El senador porteño dejó en 2009 el bloque de la CC y formó un nuevo partido. Fue uno de los que firmó a principios de 2010 la lista de 37 legisladores dispuestos a tomar las riendas de la Cámara alta. El 5 de mayo votó junto al oficialismo el proyecto que permite el pago de deuda con reservas. ¿A qué juega este filósofo devenido en político?
Si hay algún proyecto que me parezca bueno, y si se abre el diálogo para la elaboración común de una iniciativa, yo estoy dispuesto a acompañarlo”, asegura el senador Samuel Cabanchik, de Proyecto Buenos Aires Federal (Probafe), en relación con el apoyo que le dio a la norma que avala el uso de reservas para el pago de deuda, que fue votada el cinco de mayo en el recinto de la Cámara alta, y que significó una nueva victoria para el oficialismo en la disputa que existe en el Senado. Su aporte en esta votación no tuvo tantas repercursiones como la reunión que tuvo el 10 de mayo con el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, que levantó las sospechas de los opositores. Cabanchik fue uno de los que firmó a principios de 2010 la lista de 37 legisladores dispuestos a tomar las riendas del Senado.
El legislador por la Ciudad de Buenos Aires decidió abandonar en 2009 la Coalición Cívica, partido por el que obtuvo su banca en 2007, debido a insalvables diferencias con Elisa Carrió, y creó Proyecto Federal Buenos Aires (Probafe), que intenta acaparar voluntades de sectores progresistas. El doctor en Filosofía de la Universidad de Buenos Aires explica que “el problema de la Coalición Cívica es que no constituyó su adentro, y cuando no se hace eso, la gente queda afuera”.
La primera alianza de Cabanchik fue con el GEN de Margarita Stolbizer, con quien compartió un encuentro que reunió también a los líderes del Partido Socialista, Rubén Giustiniani, y de la Unión Cívica Radical, Ernesto Sanz. El senador destaca que el encuentro fue “auspicioso” y manifiesta que “se pudo elaborar el documento de constitución del Frente Progresista en la provincia de Buenos Aires, y Probafe ahora convocará a constituirlo en la Ciudad”. Cabanchik no quiere dar grandes saltos, pero asegura saber para dónde debe apuntar.
Su alianza con el GEN está en plena construcción, echando por tierra los rumores de su posible acercamiento al oficialismo. Respecto de su votación por el uso de reservas para el pago de deuda, Cabanchik utiliza otros casos para justificar la postura que tomó en el recinto el 5 de mayo: “Por ejemplo, la Asignación Universal por Hijo no es como muchos la queríamos, pero no por eso vamos a convertirnos en opositores del tema”, y agrega que “lo mismo pasó con el caso del pago de deuda con reservas, no es lo ideal, no es ni siquiera lo bueno tal vez, pero en el contexto actual, en donde la plata es muy cara para Argentina, y en donde no se ha redefinido el Presupuesto, quedó en claro que no había ningún daño para las reservas y el sostenimiento de la moneda”.
El filósofo critica el modelo del Gobierno nacional: “En este tema me inscribo y me seguiré inscribiendo”, aunque insiste en que “siempre” apoyará “un proyecto que valga la pena”, y señala que “los términos oficialismo y oposición son funciones, no son nombres propios de fuerzas políticas; no existe el partido de la oposición, ni existe el del oficialismo; en todo caso, el partido del oficialismo es el Frente para la Victoria, pero no hay un equivalente que sea el partido de la oposición”.
Cabanchik, luego de su reunión con el jefe de Gabinete -también se sumó por unos minutos, y de manera imprevista, la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner-, analizó las repercusiones que tuvo su encuentro y declaró en su blog: “Eso me permitió hacer un diagnóstico que me resultó algo sombrío. Los que estamos en la oposición recibimos demandas imposibles: dialoguen pero no dialoguen, sesionen pero no den quórum si le sirve al oficialismo. Si en la demanda de esa opinión pública es un valor el consenso, pero también exigen que se mantenga el disenso hasta el final, resulta ser una demanda imposible de cumplir y dañina para la sociedad”.
El senador evaluó durante el encuentro convocado por el GEN en Mar del Plata que “no necesitamos sólo gobernabilidad, sino también un Gobierno que ponga el bien común por sobre los intereses individuales”. Sobre este tema, apunta el legislador porteño: “Si por encima de un interés común pongo el mío, y además lo hago de forma arbitraria e inconsulta, es un obstáculo insuperable para armar algo mayor. Todos tienen que deponer el individualismo, no sólo los partidos nuevos tienen estos problemas, en los partidos viejos también pasa”.
¿Opositor? ¿Oficialista? Cabanchik cree que “la política no vive de las ideas exclusivamente, hay algo que es tanto o más importante que las ideas, que son las prácticas”. En este Senado, cualquier cosa es posible.
