Mientras desde el Frente para la Victoria animan alguna candidatura de Máximo Kirchner, un sondeo de Ibarómetro en la provincia de Buenos Aires le adjudicó al líder de La Cámpora una intención de voto a diputado nacional con un piso cercano a los 26,3 puntos.

Detrás se encuentran Jorge Macri por el Pro (24,4%), Malena Galmarini de Massa por el Frente Renovador (14,9%), Jaime Linares por la agrupación de Margarita Stolbizer (3,5%) y Juan Carlos Giordano por el Frente de Izquiera (3,2%). El voto en blanco representa el 6,1% mientras que el 21,7% de los encuestados dijeron no saber a quién votar.

Los datos se desprenden de 1.200 entrevistas en la provincia de Buenos Aires en mayo de 2015.

El director de la encuestadora, Ignacio Ramírez, señaló en declaraciones a radio Rivadavia que “es un buen desempeño de un dirigente que ha tenido poca visibilidad”.

“Si se hubiera realizado la medición antes de la última aparición de Máximo Kirchner hubiera resultado difícil. Su figura antes de esa intervención estaba envuelta en cierta mitología y arquetipos, que fueron desafiados con un discurso y un perfil que no se correspondían al arquetipo hasta ese momento vigente. Un discurso donde en general todos los análisis subrayaron la humildad, que no se correspondían a una figura mucho más proliferante. En ese sentido la encuesta puede ser leída la encuesta como un respaldo a que esta figura transite un proceso de mayor visibilidad pública”, explicó.

Ramírez se refirió también al escenario electoral, en el que “el FpV ocupa el centro de la escena”. “Por otro lado, hay un fenómeno en la escena política de dos polos ideológicos: Pro y kirchnerismo, que me parece que cuando se lo analiza se ignora que hay una nueva identidad política. Hay una identidad nueva que es la kirchnerista. El porcentaje de personas que se declaran kirchneristas es más alta que el de las personas que se declaran radicales, que es una tradición política de hace años”, observó.

En ese sentido, subrayó que “la Argentina empieza a pensar no estrictamente en partidos sino en polos ideológicos”. “Uno de ellos es el kirchnerismo, una nueva identidad política que tiene fuertes apellidos que condensa vínculos emocionales. El apellido Kirchner ciertamente lo es. El contexto político, el factor emocional vinculado al apellido y la última aparición pública de este dirigente son los argumentos para explicar los datos de la medición”, indicó el director de Ibarómetro.