Los trascendidos fueron “in crescendo” durante las últimas jornadas, en medio del marcado nerviosismo y los cruces referidos a la cantidad de votos que podría reunir uno y otro sector. En ese marco, la pulseada se congeló en torno a la finalización de las jornadas de audiencias en el plenario de comisiones.

Convencidos de que ya no quedaba nada por decir, los oficialistas trataron de forzar el acortamiento de las discusiones, cuestión de firmar este jueves el dictamen. De esa manera buscaban sesionar el jueves que viene, mientras que la oposición trataba al menos de estirar las discusiones hasta el lunes, para ganar otra semana de debates.

Finalmente el titular del bloque oficialista anunció la intención de cerrar el debate, amagando con tratar de conseguirlo este jueves, aunque finalmente “cedió” hasta el día siguiente y este viernes tratará de lograr el dictamen, para el que ya tiene las firmas aseguradas.

Desde la oposición, con los hechos consumados, el presidente del bloque radical del Senado, Ernesto Sanz, fue drástico al asegurar que “no vamos a tener una buena ley de libertad de expresión, sino que vamos a tener la ley que el Gobierno tiene para dominar la libertad de expresión”. Resignado, resumió con un “no lo hemos logrado” el pensamiento referido a la posibilidad de frenar la norma.

Pichetto sostuvo que “con la agenda de este viernes entendemos que se cumplirá con un debate intenso y una enorme cantidad de voces. Este debate con lo de este viernes se agota. Esta es nuestra posición política”.

El rionegrino concedió a su vez que “quizás en el futuro pueda ser perfectible”.

Por su parte, Guillermo Jenefes, el hombre clave en esta discusión, dijo no estar de acuerdo con algunos puntos del texto, por lo que firmará el despacho “en disidencia”, para no ser “rehén de ningún partido político”.

Sin embargo, su firma en “disidencia” le asegura a la bancada oficialista el número necesario para obtener el despacho de comisión, ya que el jujeño pertenece a tres de las cuatro comisiones que debaten el proyecto. Fue por eso que Ernesto Sanz le disparó: “Hágase cargo de que le dará al oficialismo las firmas necesarias para sacar el dictamen”. Agregó que para su bloque no tenía sentido participar este viernes del plenario, ya que -según señaló- no había posibilidades de “realizar modificaciones”.

Jenefes se mantuvo en su postura. “Los lugares que tengo en las comisiones son por el Frente para la Victoria. Soy un crítico, quiero que la ley se modifique, pero no voy a convertirme en un rehén de cualquier partido político, ni en el obstáculo para que este proyecto se trate en el recinto”, dijo.

En tanto, Pichetto le dedicó un párrafo a la senadora de la Coalición Cívica, María Eugenia Estenssoro, que también se quejó por el cierre y la firma del dictamen este viernes. “Le pido a la senadora Estenssoro que no nos subestime. Vinieron muchos especialistas que consideraron que el debate estaba listo y que había que votar la ley sin tocar el texto que llegó de Diputados”, resaltó.

Pichetto le aseguró a su par de la Coalición Cívica: “Somos el partido del gobierno, tenemos pertenencia a un gobierno, usted tal vez esto no lo entienda, ni lo pueda entender nunca”.