Con su bebé en brazos, la diputada del Pro volvió a emocionar a toda la Cámara con un discurso en el que detalló su triste experiencia que sirvió para exponer la situación que viven tantas mamás en esas circunstancias.
El punto emotivo de la última sesión lo había puesto la diputada nacional Camila Crescimbeni, que participó de la misma pese a haber perdido hacía muy poquitos días a uno de sus mellizos, y tener al que nació vivo en terapia. El recinto en pleno estalló en un aplauso, cuando se destacó su presencia, conociendo todos su situación. Ella rompió en llanto.
Este jueves volvió a emocionar a todos, durante el debate sobre muerte perinatal y dar ella su testimonio en primera persona. Y con su bebé en brazos.
“Lo último que quisiera en la vida es estar hablando sobre este proyecto, que me acuerdo cuando lo dictaminamos hace un montón de tiempo. La vida quiso que me tocara hace 2 meses perder al hermano gemelo de Rufino, de un embarazo gemelar monocorial que venía muy bien, que nunca tuvo complicaciones, y que, en el último momento, yo ya estaba internada por una rotura prematura de membrana, que es lo que se conoce como fisura de bolsa, estuvo 48 horas internada sin problemas, con maduración pulmonar, que es lo que se suele hacer cuando los bebés son prematuros, y en la madrugada del lunes, sin previo aviso, en el siguiente control, dio que mi hijo Silvestre no tenía más latidos, que es la frase que toda madre que gesta puede aseverar que es lo más terrible que te pueden decir, porque es la vida que uno ama y que eligió , y el tamaño que tiene ese amor es tan proporcional al dolor”, relató la diputada del Pro, ante un recinto absolutamente en silencio. Tan en silencio que solo se escuchaba su voz y los gemidos de Rufino, en sus brazos.
Ella siguió: “Nunca me imaginé que iba a estar hablando en este proyecto en particular, pero lo que quería transmitir, más allá de la experiencia que me tocó, es visibilizar en mí, como le habrá pasado a Johanna (Piferrer) también y otras personas que están en el recinto, pero es muy importante el acompañamiento durante este tiempo, porque uno está en shock total… Porque espera la vida, no la muerte, y no sabe sus derechos, eso es la realidad. Yo no sabía que lo podía tener a Silvestre a upa, y agradezco enormemente a todo el equipo perinatal del Sanatorio Mater Dei, que desde el primer minuto me ofrecieron tener a Silvestre a upa, y lo tuve cuatro horas. Le pusimos ropa, lo llamamos por su nombre, le cantamos, lo abrazamos, lo vestimos, y todo esto es parte de este proyecto, porque esos hijos son bebés amados, no son un dato menor”.
La diputada señaló que “es muy corto ese tiempo que uno tiene, y es parte del proceso que te va ayudar a sanar para toda la vida, a integrar ese dolor, que es algo que aprendí porque el dolor ese no se supera, ni se deja atrás, porque se transforma en quien uno es para siempre. Y todo lo que uno pensó que iba a ser es diferente, y la vida es diferente a la soñaba, pero sigue siendo vida. En mi caso también lo tengo a Rufino, que luchó desde el día uno, y a Juanita”.
“Pero es muy importante para todas las mujeres de todo el país en todos los rincones y en las diferentes maternidades que esté ese derecho y que esté ese acompañamiento, porque es la diferencia entre poder sanar o estar siempre en deuda pensando en que no tenés ni una foto de tu hijo o hija que es el único recuerdo que podés tener. Las huellitas de las manos y los pies, poder tener su caja de recuerdos, eso es muy importante y creo que Rufino estará de acuerdo cuando pueda también conocer la historia de su hermano”.
Luego siguió emocionando al leer los nombres de “algunos hijos e hijas de padres que me acercaron en este tiempo su amor. Además de Silvestre, Noah, Alelí, Benja, Juampi, Bebi, Francisco, Cristobal, Macarena, Tomi, Camila, Bianca, Olivia, Paulina, Jazmin, Tomi, Valentino, Julián, Santiago, Lisandro, Alice, Liam, Mila, Gabriela, Isidro, Vicente y Eva. Y son cientos de bebés más, pero algunos solamente para que sus nombres estén acá, en el recuerdo de todos nosotros que también podamos seguir nombrándolos que es muy importante también para este proyecto y para la reglamentación, el cuidado con el que después hablamos de la devolución de la anatomía de la placenta, que las personas que lo hacen también llamen a nuestros hijos por sus nombres cuando nos hacen la devolución. Y también visibilizar que hay mucho que tenemos que seguir trabajando después de esta ley, porque hay muy pocos patólogos que hacen perinatal en la Argentina, y es también una deuda pendiente”.
Camila Crescimbeni, con su bebito en brazos, concluyó su mensaje así: “Con este proyecto que podamos ayudar a cientos de familias a sanar y que podamos visibilizar y poder hablar de estos temas que generalmente están escondidos porque uno siempre anhela la vida y no la muerte, pero cuando la muerte se vuelve parte de la vida uno no quiere ser un paria, quiere seguir hablando de nuestros hijos tan amados”.