Por Sergio Saban. Ante el reacomodamiento del valor de las tarifas, el autor sugiere que ya no se puede dar marcha atrás y se debe pagar por las cosas lo que valen, pues nada es gratis.
Antes los pobres vivían como si no lo fueran y ahora las clases medias temen vivir como pobres.
Son éstos los preocupados, son éstos los que no saben que es ser pobres y temen serlo.
Los pobres nacieron así y viven así, así consiguen ser felices como pobres, ésto es lo que desde el gobierno se baja.
Las clases medias reconocen los atrasos en la tarifas de servicios pero empiezan a sentir los cambios de sus propios reclamos, se olvidan que reclamaban que se acaben los subisidios, decían que creaba vagos y no trabajadores, decían que era necesario un cambio.
El cambio llegó de la mano de cambiemos, y bueno, estamos en invierno y todo ahora empieza a tener su valor real, y claro, cuesta ganar la plata y se gasta muy fácil, una vez en la mano, desaparece en minutos, no dura, no alcanza, y eso aterra, y genera miedo e incertidumbre.
El cambio llegó.
¿Era éste el cambio que se reclamaba en las elecciones a la hora de votar? ¿Era éste el cambio que la gente votó?
Parecería que muchos se arrepintieron de reclamar tanta realidad y sinceramente de tarifas y desean volver a vivir bajo el relato que los tenia acostumbrados a vivir de prestado y subsidiados.
El presidente Mauricio Macri trajo un tsunami de cambios positivos, de eso no hay ninguna duda.
Ahora ya no podemos dar marcha atrás, tenemos que acostumbrarnos a ver las cosas así, pagar por ellas lo que valen y saber que nada es gratis, que el cambio no es gratis, que si lo pedimos, ahora hay que apoyarlo y sostenerlo.
Nos guste o no, ya estamos en camino, cambiando el país, y el modelo de vida de los argentinos.
