Se preguntó de qué derecha le están hablando cuando le endilgan esa ideología a Mauricio Macri, con quien aseguró tener una relación “excepcional”. Aclaró que ella no hubiera ido a ver al papa.
La diputada nacional Elisa Carrió asegura tener una relación “excepcional, permanente y silenciosa. Directa”, y da más precisiones: “Yo digo todo lo que pienso y él dice todo lo que piensa. Desde el primer día mi relación con el presidente se llama sincericidio. Por ahí está buena y por ahí no está tan buena. Yo creo que él lo necesita”.
En ese marco, se diferenció de Mauricio Macri respecto de revelar los detalles del “legado kirchnerista”. Según Carrió, el presidente “no quiere hablar de la herencia porque quiere dar buenas noticias. Pero la verdad es que sólo desde ahí se puede entender la importancia de las medidas tomadas”. Y dio detalles al señalar que “tenemos el déficit más grande de la historia y lo que me dicen los funcionarios es que en cada lugar hay deudas escondidas, negociados. Se han triturado la mayoría de los expedientes de obra pública. Es decir, acá ha habido el robo más grande a la Nación”.
“El Gobierno no lo quiere transmitir porque cree que afecta su imagen. Yo lo digo porque no tengo problemas de imagen. Y porque creo que únicamente hablando de esto se entiende la magnitud de las medidas tomadas por Mauricio. Macri recibió una herencia catastrófica y lo que ha hecho es extraordinario”, puntualizó ante el diario Clarín.
Diferenció además la experiencia de gobierno actual con la de la Alianza: “Conceptualmente esto se llama presidencialismo con coalición parlamentaria. Eso es lo distinto”, puntualizó, destacando que “hay que acostumbrarse a los consensos y a ceder”.
En ese marco de diferencias admitidas, aclaró que en lugar de votar en contra de iniciativas que envíe el Ejecutivo, “lo que puede haber es que se corrijan redacciones que vienen. Mauricio no tiene ningún problema”.
Admitió que “el único problema que tengo hoy es con la ley del arrepentido porque siempre he votado en contra. Pero lo estoy reanalizando en función del narcotráfico, la corrupción y los atentados terroristas. La figura del arrepentido parece lindísima pero también sirve para garantizar impunidad. En ningún caso creo en los arrepentidos que han sido funcionarios de alto nivel. Es decir, yo no creo en el arrepentimiento de De Vido”.
Con relación a cuestiones puntuales de esta administración, como la elección de jueces por decreto o las retenciones de las mineras, Carrió señaló que lo de los nombramientos de miembros de la Corte “se corrigió”, y “el problema de las mineras no es sólo las retenciones. Me decían loca cuando yo hablaba del cianuro y resulta que hay cuatro ríos con cianuro. Acá el problema es el negocio de Gioja con la Barrick Gold. Esto no puede ser el negocio de unos pocos. Hay que actualizar el canon que hace 20 años que no se toca”.
Con relación a la visita del presidente al papa Francisco, dijo que le parece “bien”, pero aclaró que ella no hubiera ido. “De hecho fui varias veces a Roma y no fui. Yo soy una creyente absoluta. Pero distingo: los sacerdotes no se tienen que meter en política”.
“No creo que Bergoglio tenga que convertirse en una unidad básica en la Argentina. No creo que tenga que empoderar a violentos. Estoy hablando de Milagro Sala y de Moreno. El hace muy bien el juego de fotos. Y tiene un doble discurso respecto de la Argentina: se rodea de personajes menores y le gusta el chisme político. Lo conozco”, señaló.
Con relación a si el Gobierno es de derecha o izquierda, sostuvo que “la izquierda roba y es más reaccionaria que la derecha. Pero yo digo: Macri va a ampliar el ingreso ciudadano, está liberando a las clases medias del impuesto al trabajo que significa Ganancias, quiere bajar el IVA, ¿de qué derecha me están hablando? Si el kirchnerismo no bajó el IVA para los pobres... Las izquierdas y las derechas no existen más en el mundo. Eso llevó al genocidio del siglo XX. La naturaleza de Stalin no es distinta que la de Hitler. Pero este gobierno no es de derecha. Es una alianza con mucha gente de centro, con gente que proviene de la centroizquierda y otra de la derecha. La lucha contra la corrupción nos pertenece a todos y el hambre cero no es una cuestión ideológica: es moral”.
Agradeció por otra parte al fiscal Sáenz por su dictamen sobre la muerte de Alberto Nisman, y recordó que “cuando el entonces comandante en jefe del ejército (Milani) me dijo que me iba a querrellar yo dije: ‘Milani no me mate’. Lo que quise decir es que Milani puede ser uno de los autores. Y que ahí tiene que ir la investigación”.
Sugirió entonces “seguir las líneas de las custodias, hay que relacionar esto con algunas personas del batallón 601 y hay que ver si se reunieron con Milani. Pero, además, Milani tenía el sistema de escuchas, que se llevó a la consultora que hoy tiene con Pocino. Una vergüenza”.