Fiel a su estilo, el ministro de Economía de la Nación, Axel Kicillof, defendió las políticas “anti-cíclicas” aplicadas por los gobierno kirchneristas para reducir los coletazos de la crisis económica internacional y replicó a los economistas ortodoxos que abogan por recortes del gasto público y un mercado interno regido por precios internacionales.

Tras efectuar un largo diagnóstico sobre la situación mundial, el funcionario kirchnerista anunció que el PBI 2015 cerraría en 2,3 por ciento “gracias a todas las políticas que estamos implementando”.

En tanto, se mostró optimista de cara al rumbo económico en 2016. “Suponemos, tal como dicen los consultores nacionales e internacionales, que la economía mundial no va a seguir una caída abrupta sino a mejorar a partir del segundo semestre del año que viene”.

“Sobre esa base estamos presentando nuestro Presupuesto para el año venidero”, subrayó y afirmó que “no creemos que los recursos públicos tengan que hacer un esfuerzo enorme como los que estamos llevando este año para que el contagio de la economía internacional no sea pleno”.

En otra parte de su discruso Kicillof sostuvo: “¿Por qué no hemos sufrido? Primero, porque a nosotros durante estos 12 años por aplicar políticas de industrialización nos pasó que hoy tenemos mayor diversificación de las exportaciones. No vivimos de un solo producto, de forma tal que esa diversificación -que es imperfecta, que le falta- no nos pegue de forma tan fuerte como un país que es mono-exportador de cobre o petróleo”, enfatizó a continuación y sintetizó: “La crisis le pega a cada país tal como cada país se ha preparado”.

Políticas anti-cíclicas

Kicillof explicó cómo se pensó el Presupuesto 2015: “Si ocurrieran eventos a escala internacional que modificaran los principales parámetros y variables vinculadas a la demanda externa que ponen en marcha la actividad económica nacional (…) que hicieran caer en volumen y precio las exportaciones, ese Presupuesto tenía que ser suficientemente flexible para usar todos los instrumentos y armas de que dispone el Estado nacional para que esa crisis generada en el exterior no afectara las principales variables de la economía nacional: la actividad económica y el empleo”.

“Porque cuando cierran mercados de exportación, una parte de la economía nacional que coloca sus productos de producción en el exterior sufre una caída”, agregó.

Señaló entonces que “si hay novedades de las malas en el mercado internacional, no le quepa duda que el Poder Ejecutivo va a tomar medidas contra-cíclicas para impedir que los efectos nocivos de la situación internacional afecten con todo rigor y violencia aquella rama vinculada al comercio externo”.

“Políticas anti-cíclicas significan elevar el nivel de gasto, de ayuda, como hemos hecho en el sector petrolero”, precisó.

Y prosiguió: “Hubiéramos pulverizado una parte del producto interno con esas recomendaciones” de achicar el gasto y de que “el mercado interno tenga que regirse por los precios internacionales”.

“Argentina el único país donde la caída del precio del petróleo no redundó en destrucción de trabajo, de capital físico y de perspectiva económica positiva de alcanzar el autoabastecimiento energético”, destacó entonces.

Más adelante insistió: “Cuando la situación se deterioró, en Argentina se utilizaron todos los instrumentos para impedir que una situación con la que nada tenemos que ver, que tiene un origen financiero y geopolítico, no afecte y no nos haga lamentar incrementos en el desempleo como está ocurriendo lamentablemente en países hermanos”.