El diputado Rodolfo Tailhade suele ser uno de los más ácidos y confrontativos de la Cámara, particularmente con el oficialismo, con el que suele enfrascarse en polémicas interminables. Y bien se sabe que el legislador camporista no le niega una cuestión de privilegio a nadie. Por eso no llamó la atención que quisiera presentar una en pleno debate en particular de la reforma tributaria. Lo que sí sorprendió fue el contexto en el que hizo su pedido.

“Como estamos en el capítulo de las bebidas espirituosas, quiero hacer una cuestión de privilegio contra el diputado Wisky”, reclamó, generando la hilaridad de sus pares, comenzando por el presidente de la Cámara. “Pero de verdad, eh... No sé si la hago ahora o la hago cuando termine esto, pero la quiero hacer”, insistía el diputado kirchnerista ante la hilaridad de Emilio Monzó, que frente a la insistencia de Tailhade, concedió: “Lo hacemos en un bar”. Tailhade usó la ironía, debido al apellido del macrista: se escribe casi idénticamente al nombre de la bebida alcohólica, solo que sin la h.

Lo que no imaginaba Monzó era que Tailhade iba en serio. Y al final de la sesión, a las 4.15 de la madrugada de este miércoles el presidente del Cuerpo le dio la palabra y el legislador kirchnerista confirmó que, en efecto, tenía una cuestión de privilegio contra el diputado rionegrino Sergio Wisky, por declaraciones que éste había hecho a una radio de General Roca, en la que lo agraviaba diciendo que “los insulto a todos en todas las comisiones, y que insulto y maltrato a las mujeres de Cambiemos”. El diputado aseguró que esas eran acusaciones “absolutamente falsas” y desafió a su colega oficialista a “que presente en la Comisión de Asuntos Constitucionales testimonios, registros y versiones taquigráficas donde consten mis insultos”.

“Por ahí le habrán dicho una versión de estos insultos falsos durante uno de esos partidos de tenis que juega con (el empresario) Joe Lewis en Lago Escondido”, ironizó, asegurando que a Wisky lo conocen como “el diputado Joe Lewis”.