Previsiblemente Cambiemos se impone como marca electoral y como tal será la nave insignia que participará en la gran mayoría de los distritos en estas elecciones. A excepción de la Ciudad de Buenos Aires, cuna del Pro, donde para evitar la inclusión en una interna de Martín Lousteau, los radicales que lo apoyan van separados y no se puede usar el nombre que comparten con el Pro, la Coalición Cívica y el Partido Fe, entre otros.

La uniformidad también se transmite a la decisión dispuesta a partir de un pedido del presidente Mauricio Macri de no habilitar elecciones internas en ningún distrito, llevando entonces lisas únicas en todos los distritos en las PASO.

Otros partidos que toman parte de la Alianza son Unión por la Libertad, de la ministra Patricia Bullrich, que podrá participar en seis provincias, igual que el Partido Demócrata Progresista, el Partido Demócrata y, en Córdoba, el Frente Cívico de Luis Juez.

Otra cosa previsible es que la mayoría de las cabezas de listas y cargos se distribuyen entre el Pro y la UCR, tanto para diputados como senadores, con cierto criterio de equidad: donde un partido encabeza para senadores, el otro va primero en Diputados.

Donde la Coalición Cívica prevalece es en la Ciudad de Buenos Aires, donde ese partido se reparte con el Pro los principales lugares, comenzando con el primero y el tercero.

Tal cual estaba acordado, en los distritos donde gobiernan dirigentes de Cambiemos, Capital Federal, Buenos Aires, Corrientes, Mendoza y Jujuy, sus autoridades tuvieron el máximo poder de decisión para el armado de las listas, salvo provincia de Buenos Aires, donde por su importancia estratégica prevaleció la decisión del Gobierno nacional. En el resto, participaron desde la Casa Rosada, con Rogelio Frigerio, Marcos Peña, Francisco Quintana, Sebastián García de Luca y el presidente del Pro Humberto Schiavoni.