Cuentan que en vísperas de las fiestas, la entonces titular del Servicio Penitenciario, Florencia Piermarini, le presentó a María Eugenia Vidal la renuncia, ante lo cual la gobernadora le pidió que permaneciera un tiempo más en el cargo. Producida la fuga de los Lanatta y Schillaci, la jefa de las cárceles fue desplazada del cargo y quedó bajo la lupa su responsabilidad en el hecho.

Ahora acaba de ser designada relatora en la Cámara de Casación Penal bonaerense. El que la nombró es el juez de la Sala I del Tribunal de Casación Penal de la Provincia, Daniel Alfredo Carral, aunque el cargo todavía no está firme pues los otros dos integrantes de esa sala no han tomado conocimiento de la designación.

Pese a ello, Carrió ya salió a advertir que su designación “deja en evidencia que los lazos de impunidad entre los responsables del crecimiento de las mafias de la provincia están intactos”.

La diputada se manifestó “escandalizada” por el nombramiento como “relatora de su vocalía en ese tribunal cuando la justicia debería estar investigando sus responsabilidades penal en la fuga de condenados”.