La iniciativa en debate fue elaborada en conjunto con el colectivo de trabajadores del sector y tiene como principal objetivo reconocer el rol de estos profesionales dentro de los equipos de salud.
La comisión de Asuntos Constitucionales y Justicia despachó por mayoría el proyecto de ley que busca reglamentar la profesión de los acompañantes terapéuticos en la provincia de Buenos Aires, y que ahora cuenta con el respaldo legal para ser tratado en el recinto.
Es preciso mencionar que, la iniciativa que lleva la firma de sendos diputados que conforman la bancada rotativa del FIT-U fue elaborada en conjunto con el colectivo de trabajadores del sector, y tiene como principal objetivo reconocer el rol de estos profesionales dentro de los equipos de salud, además de establecer derechos, obligaciones y condiciones de ejercicio en un marco regulado por la ley.
Así, el escrito se centra en la jerarquización de la profesión, otorgándole legitimación formal y estableciendo la obligatoriedad de su inclusión en los equipos interdisciplinarios de salud.
La norma define al acompañante terapéutico como un trabajador de la salud que integra equipos interdisciplinarios, cuya función central consiste en acompañar y contener a las personas en su vida cotidiana dentro de sus comunidades, entornos familiares o instituciones.
El propósito es mejorar la calidad de vida, garantizar derechos y favorecer la autonomía de los pacientes, siempre en coordinación con las estrategias del equipo tratante.
Uno de los aspectos centrales de la propuesta es que los acompañantes terapéuticos trabajen en ámbitos tan diversos como la niñez, la adolescencia, la adultez y los adultos mayores, así como también en casos de personas con discapacidad, padecimientos mentales, enfermedades crónicas, VIH, situaciones de vulnerabilidad o en procesos de desmanicomialización.
Por eso, el proyecto establece que la práctica podrá ejercerse en forma autónoma o como parte de equipos de instituciones públicas o privadas, e incluso por disposición judicial, y aclara que los acompañantes terapéuticos no podrán ser reemplazados por enfermeros, cuidadores u operadores comunitarios, ya que subraya la especificidad de su rol profesional.
En cuanto a los requisitos, la ley prevé que los acompañantes terapéuticos cuenten con un título habilitante o certificado reconocido, y que se inscriban en el Registro de Acompañantes Terapéuticos de la Provincia (REAT) y en el Registro Único de Profesionales (RUP). Para aquellos que ya ejercen de manera empírica, se prevé un sistema de acreditación de competencias laborales a cargo del Ministerio de Salud.
Entre los derechos que reconoce la iniciativa para los acompañantes terapéuticos, se incluyen la percepción de honorarios equivalentes a otros profesionales de la salud, la cobertura de gastos vinculados a la práctica y la posibilidad de ejercer la docencia e integrar equipos interdisciplinarios.
Además, se establece el derecho a retirarse de situaciones de riesgo y a que sus aportes sean considerados en igualdad de condiciones que los de otros profesionales.
En 2022, la provincia creó el Registro Específico de Acompañantes Terapéuticos (REAT), que permitió habilitar la matrícula para quienes habían cursado la Tecnicatura en Acompañamiento Terapéutico, además de reconocer a quienes acreditaron experiencia a través de la Agencia de Acreditación de Competencias Laborales. Sin embargo, la medida resultó insuficiente frente al crecimiento de la demanda y la necesidad de un marco normativo integral.
El proyecto bonaerense también se apoya en antecedentes de otras provincias como Río Negro, Córdoba y San Juan, que ya cuentan con leyes que regulan la práctica.
En ese sentido, la propuesta busca poner a la provincia de Buenos Aires en sintonía con las tendencias nacionales e internacionales que promueven el abordaje comunitario de la salud mental.
En la Legislatura bonaerense, la discusión del proyecto avanza en paralelo con debates sobre la plena aplicación de la Ley Nacional de Salud Mental y la necesidad de fortalecer los equipos interdisciplinarios que trabajan en hospitales, escuelas y centros comunitarios.