La actividad se desarrolló en el jardín “Ntra. Sra. del Carmen” del barrio La Esperanza, en Benavídez, y convocó a familias interesadas en profundizar sus prácticas de crianza desde una perspectiva de respeto y buen trato.
El encuentro se enmarcó en el programa Redes para el Cuidado Integral de la Primera Infancia, una iniciativa que busca poner en valor las tareas de cuidado y fomentar el desarrollo de redes comunitarias que acompañen a las familias en los primeros años de vida de sus hijos. En esta oportunidad, el taller se centró en la importancia de establecer límites claros y afectuosos, como parte fundamental del crecimiento emocional y social de los niños.
Durante la jornada, se abordaron distintas estrategias para construir normas desde el diálogo, la empatía y la coherencia, evitando prácticas autoritarias o punitivas. Las familias compartieron experiencias, inquietudes y reflexiones sobre los desafíos cotidianos que implica criar en contextos de cambio, reconociendo el rol activo que tienen en la formación de hábitos, valores y vínculos saludables.
La propuesta también destacó el valor de los espacios educativos como aliados en el proceso de crianza, promoviendo una articulación entre el hogar, el jardín y la comunidad. En ese sentido, se remarcó la necesidad de generar instancias de escucha y acompañamiento que fortalezcan la confianza entre adultos y niños, y que permitan construir entornos libres de violencias.
Desde la gestión municipal que encabeza Julio Zamora, se reafirma el compromiso con las políticas públicas orientadas a las infancias y adolescencias. La implementación de programas como Redes para el Cuidado Integral busca garantizar el derecho de los niños a crecer en ambientes seguros, amorosos y estimulantes, reconociendo a las familias como protagonistas centrales en ese proceso.
Este tipo de talleres se suma a una serie de acciones que el Municipio viene desarrollando en distintos barrios, con el propósito de ampliar el acceso a herramientas de formación, contención y acompañamiento. La apuesta por una crianza respetuosa no solo mejora la calidad de vida de los más pequeños, sino que también fortalece el tejido social y comunitario de Tigre.