La iniciativa fue aprobada en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, con el objeto de preservar la salud de los asistentes a esos reductos.
Por 48 votos a favor la Legislatura porteña aprobó una ley que regula el nivel sonoro de los locales en donde se difunda o ejecute música.
La intención de la norma es preservar la salud y evitar daños auditivos en los asistentes.
El proyecto establece que “estar expuesto durante un tiempo prolongado a ruido superior a 80 decibeles puede causar problemas de audición, alteraciones del sueño y ritmo respiratorio, taquicardia, náuseas y cefaleas”.
Los lugares comprendidos por esta ley son los locales de baile clase A, B o C, casas de fiestas privadas, clubes de música en vivo, bares con habilitación complementaria de local de baile o música en vivo y todo otro local donde se ejecute y/o difunda música y/o canto.
En esos lugares el nivel máximo de ruido no podrá superar los 90 decibeles medidos en cualquier punto del lugar.
