de la buena imagen que conserva Florencio Randazzo y su ascenso en las encuestas, sigue lejos del gobernador bonaerense. Este a su vez desborda optimismo por estos días. Porque a pesar de todas las adversidades que ha debido pasar, sigue firme prendido en las encuestas, donde oscila entre el primero y el segundo lugar en la general. Esta semana dio una muestra de su obsesión por mantener el voto oficialista, al kirchnerizar su campaña mostrando carteles donde se mimetiza su apellido con el partido K (Scioli para la Victoria), dejando en un segundo plano el naranja para privilegiar el celeste y blanco.

Desde su entorno se dice que aceptará resignado que Cristina le arme la lista para diputados y aun que le ponga un vice, que se descuenta será de La Cámpora. Recién después de las PASO -en las que espera vencer a Randazzo- comenzará a mostrar un perfil más independiente respecto de CFK, en busca de los votos de los ciudadanos no kirchneristas.

Cada vez más convencido de la teoría del consultor Carlos Fara respecto de que las PASO oficiarán como una suerte de primera vuelta, Scioli espera que en agosto él y Macri se distancien del tercero, Sergio Massa, y que en octubre parte de los votos peronistas del tigrense vayan a sus arcas, con la hipótesis/deseo de pasar el 40% y ganar en primera vuelta.

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