El político invitado a la mesa de Mirtha Legrand este domingo fue el presidente del bloque Pro de la Cámara baja, Nicolás Massot, quien no pasó mayores sobresaltos, salvo un momento en el que la actriz Araceli González confesó su inquietud por el tema de la inseguridad, y luego advirtió sobre el tema de los medicamentos.

Hasta entonces había estado bastante callada, pero el disparador fue la situación que vivieron tres mujeres en una estación de servicio de Lomas de Zamora cuando un grupo de activistas del gremio que conduce Carlos Acuña quisieron obligarlas a cerrar, y ellas les hicieron frente. Ahí Araceli contó que también había vivido un momento incómodo la noche del paro, cuando casi sin combustible intentó, a la salida del teatro, cargar en una estación de servicio, donde de manera intimidante le dijeron que no vendían.

Se fue, con el temor de quedarse sin combustible camino a su casa, y en la autopista la cruzó una combi. “Zafamos de casualidad, porque yo monitoreo bien los autos, y porque vengo de barrio y estoy alerta”.

Pero confesó entonces que vive “en estado de alerta, con vértigo”. Y señaló: “No puedo hablarte mucho de política porque no estudié eso, puedo hablar como mamá, actriz, ciudadana. No sé lo que es dormir desde que mi hijo empezó a salir en auto. Ya lo cruzaron dos motos a mi hijo”, comentó.

Angustiada, pasó al tema de los medicamentos, al señalar que “hay una realidad que se consume en la calle, mi mamá vio cómo un hombre reclamaba llorando el medicamento de su mujer”.

El diputado oficialista tomó la posta y advirtió: “Mi lugar es el mismo que el tuyo, si pensás que no me dan miedo mis hermanas o mi novia estás equivocada”.

Araceli le aclaró que no lo estaba atacando a él, y Massot abundó señalando “la importancia del 1 de Abril”, donde admitió que participó “mucha gente que no está llegando a fin de mes, mucha gente que le está costando las tarifas, hay mucha de esa gente que contesta cuando le preguntan que le iba mejor antes que ahora, pero también esa gente contesta que no tiene dudas de que le va a ir mejor más adelante. Lo que le importa a esa gente no es que nosotros definamos de qué lado está, sino que definamos lo que no se negocia, dónde está el corazón de todos nosotros”.